Camila Aguayo, Asamblea Feminista Plurinacional: «Las feministas tenemos que correr los márgenes estrechos de esta democracia»

Camila Aguayo, Asamblea Feminista Plurinacional: «Las feministas tenemos que correr los márgenes estrechos de esta democracia»

Especial Día Internacional de las Mujeres · Por Daniel Meza Riquelme

Camila Aguayo, psicóloga de profesión y una de las actuales voceras de la Asamblea Feminista Plurinacional, está  convencida que la Huelga del 8 y 9 de marzo será el hito inaugural de las grandes movilizaciones que vuelven este 2020. Las marchas próximas también buscan ser un espacio seguro para que las mujeres se reencuentren y juntas puedan exigir sus demandas históricas y el conjunto de ideas programáticas para que la nueva Constitución sea feminista.

“El 8 de marzo tiene que ser un hito masivo, para eso esperamos una marcha multitudinaria. Para el 9, la idea es que las mujeres se puedan aglutinar en sus territorios. Porque algo que caracterizó al 18 de octubre es que los territorios se volvieron a agrupar, a diferencia de la atomización social que venía desde los noventa. De esta forma, se demuestra que la fuerza social sigue presente”.

Asimismo, deja en claro que “no queremos igualdad en los mismos términos de explotación a los que están sometidos hoy los hombres. Queremos transformar radicalmente la sociedad”. Para eso, la Asamblea Feminista Plurinacional ha consensuado tres ejes programáticos mínimos para asegurar la ciudadanía plena de las mujeres y disidencias sexuales. La Huelga marcaría el inicio por la disputa de los contenidos de la futura Constitución.

El primero de esos ejes es garantizar la autonomía de los cuerpos de las mujeres, sus derechos sexuales y reproductivos, al igual que los derechos de las diversidades sexuales. El segundo, es los derechos humanos que actualmente sólo se encuentran garantizados mediante la adhesión a tratados internacionales. Para la Asamblea la nueva carta magna debe garantizar un real resguardo constitucional.

Explica Camila que existe una exigencia: el reemplazo del actual Estado subsidiario por uno garante que asegure derechos sociales para todas y todos. El tercer eje es la demanda histórica del movimiento feminista respecto al trabajo doméstico: “Que la Constitución reconozca que hay un trabajo doméstico y de cuidados que actualmente no es remunerado, pero es fundamental para la economía del país. Que ese reconocimiento derive en un sistema nacional de cuidados, donde el Estado se haga cargo de la niñez. Junto con dar el reconocimiento a las cuidadoras”.

“Si el proceso se agota el 26 de abril no tendrá legitimidad”

A título personal, Camila Aguayo cree que la firma del Acuerdo Por la Paz Social y nueva Constitución fue un error. Por el contexto de  graves violaciones a los derechos humanos que continúan impunes. También, por la forma. “Firmarlo a las tres de la mañana, a puertas cerradas, solo entre presidentas y presidentes de partidos políticos, representa lo peor de la política en Chile. Que es la época de la transición. Que es la política de los consensos, que es lo que hemos criticado en esta revuelta social”.

Considera que hubo una lectura errada de la ciudadanía movilizada. “Ese 12 de noviembre se produjo una huelga y paralización general de sectores productivos que desde el regreso a la democracia no se había visto (…) Había una fuerza social para seguir corriendo los márgenes. Había todavía cancha para seguir jugando”.

Sin embargo, su posición y la de la Asamblea Feminista Plurinacional, es ir a disputar el plebiscito y una eventual Convención Constituyente con el objetivo de reemplazar el quórum de los dos tercios, que consideran un cerrojo antidemocrático, y de disputar el mecanismo de elección de los y las futuras asambleístas (convencionales). “Si se utiliza el actual mecanismo electoral para parlamentarias y parlamentarios van a ser las mismas personas y partidos de siempre que van a estar representados en ese órgano. No se va a poder asegurar la integración de los sectores que han estado en las calles durante este estallido social”.

