Amanda Mitrovich de la USACH: “Para muchos la violencia sexual sólo se considera cuando hay violación o tocaciones”

Amanda Mitrovich de la USACH: “Para muchos la violencia sexual sólo se considera cuando hay violación o tocaciones”

Por Marcel Pavez

Amanda Mitrovich tiene 19 años y actualmente cursa segundo en Pedagogía y Licenciatura en Historia en la Universidad de Santiago de Chile (USACH), carrera en la que además ejerce como Presidenta del Centro de Estudiantes. Hace unos meses atrás, se hizo conocida por aparecer en todos los medios dando declaraciones sobre la movilización que ella y sus compañeros organizaron en la universidad. Todo esto a raíz de las acusaciones de alumnas de la carrera contra dos de sus profesores por acoso sexual reiterado.

Las denuncias comenzaron a ser públicas durante abril del año pasado, cuando Mitrovich recién partiendo en la universidad, comenzó a ejercer como Encargada de Género del Centro de Estudiantes. Fue en aquél mes que se tomó la decisión de hacer un catastro de acoso sexual para poder transparentar los casos que podían existir en la carrera de historia y en el resto de la USACH. “Entendíamos el acoso como algo que se estaba dando en todo Chile, por lo que consideramos necesario hacernos cargo de la problemática”, relata.

 Así fue como se les envió un formulario a los alumnos y alumnas de la universidad para que pudieran testificar si es que alguna vez fueron víctimas de acoso sexual dentro de los espacios educativos. “En este catastro salieron 25 casos en Historia y todos estos apuntaban a sólo dos profesores: Augusto Samaniego y Luis Ortega”.

La polémica se disparó inmediatamente debido a lo reconocido que son ambos docentes dentro del mundo académico. Augusto Samaniego fue decano de la Facultad de Humanidades de la Universidad de Santiago mientras que Luis Ortega es uno de los historiadores más importantes de Chile. “Ambos llevan más de 30 años trabajando en la universidad, son figuras públicas”, asegura Mitrovich.

 Secreto a voces

Pese a que los resultados del catastro fueron los detonantes de la crisis, para nadie fue sorpresivo que se acusara a estos profesores de tener comportamientos inadecuados con sus alumnas. Según la Presidenta del Centro de Alumnos de Historia, las actitudes de los profesores Ortega y Samaniego eran algo ya conocido en la facultad. “Yo entré recién el año pasado y una de las primeras cosas que me advirtieron fue ‘oye ten cuidado con Ortega y Samaniego porque son pasados para la punta’”, recuerda Mitrovich. “Todo el mundo sabía, era un secreto a voces dentro de la facultad. Incluso después de que explotó este tema nos hablaron en el Fanpage del Centro de Estudiantes ex alumnas de hace 20 años de la carrera que nos decían que tuvieron problemas similares con estos dos profesores”.

Pero para los estudiantes de Historia lo peor fue darse cuenta que incluso los mismos funcionarios y académicos de la universidad defendían a los profesores acusados, señalando que se trataban de personas de la tercera edad “de otra época”.

“En una sociedad donde el acoso está tan naturalizado, sólo se considera violencia sexual cuando se llega a la violación o tocación. Y ni eso, porque además tiene que haber una foto en que salga que te tocaron el poto, porque sin pruebas no puedes acusar a nadie”, advierte Mitrovich y agrega que “estos profesores acosadores se caracterizan por hacerte cariño en el pelo, decirte cosas como ‘¿Por qué no vas a mi casa un día?’, ‘Oye, ¿Vámonos a la playa de vacaciones?’, ‘Oye, qué buen potito tienes’”.

Para Amanda Mitrovich otra de las razones que podrían explicar esta postura inicial del Departamento de Historia de la USACH frente a estos casos, podría ser la reputación que Samaniego y Ortega tienen, tanto en la universidad, como en el plano nacional. “Estos dos personajes tienen 70 años y llevan 30 trabajando en la universidad”.

