Según la médica feminista Mabel Bianco el mensaje unánime fue: “la necesidad de un cambio en el modelo social, económico y político respecto de la participación. Está sabido que con este modelo económico no vamos a poder alcanzar la igualdad. Por lo tanto, como feministas vamos a proponer una estrategia para trabajar ese cambio, que es un cambio que nos tiene que llevar a mejorar la distribución de las riquezas, a eliminar las concentraciones entre ricos y pobres que hay ahora y promover modelos de generación de recursos donde se elimine este estractivismo que está solamente pensado para el lucro, que está echando a las poblaciones de sus territorios, que está sometiendo y reprimiendo a esas poblaciones que se resisten”. El modelo económico que se promueve desde las organizaciones es uno “en el cual puedan estar toda la diversidad de mujeres, incluidas las mujeres afrodescendientes, las migrantes, las indígenas, las trans, las trabajadoras sexuales, toda la diversidad. ¿Por qué? Porque vemos un modelo en el cual algunas están incorporadas y otras no. No solo en lo económico sino en la participación política y social”, relató a este diario. Además, señaló que las jóvenes también plantean la necesidad de que se escuchen sus derechos: los derechos sexuales y reproductivos e incluso el derecho a no morir por un aborto.
Bianco, co- presidenta del Comité Ejecutivo de Comité de ONG sobre la Condición Jurídica y Social de la Mujer de América Latina y el Caribe, formó parte de la apertura del foro, junto a Gina Vargas, socia fundadora del movimiento Flora Tristán en Perú, que también destacó la incorporación masiva de las jóvenes al movimiento feminista en todos los países de la región: “Las de mi generación estamos felices porque esta revolución seguirá con ellas”. Además participaron Alicia Bárcena, secretaria ejecutiva de la CEPAL; María Noel Vaeza, directora regional de ONU Mujeres: Mariela Mazotti, directora del Instituto Nacional de las Mujeres (Inmujeres) de Uruguay; Lucy Garrido, intgrante de la Articulación Feminista Marcosur; y Francisca Pérez Garrido de La Morada.
Durante la jornada plantearon diversos desafíos que urgen trabajar en los próximos años, entre otros, la necesidad de complejizar las propuestas sobre los cuidados. Este encuentro constituye el primer paso para la región hacia la revisión de la BPfA en su 25 aniversario, que se validará en marzo en Nueva York. La consigna que se repite es no retroceder en materia de derechos: de Beijing hacia adelante. “Si bien ha habido algunos progresos, sobre todo en materia legislativa, todavía no estamos viendo los cambios que necesitamos para vivir en una sociedad más igualitaria”, comentó Rey.
El desafío, entonces, es plantear avances en la Plataforma de Acción Beijing que instalen las nuevas demandas de los feminismos actualizados. En ese sentido, en Beijing se habían planteado doce áreas o ejes de especial preocupación para lograr la igualdad, que ahora se reagruparon y redujeron a seis:
*desarrollo inclusivo, prosperidad compartida y trabajo decente;
*erradicación de la pobreza, protección social y servicios sociales;
*libertad frente a las violencias, el estigma y los estereotipos;
*participación, responsabilidad e instituciones sensibles al género;
*sociedades pacíficas e inclusivas;
*conservación, protección y rehabilitación ambiental.
Entre las áreas eliminadas está el capítulo J que aborda la importancia de los medios de comunicación para alcanzar la igualdad entre los géneros. Por eso periodistas, comunicadoras, organizaciones como la Alianza Global sobre Medios y Género (GAMAG) están haciendo presión para que el tema no quede afuera.
La ministra de las Mujeres, Géneros y Diversidad de la Nación (MMGyD), Elizabeth Gómez Alcorta, encabezó la delegación argentina que participa de la XIV Conferencia Regional sobre la Mujer de América Latina y el Caribe organizada por la CEPAL. Gómez Alcorta confirmó que construirá un Mapa Federal del Cuidado en la Argentina con el apoyo de la Comisión Económica Para América Latina y el Caribe (CEPAL). Esta iniciativa es un primer paso en una agenda de políticas públicas de cuidado que impulsará el ministerio y que responde a un reclamo histórico de los movimientos feministas, sindicatos y de muchísimas mujeres que a diario sostienen estas tareas sin reconocimiento.
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