Alejandra Matus: “La despenalización del aborto requiere de convicción y de lucha”

Alejandra Matus: “La despenalización del aborto requiere de convicción y de lucha”

Por Alejandra Villalobos

Alejandra Matus (51) es una destacada periodista, académica e investigadora chilena, que ha desarrollado parte de su carrera escribiendo sobre graves atentados a los Derechos Humanos ocasionados por la dictadura de Augusto Pinochet.

Justamente, una de las últimas decisiones de la Junta Militar fue prohibir, en el año 1989, el aborto bajo toda circunstancia, modificando la normativa del Código Penal y Sanitario que regía hasta entonces. A pesar de ello y hasta nuestros días, esta es una práctica que se realiza en la clandestinidad, en la que mujeres y adolescentes ponen en riesgo su salud y la vida.

Alejandra Matus cree que las dificultades a la base del debate sobre aborto en Chile se deben a que “no hay un reconocimiento de la sociedad a la autonomía y autodeterminación de las mujeres, esa es la barrera de fondo, real. Todo el debate intenta esconder este hecho; de que no se le permite a la mujer tomar una decisión sobre su cuerpo.”

Recientemente, el Senado aprobó la idea de legislar en general el proyecto de despenalización con 20 votos a favor, 15 en contra y dos abstenciones. El siguiente trámite legislativo será en marzo con la votación en particular de este proyecto de ley en base a causales.

El aborto como derecho

Una de las principales demandas que se instala en este debate, se refiere a el derecho a decidir que se les está negando a todas las mujeres, adolescentes y niñas. En este sentido, la periodista sostiene que “es la mujer la que debe decidir sobre su cuerpo. Nunca un aborto es una decisión fácil ni alegre como los críticos intentan establecer, como que las mujeres quisieran hacerse abortos, casi como un asunto que es agradable. En la mayoría de los casos nunca es así, siempre es una decisión difícil. Creo que lo que le corresponde a la sociedad es acompañar a esa mujer en su decisión, guardar silencio respecto de ella, evitando cualquier juicio”.

El actual proyecto de ley solo considera la despenalización en las causales de riesgo de vida de la mujer, inviabilidad fetal de carácter letal y embarazo por violación; causales que, en otros países como España, ya fueron discutidas mucho tiempo atrás. “A mí me parece que las tres causales son un mínimo. Creo que ni siquiera debiesen estar en discusión, eso no es aborto; dos de las tres causales son más un consenso médico de situaciones en que el aborto es prácticamente mandatorio, salvo en el caso de la violación, donde hay un espacio para la decisión de la mujer, pero me parece que ese es un mínimo”, afirma la periodista Alejandra Matus respecto de la discusión legislativa que se mantendrá este 2017.

Dentro de las diversas organizaciones que se han hecho parte de esta discusión, están aquellas que intentan instalar su postura religiosa por sobre todo lo demás y a pesar de que Chile se define como un Estado laico. “Me parece que los sectores religiosos pueden tener una opinión, que se las expresen a sus fieles y sus fieles verán si la acogen o no la acogen. El aborto si se permite no es una obligación, es la posibilidad de no ir encarcelada por una decisión. Pero las creencias religiosas o de cualquier tipo en esta materia, son asuntos personales y no debieran, en mi opinión, influir en las políticas públicas”, sostiene la autora del libro “Doña Lucía”, una biografía no autorizada de la esposa de Augusto Pinochet.

Por la vida

‘Estoy en contra del aborto, estoy a favor de la vida’, es una de las frases más repetidas entre aquellos que se oponen a este proyecto de ley. Sin embargo, la periodista no duda en recalcar que “todos estamos a favor de la vida, incluso las personas que creemos que el aborto debe estar garantizado por ley.”

Para Alejandra Matus esta dicotomía que plantean quienes están en contra de legalizar la interrupción voluntaria del embarazo “no tiene nada que ver con el derecho a la vida, que este mismo Estado reconoce y garantiza, y que las personas que creemos que el aborto no debe ser penalizado, también defendemos. Me parece que no es justo ni es serio, ni es maduro, poner la discusión en esos términos”.

