Alejandra Sepúlveda de Comunidad Mujer: “Las pensiones reflejan la desigualdad estructural que enfrentan las mujeres a lo largo de su vida activa”

Alejandra Sepúlveda de Comunidad Mujer: “Las pensiones reflejan la desigualdad estructural que enfrentan las mujeres a lo largo de su vida activa”

Por Ariadna Rodríguez Paniagua

Actualmente la pensión que entregan las AFP a las mujeres equivale a sólo el 22,3% de la de un hombre. Por ello, el sistema mixto que propone el gobierno incorpora un enfoque de género. Entre los beneficios que se advierten está elevar las jubilaciones de las mujeres, compensando las tablas de mortalidad a través del tareas del cuidado y las medidas especiales por maternidad.

Alejandra Sepúlveda, presidenta ejecutiva de Comunidad Mujer, analizó el sistema mixto de pensiones que se propone, dejando en claro que todavía queda un camino largo por recorrer. En su opinión, para mejorar las pensiones se tienen que implementar políticas públicas acordes a la trayectoria de vida de las mujeres, remunerando los trabajos de cuidado, por mencionar un ejemplo.

Según cálculos de la subsecretaría de Hacienda, con este sistema las pensiones de las mujeres en algunos casos aumentarían en un 50%. Esto se debe a que la reforma propone agregar un 6% de cotización proveniente del empleador o empleadora, que se irá a un fondo solidario.

En este sentido, Alejandra Sepúlveda a través de una columna en La Tercera dijo: “La evidencia es contundente: en los sistemas previsionales basados en la trayectoria laboral, salarial y contributiva, las mujeres registran una menor cobertura y perciben beneficios inferiores. En concreto, la capitalización individual ha introducido formas de discriminación directa e indirecta hacia ellas, a través del cálculo de pensiones sobre la base de tablas de mortalidad diferenciadas según sexo. También mediante la exclusión de las trabajadoras dedicadas a labores de cuidados no remuneradas (Cepal, 2019). La solución, por tanto, no puede continuar postergada”.

Además, en entrevista con el Observatorio de Género y Equidad añadió: “En Comunidad Mujer consideramos que es muy importante arribar efectivamente a una mejora en las pensiones, ya que no solamente es una de las principales preocupaciones de la ciudadanía. También es un reflejo, en la etapa de vejez de las mujeres, de la desigualdad estructural que enfrentan a lo largo de toda su vida activa”.

Seguro de longevidad universal

Desde Comunidad Mujer presentaron ante la subsecretaria de Previsión Social y el Ministerio de Hacienda una serie de propuestas para acabar con la discriminación indirecta y directa hacia las mujeres en las pensiones.

Entre las propuestas estuvo terminar con las tablas actuariales que hacen que se calcule la longevidad de las mujeres diferente. “Uno de los problemas es que las mujeres vivimos más años que los hombres. Considerando una mujer y un hombre que contribuyen, que cotizan la misma cantidad de años o ganan lo mismo, las mujeres reciben beneficios por sus pensiones al menos un 15% menos que los hombres porque el monto acumulado en sus cuentas de ahorro se distribuye en una mayor cantidad de años”, explicó Sepúlveda.

Como solución, se presentó implementar un seguro de longevidad universal con idéntica edad de tránsito a la cuarta edad para mujeres y hombres, mediante financiamiento tripartito.En esta línea, la reforma presentada por el gobierno comprende una compensación de un 10% por tablas de mortalidad para las actuales jubiladas y para las futuras. Se asume que la mujer vivirá lo mismo que el hombre.

En segundo lugar se propuso un instrumento para “reconocer las lagunas previsionales vinculadas al trabajo de cuidado no remunerado”. Alejandra Sepúlveda sostuvo que “al gobierno le propusimos emular lo que existe en Alemania, en Canadá, Francia, en el Reino Unido y Suecia que se llaman ‘créditos jubilatorios por cuidado’. Lo que hacen estos créditos es que computan los períodos durante los cuales las personas no aportan en sus fondos previsionales por razones de cuidado, imputándoles un valor, un crédito”.

Pos su parte el gobierno propone otorgar cotizaciones para cuidados de dependencia severa o moderada, para personas inscritas en el Módulo de Cuidadores del Registro Social de Hogares (RSH), con un tope de 2 años.

“Finalmente se propuso fortalecer el bono por hijo o hija. Es muy necesario incrementar de manera considerable el porcentaje de equivalencia respecto al salario mínimo que hoy día contempla este bono. De esta manera también modificar la base del cálculo que es el salario mínimo y extenderlo por un período mayor de tiempo”, explicó la presidenta de Comunidad Mujer.