En caso que el quórum original se mantenga, piensan presionar a las instituciones a través de la movilización popular para que se incluya un mecanismo que consideran representativo y democrático: plebiscitos intermedios, por ejemplo. “Es decir que sea el mismo pueblo el que dirima entre los disensos que se produzcan al interior de la, esperemos, Convención Constitucional”.

Por otra parte, ¿Cuál es la estrategia para disputar esa cancha que sigue abierta? “Va por varios flancos. Entendemos que la disputa en la institución es importante. Por ejemplo, ahora con el tema de la paridad. Pero la movilización en la calle va a permitir ir moviendo estos estrechos márgenes e ir instalando ideas programáticas para la próxima constituyente. Ideas que, para nosotras como feministas, son clave en la nueva Constitución. Es lo que va a permitir la articulación de diversos sectores y darle legitimidad al proceso. Porque si el proceso se agota el 26 de abril no tendrá legitimidad ni asidero social”.

Fuerza feminista

Respecto a las organizaciones feministas, que al desconfiar del proceso constituyente no lo disputarán, la vocera de la Asamblea Feminista Plurinacional realiza el siguiente alcance: “Hay sanas diferencias con la Coordinadora Feminista 8M. Por ejemplo, con el tema constituyente. Nosotras estamos por movilizarnos por el apruebo y la Convención Constituyente, la paridad y lo plurinacional. Eso es algo que nos caracteriza ahora”.

A mi parecer es un error quedarse en la casa mirando por la tele el proceso. Porque es un proceso histórico donde por primera vez las feministas podemos ser escuchadas. Junto con instalar demandas programáticas fundamentales, donde efectivamente logremos una ciudadanía plena. Me parece un error el que no se esté aprovechando la acumulación de fuerza feminista de los últimos años, sobre todo después del mayo feminista del 2018

Para Camila Aguayo la representación y participación en otros movimientos y organizaciones sociales reunidas en Unidad Social también son espacios en disputa. “Sería muy ingenua decir que en Unidad Social no hay prácticas patriarcales, machistas y personalistas. Tiene mucho que ver con los mundos altamente masculinizados de dónde vienen esos dirigentes. Las feministas tenemos que dar la disputa en todos los lugares. Hace un par de semanas se conformó el Bloque Feminista de Unidad Social, donde nosotras estamos participando”.

“Es importante contar con esa articulación (Bloque Feminista) que le haga contrapeso al Bloque Sindical. También es un lugar importante de articulación para disputar ciertas prácticas arraigadas en la izquierda más tradicional (…) Hay varias compañeras feministas en el Colegio de Profesores disputando dirigencias regionales. Eso es lo que las feministas tenemos que hacer: ir corriendo los márgenes estrechos de esta democracia (…) porque el feminismo propone mayor democracia. El democratizar las decisiones, los espacios y lugares donde discutimos es fundamental. De esa forma, estamos asegurando una nueva forma de hacer política y de erradicar prácticas patriarcales”.

Camila Aguayo cree que en ocasiones hay un aprovechamiento por parte de las instituciones y del feminismo liberal respecto del trabajo acumulado por el movimiento social de mujeres. Pero no cree que esa situación se aplique a los movimientos sociales: “Cuando vamos ganando hegemonía se logra generar consensos culturales. Esas son ganadas. Si hay sectores que se apropian (de las demandas y consignas) significa que se están dando cuenta que las feministas estamos ganando cancha y que las viejas formas de hacer política ya no tienen cabida. El que esos sectores vayan ampliando su discurso, creo que son ganadas del movimiento feminista. Pero nosotras siempre debemos estar disputando, para que eso se traduzca en una profundización política y no quede solo en el discurso”.

