#27F Las Mujeres y las desigualdades

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«El apartado fue desarrollado con el apoyo técnico, metodológico y documental del Observatorio Género y Equidad, y la participación de Teresa Valdés y Tatiana Hernández como sus representantes. El Observatorio Género y Equidad, agrupa a 20 organizaciones de mujeres de la Sociedad Civil Chilena y está orientado a la reflexión, monitoreo y evaluación del proceso político actual. Creó el blog Género y Reconstrucción e implementó un proyecto para fortalecer en las cinco regiones afectadas por el terremoto (V, VI, VII, VIII y RM) la capacidad de mujeres líderes de las localidades para incidir e interlocutar con autoridades locales, por medio de la entrega de herramientas que empoderen a sus organizaciones y redes, de modo que hagan visibles sus necesidades específicas, ejerzan control ciudadano de los compromisos del Estado en la reconstrucción y de la incorporación de género en ese proceso»

Diagnóstico del Estado de la Reconstrucción: Terremoto y Tsunami del 27 de febrero del 2010.

Las Mujeres y las desigualdades

En materia de desastres naturales, las mujeres ocupan un lugar de especial mención. Todas las recomendaciones internacionales establecidas en la materia señalan la importancia de considerar las diferencias de género y adoptar medidas acorde a ellas.

La IASC indica que «el diseño de programas específicos para la acción humanitaria deberá tomar en cuenta y abordar las funciones específicas que desempeñan los hombres y las mujeres en la sociedad en cuestión» (Directriz B.1.4).

Asimismo, señalan que el derecho a la seguridad e integridad física siguen siendo importantes a lo largo de la respuesta en situaciones de desastre, por ejemplo en el contexto de la violencia por motivos de género. Particularmente respecto al derecho a la salud, la IASC hace especial mención por velar por «las necesidades de salud de las mujeres y niñas, incluyendo acceso a servicios de salud y la provisión de, por lo menos servicios prioritarios de salud sexual y reproductiva, incluyendo acciones para prevenir la morbilidad y mortalidad materna, prevenir y gestionar clínicamente casos de violencia sexual y prevenir el VIH, la provisión de medicamentos adecuados y productos de higiene, acceso a servicios de salud reproductiva y servicios de salud especializados, incluyendo la planificación familiar y los cuidados obstétricos de emergencia (Directriz B.2.5, b).

Durante la elaboración del presente diagnóstico, las mujeres han sido el rostro de la reconstrucción.

En terreno durante los meses de abril y mayo 2014, han sido principalmente mujeres a quien esta Delegación ha visto realizar los procesos de contención familiar y comunitaria, organizar a la comunidad, asumir el liderazgo en las organizaciones y movilizarse para contar con información y presionar para obtener respuestas y avanzar en torno al proceso de reconstrucción. Se observa una continuidad de lo señalado hace un par de años atrás por el Informe del INDH en 2012 y sus citas en torno al Informe de la OPS y estudio de López y Santana (2011): «los hombres están inmovilizados y han mostrado menor capacidad de resiliencia, se han quedado encerrados en sus casas. Por su parte, las mujeres promovieron la organización –muestra de ello es la mayor cantidad de liderazgos femeninos en las Aldeas (y en las organizaciones en general) – para levantar sus viviendas y trabajar en su comunidad, brindar apoyo y contención a sus vecinos, y la búsqueda de soluciones de trabajo» (INDH 2012, p.80).

 

La mirada desde una perspectiva de género enriquece los análisis sobre los desastres y su incidencia en las poblaciones afectadas, por cuanto introduce nuevas categorías que abren el horizonte de explicaciones y, por tanto, hace posible la búsqueda y construcción de soluciones y acciones de prevención más acertadas y de mayores alcances tanto en su profundidad como en su sostenibilidad.

A continuación se detallan algunos hallazgos y problemas durante el avance de la reconstrucción que deben ser considerados por los servicios abocados a resguardar los derechos de este grupo humano.

Agudización de la división sexual del trabajo.

El tradicional rol asociado a las mujeres sobre el cuidado de la familia y responsables de la reproducción doméstica, jugó fuertemente en el ideario nacional y las autoridades locales como estrategia para enfrentar la crisis. Todo lo que implicara contención y el cuidado de «otros» (hijos/as, personas mayores que requirieran de cuidados, y enfermos/as) se asumió implícitamente como tarea de mujeres en la zona de reconstrucción. Así, por ejemplo, la pérdida o daños en los establecimientos educacionales, jardines infantiles y salas cunas, implicó el reacomodo de las mujeres de sus tiempos de vida personal y laboral.

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