Mejorar las condiciones laborales de las mujeres

Alejandra Sepúlveda dijo que esta reforma “significa equiparar el valor de la pensión de hombres y mujeres con la misma cantidad de años cotizados y edad de jubilación, pero son políticas que benefician mucho a quienes están pronto a jubilar o lo harán en el medio plazo”.

Si no mejora la oportunidad de las mujeres en el mundo laboral, es súper difícil que realmente se tenga un efecto más robusto y eso significa terminar con la discriminación que afecta a la maternidad en el mercado laboral. Hoy en día tenemos todavía un sistema en que la maternidad carga todo el costo”, planteó.

Alejandra Sepúlveda ejemplificó esto con la Ley de Sala Cuna: “Se obliga a las empresas con más de 20 trabajadoras a proveer de sala cuna y esto tiene dos efectos discriminatorios: por una parte, la brecha salarial, porque ese costo significa pagarles menos a las mujeres y por otro lado, que las empresas contraten hasta la mujer número 19 para evitar tener que pagar sala cuna”.

En ese sentido, “las mujeres, por estar sujetas a estas obligaciones, terminan siendo más costosas de contratar y eso evidentemente repercute en sus posibilidades de acceder y permanecer en el mundo del trabajo. Aquí confluyen factores que son discriminatorios: el hecho de que las mujeres ganan menos en el mundo del trabajo, que están concentradas en áreas que son menos productivas, entre otras barreras”.

“Entonces, ¿cuál es la estrategia de salida? El autoempleo o el emprender por cuenta propia, en condiciones de informalidad. Así es como esas mujeres ni siquiera tienen la posibilidad de tener ni una cotización formal y son las que caen más en el universo de la Pensión Garantizada Universal, pero que debieran poder acceder una pensión con estándares mínimos en la vejez”.

Las tres «R»: reconocer, redistribuir y remunerar

Uno de los puntos que más enfatizó Alejandra Sepúlveda se relaciona con mejorar las condiciones de las personas cuidadoras, que en su mayoría son mujeres. “No es posible que las mujeres sigan subsidiando a la sociedad en su conjunto”.

Y es que según la Organización Internacional del Trabajo (OIT), a nivel internacional, las mujeres realizan el 76,2% del trabajo de cuidados no remunerado, que es 3,2 veces más tiempo que el dedicado por los hombres: mientras ellas destinan cuatro horas y 25 minutos al día, ellos una hora y 23 minutos.

El Primer Estudio Nacional de Valoración Económica del Trabajo Doméstico y de Cuidado No Remunerado en Chile realizado por Comunidad Mujer en 2015, ya reflejaba esta desigualdad. “El valor económico del trabajo doméstico y de cuidado no remunerado equivalía a un 22% del PIB Ampliado, según el método de costo de reemplazo especializado utilizado, lo que supera el aporte de cualquier rama de actividad de la economía del país”.

El análisis también concluyó que “las horas de trabajo doméstico y de cuidado no remunerado equivale al 53% del tiempo total dedicado a las actividades productivas que realiza la población dentro de un año. Es decir, constituyen más de la mitad del tiempo, tomando en cuenta todas las actividades, salvo las de cuidados personales, educación, ocio y vida social”.

“Hay que aplicar las tres “R” de la OIT: reconocer, redistribuir y remunerar. Entonces, al reconocer lo hace visible, por ejemplo, con estudios. Redistribuir, significa impulsar todas las políticas vinculadas a la corresponsabilidad parental y social de los cuidados. Y remunerar es cómo compensas a través de una pensión garantizada universal o como en este caso, en la reforma a las pensiones. Hay que abordarlo de una manera sistémica, pero también urgente”, planteó Alejandra.

Es por ello que destacó que la tarea de cuidados en el sistema mixto tiene que complementarse con políticas públicas como el Sistema Nacional de Cuidados, que ha empezado a avanzar con el Registro de Personas Cuidadoras. “Realmente responde a una perspectiva de género el hecho de que se reconozca que este sistema mixto tiene un componente de solidaridad con el período de inactividad derivado de la labor de cuidados. Así que eso es bastante destacable”, reconoce Sepúlveda.

“Me encantaría que en verdad en el Congreso prioricen el interés y la preocupación de los chilenos y las chilenas, y de quienes habitan este país, para llegar a un acuerdo pronto. En todas las estadísticas los hombres trabajan la mayor parte de su vida activa y las mujeres no, es dramático y urgente”, cierra, categórica, Alejandra Sepúlveda.

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