La naturalización de la violencia político sexual hacia las mujeres y disidencias

En Chile había un silenciamiento histórico respecto a la violencia político sexual hacia las mujeres y disidencias. Creo que ese silenciamiento es responsable de la impunidad, al no visibilizar que ese tipo tortura y de violencia, existe. Ese silencio ha provocado que haya impunidad en la violencia sexual que se ha ejercido por parte de los agentes del Estado hacia las mujeres desde el 18 de octubre”.

La vocera de la Asamblea Feminista Plurinacional dice que la tortura sexual y vejámenes han sido una constante para las mujeres que han participado en los movimientos sociales y estudiantiles de los últimos 30 años. Donde no existió ninguna voluntad por parte de los gobiernos de turno para sancionar a los responsables. Tampoco para revisar los protocolos de las policías ni formarlos en perspectiva de género. Por lo que se fueron reproduciendo prácticas arraigadas desde la dictadura.

Nadie, afirma Camila, puede decir que no conocía de los vejámenes sexuales que cometían los funcionarios de Carabineros. Porque durante dos décadas estos fueron transmitidos por los medios de comunicación cada vez que se realizaban los desalojos a establecimientos educacionales ocupados por sus estudiantes: “Cómo se producían tocaciones, situaciones de acoso y abuso hacia las secundarias. Hubo un silenciamiento. Pero también el hacer vista gorda y una normalización de esas situaciones”.

Apunta que una de las principales responsables actuales de este silenciamiento, es la Ministra de la Mujer y Equidad de Género Isabel Plá. Al no pronunciarse y no abrir canales institucionales de denuncia, sería responsable política de la violencia sexual hacia las mujeres durante la revuelta social. Recalca que la negligencia de la ministra, se enmarca en una estructura que históricamente ha “invisibilizado los vejámenes que viven las mujeres y las disidencias sexuales”.

De organismos internacionales que no se han pronunciado o tardaron en hacerlo, como ONU Mujeres, Camila Aguayo dice que no les sorprende su silencio respecto a las violaciones de los derechos humanos de las mujeres porque están al “alero del imperialismo” y que “no están por la transformación efectiva de las desigualdades sociales”.

Los desafíos de la organización feminista, caras nuevas

La Asamblea Feminista Plurinacional aún es un espacio en conformación en que confluyen diferentes generaciones de mujeres, que además provienen de diversos frentes: activismo, academia y las artes. Para Camila Aguayo es esa pluralidad de voces, la fortaleza de la organización, que les permite estar representadas en múltiples áreas. Donde, según su punto de vista, “todas somos voceras y representantes de la Asamblea”.

Por eso, algunos de sus desafíos son lograr una estructura interna de funcionamiento que canalice aquella pluralidad. También un despliegue que permita una mayor inserción para trabajar desde los territorios. “Falta una mayor articulación con sectores y organizaciones de las disidencias sexuales. Eso es algo que hace falta en la Asamblea. Estamos recién delineando los marcos políticos por los que nos movemos (…) La Morada fue una de las organizaciones convocantes y ocupamos su espacio. Pero se está dando lugar a las feministas más jóvenes y nuevas. De hecho, en la última asamblea fue discutido eso. Que se puedan referenciar caras nuevas y jóvenes del feminismo. Si bien esa crítica es dentro del contexto en que recién nos estamos conformando, creo que esas son prácticas que se van subsanando, al ir dando espacio a las feministas más jóvenes que no lo habían tenido”.

Con una Asamblea Feminista Plurinacional en construcción, Camila dice que es un espacio para que muchas mujeres puedan sentirse convocadas. Reconoce estar conforme con los equipos de trabajo que desde octubre hasta ahora, han afrontado la contingencia propia de la crisis política. Cree que ante el escenario que atraviesa América Latina, es urgente que la marea verde siga tejiendo lazos de hermandad internacionalista y así compartir ideas programáticas que pueden actuar como mínimos democráticos. Porque “el feminismo no solo busca transformaciones hacia las mujeres, sino que es la respuesta actual al capitalismo. Propone un nuevo modelo de sociedad contrario al neoliberalismo, que ha precarizado nuestras vidas”.

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