Sumario contra Samaniego y Ortega pendiente

Luego de los resultados del catastro, Amanda Mitrovich, quien era Encargada de Género del Centro de Estudiantes en 2016, decidió reunirse con las alumnas afectadas para presentar sus testimonios de forma anónima ante el Departamento de Historia de la universidad. La única respuesta que le dieron es debían realizar un sumario administrativo.

“Debido a que la USACH es una institución pública, se deben levantar sumarios cada vez que ocurre una problemática interna. Este sumario además consta con la participación de un fiscal que se encarga de investigar el caso en cuestión”, explica Mitrovich. El problema es que este fiscal puede ser cualquier académico de la universidad, por lo que pueden darse casos en los cuales tenga alguna tipo de relación con el acusado, generando así conflicto de interés. Amanda Mitrovich asegura que en el sumario administrativo que se le realizó a ambos profesores “el fiscal a cargo fue el decano de la Facultad de Ciencias Médicas, quien de casualidad los conocía”.

“Para peor, este sumario a veces no soluciona nada porque es el rector quien tiene la capacidad de decidir qué es lo que pasa finalmente con la investigación. Él tiene la última palabra”, asegura. Esta facultad la otorga el Decreto con Fuerza de Ley 149, creado en dictadura y el cual permite que el rector pueda tomar cualquier decisión dentro de la universidad.

Sin embargo, esta no fue la única traba que tuvieron para exigir justicia. “Nosotras no cachábamos mucho de legalidad y no sabíamos hacer estas cosas bien”, confiesa Mitrovich. Es por esta razón que recién en octubre del año pasado levantaron el sumario administrativo contra Samaniego y Ortega, que hasta el día de hoy no tiene veredicto. “Un sumario administrativo debe durar máximo 60 días, salvo que el fiscal solicite extender el plazo. Nosotras estamos en esto desde octubre del año pasado y el sumario sigue abierto”, asegura.

Las movilizaciones

La poca preocupación por las denuncias de acoso sexual que mostró en un principio el Departamento de Historia de la USACH, sumado a los seis meses de investigación administrativa, fueron razón suficiente para que los estudiantes decidieran movilizarse. Así fue como el martes 30 de mayo de este año, más de 400 alumnos y alumnas marcharon por las dependencias de la universidad con dirección a rectoría: una forma de mostrar su descontento ante la inmovilidad de la universidad sobre estos casos. Una vez finalizada la marcha, los estudiantes de Historia decidieron convocar un paro como una forma de protestar por la situación.

“El departamento tomó una postura inicial de no hacer nada hasta el resultado del sumario, pero como pasó tanto tiempo decidimos llamar a una asamblea triestamental, en donde fuimos estudiantes, funcionarios y académicos”, relata Amanda Mitrovich. En aquella asamblea, el estudiantado de historia expuso las razones de la paralización y los testimonios de las víctimas. “Aclaramos muchas cosas, hicieron preguntas y pese a que fue una asamblea un poco tensa, después se decidieron apoyarnos”.

Uno de los logros luego de este diálogo fue la realización de un Diplomado en Transversalidad de Género, de carácter gratuito y que está dirigido a toda la comunidad de la Universidad de Santiago. Para Mitrovich, si bien esta acción “no acaba con el conflicto en sí, si soluciona un problema de mirada del departamento”.

Otro logro es que los profesores acusados de acoso hicieron clases sólo hasta el fin del primer semestre de 2017 porque las estudiantes le pidieron al decano que levantara una medida de protección en contra ellos. “Ahora ni Luis Ortega ni Augusto Samaniego pueden entrar a la universidad hasta que el sumario se cierre”, explica Mitrovich.

Las movilizaciones también sirvieron para que el rector pidiera que se investigara más sobre estos casos y se reabriera el sumario. “Ahora estamos proponiendo que cuando ocurra un caso así y se abra un sumario, se saque al profe inmediatamente mientras dure la investigación para que así no se tenga que andar peleando como nos pasó a nosotras”, dice Mitrovich.