“La despenalización del aborto tampoco es que sea una política pública. Las políticas públicas son prevención de los embarazos no deseados, educación sexual, todas esas medidas que conocemos. Pero en aquellos casos en que una mujer se ve enfrentada a tomar una decisión sobre si abortar; esa es una decisión que no debiera ser penalizada” enfatiza la periodista. Lamentablemente, la ausencia en Chile de algunas de las políticas que menciona Matus, dejan en mayor desprotección los derechos sexuales y reproductivos de niñas, adolescentes y mujeres.

Según datos de la Fiscalía Nacional, en el año 2016 hubo 15.266 denuncias por delitos sexuales en Chile. Se estima que cada 33 minutos ocurre un abuso sexual en el país. Otro dato a considerar, por cada niña que denuncia, seis no lo harán.

Alejandra Matus asegura que “las personas que estiman que una mujer no puede decidir abortar después de haber sido violada, en su mayoría no son mujeres. No saben de lo que están hablando y creen que pueden imponer a una mujer una convicción religiosa o moral de la que hacen partícipe al Estado, eso me parece inhumano”.

La maternidad como función social

La palabra de las niñas y mujeres ha sido puesta constantemente en duda por parte de congresistas y otros actores políticos que participan del debate. Este machismo, según cree la periodista, es la concepción de que la mujer no es una persona autónoma, libre, con igualdad de derechos que los hombres. Porque yo presumo, que si fueran los hombres lo que quedaran embarazados de una violación, esto no sería tema.”

“La mujer ha sido históricamente, entendida como un ser de segunda categoría, con menos derechos que los hombres, con una cierta función reproductiva, maternal, que no es una decisión de ellas, sino que casi como una función social”, describe Alejandra Matus.

El proyecto de ley lleva dos años en discusión, enfrentando diversas trabas. A partir de la postura de Matus “la despenalización del aborto es una manifestación, un síntoma de una lucha mayor que es el reconocimiento de la mujer como un sujeto pleno de derechos y libre como cualquier otro. Requiere no solo de convicción, requiere de lucha.”

Prensa sin maquillaje

Respecto al papel de la prensa en mantener el tema y debate en agenda, la periodista explica que los medios de difusión son como el espejo, nos devuelven el rostro de lo que somos. A mí me parece que los medios si debieran sincerar sus posturas reales y no maquillarlas como una postura objetiva, cuando en realidad hay valores de fondo que acarrean y que debieran ser explícitos para la audiencia”.

Alejandra Matus es la autora del “El libro negro de la justicia chilena” (recientemente reeditado) que describió el quehacer de algunos jueces y de su forma de “impartir justicia” durante la dictadura civico militar de Pinochet. El texto fue censurado y Matus acusada ante la Ley de Seguridad del Estado en 1999. En democracia, debió asilarse y residir en Estados Unidos por dos años.

Hoy, con los medios de comunicación a disposición, opina que “la discusión del aborto, lamentablemente, ha sido muy abstracta, en algunos momentos sobre ideologizada, incluso en las personas que promueven la despenalización del aborto. Se adquiere como un lenguaje, un dialecto, que es súper comprensible para las personas iniciadas en ese dialecto, pero que, para el otro, el que uno trata de convencer o persuadir, es incomprensible. Es un lenguaje demasiado experto, técnico, que impide que tengamos una conversación honesta y franca en la sociedad respecto del tema o que incluso uno pueda ganar mentes y corazones para la causa”.

La discusión continúa y en marzo se debiese reiniciar un nuevo trámite legislativo en torno a las causales. “Hasta como se prevén las cosas en este minuto y salvo que haya cambios sustanciales, me parece que lamentablemente va a suceder que, se van a aprobar las dos causales médicas y no violación”, augura la periodista.

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