Protocolos de acción

Según la estudiante de Historia “luego de la polémica, salieron a la luz muchos otros casos de acoso sexual en distintas carreras de la universidad, como Ingeniería o Ciencias Médicas”. Esto produjo una proliferación de protocolos de acción contra el acoso sexual, debido a la efervescencia que tuvo el conflicto. La presidenta del Centro de Estudiantes fue partícipe en la creación de uno de los primeros en ser aceptados este año. “Este protocolo, es más un documento legal, en donde se señala cómo y dónde tienes que acudir para denunciar estos casos”.

Amanda Mitrovich participó además en la creación de un manual de buenas prácticas para la comunidad académica del departamento de Historia. “Esta guía de buenas prácticas define lo que es bueno y malo, describe lo que es el acoso sexual, laboral, entre otras formas de hostigamiento”. Lamentablemente, los profesores no están obligados a cumplir con este manual debido a que el departamento no tiene la facultad de sancionar.

La última de las iniciativas ha sido la creación de una mesa triestamental que recibirá los casos de acoso, en donde sus miembros decidirán si es necesario realizar un sumario o si es posible solucionar el problema de otra forma, como por ejemplo, a través de una instancia de mediación.

Amanda Mitrovich explica que las personas que estén siendo acosadas sexualmente puede acudir a cualquiera de estas instancias para hacer una denuncia, cosa que antes no pasaba porque nadie tenía claro cuál era el camino a seguir. “Ahora incluso se puede denunciar a la través de un formulario google”, dice la presidenta del Centro de Alumnos sobre esta iniciativa que está a cargo de las Encargadas de Género de Historia.

Acoso entre estudiantes

Otro tipo de acoso sexual que se repite con frecuencia en los ambientes universitarios es el que se da al interior del estudiantado. “Historia es una carrera chica, todos nos conocemos, carreteamos juntos. Es como un espacio familiar”, asegura Amanda Mitrovich. Por lo mismo, un día decidió sentarse a conversar con dos de sus compañeros que habían sido identificados como unos acosadores. “Una compañera había denunciado a un compañero que la hostigaba para que salieran juntos”, cuenta Mitrovich. Hizo de mediadora entre ambos. “Me reuní con ellos y les expliqué que ese hostigamiento es una conducta machista y ellos mismos se dieron cuenta de que lo que estaban haciendo estaba mal”.

Mitrovich considera que muchas de estas conductas son aprendidas por los hombres desde que son niños, naturalizándolas al punto de no poder considerarlas malas. “Uno de los ejemplos clásicos es el dicho ‘el que la sigue la consigue’, que en pocas palabras quiere decir que si el hombre insiste, en algún momento la mujer va a ceder y va a querer tener sexo con él”.

Como para muchos esto no es considerado acoso sexual, ella evita usar la palabra acosador. Cree que “como muchos hombres no tienen idea que están equivocados, a veces la mejor forma es acercarse a ellos desde la comprensión y decirles ‘yo entiendo lo que te pasa, pero está mal porque estás pasando a llevar a alguien”. Así es como Amanda Mitrovich hace entender a sus compañeros que muchos de los comportamientos machistas que ellos antes consideraban normales, en verdad no lo son, pues atentan contra la dignidad de sus compañeras.

No obstante, en las otras carreras de la Universidad de Santiago el tema ha sido mucho más complicado. “En las carreras de ingeniería, donde el porcentaje de mujeres es muy reducido, existen varios casos de acoso sexual que han sido mucho más graves”, asegura la presidenta del Centro de Alumnos. “Lo más preocupante es lo que pasa en los carretes que se hacen en el foro de la universidad, en donde han habido incluso abusos sexuales. Lamentablemente, y debido a que en estas fiestas entran muchas personas externas de la universidad, es muy difícil llegar a dar con el paradero del agresor, pues en ocasiones no son ni siquiera alumnos de la USACH».

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