Compromisos y desafíos para erradicar la discriminación y violencia sexual en la educación superior

Compromisos y desafíos para erradicar la discriminación y violencia sexual en la educación superior

Por Valentina Silva

Una diversidad de actores políticos y sociales asistieron al Seminario “Estrategias y experiencias internacionales comparadas contra la discriminación y violencia sexual hacia las mujeres en la educación superior”, organizado por ONU Mujeres y el Ministerio de Educación realizado el 30 y 31 de octubre. Hasta la Comisión Económica para América Latina y el Caribe (CEPAL) llegaron autoridades, entre ellas, la ministra de Educación Marcela Cubillos; la ministra (S) de la Mujer y Equidad de Género, Carolina Cuevas. También rectores de universidades: Ignacio Sánchez de la Católica; Rafael Epstein en calidad de subrogante por la Chile y Aldo Valle de la Universidad de Valparaíso y vicepresidente Ejecutivo del Consejo de Rectores de la Universidades Chilenas (CRUCH). También participó un variado grupo de representantes de instituciones educacionales del país, que busca impulsar políticas para una educación no sexista y combatir la violencia de género en las universidades chilenas.

Llegando al último trimestre de 2018 y a los balances de lo que fueron las movilizaciones feministas en las universidades, el seminario realizado en la CEPAL fue una oportunidad más para reflexionar y aprender de las experiencias internacionales sobre cómo combatir la violencia de género en la educación superior. Un desafío que busca elaborar e implementar protocolos contra la discriminación y violencia sexual al interior de las universidades y también contar con políticas de prevención que permitan que las estudiantes avances en sus estudios libres de discriminación.

Si bien se han registrado avances en materia de igualdad de género en los sistemas educativos “las mujeres en América Latina y el Caribe siguen enfrentando patrones culturales discriminatorios en las instituciones de educación superior que limitan sus perspectivas de desarrollo profesional y personal, y vulneran su derecho a vivir una vida libre de violencia”. Así lo resume Mario Cimoli, secretario ejecutivo adjunto de la Comisión Económica para América Latina y el Caribe (CEPAL), que advirtió que el promedio de años de estudio de la población económicamente activa (PEA) de 15 años o más, es mayor entre las mujeres que entre los hombres (9,6 años y 8,8 años, respectivamente).

Los indicadores del Observatorio de Igualdad de Género de América Latina y el Caribe de la CEPAL muestran, por ejemplo, que la sobrecarga de trabajo doméstico y de cuidado no remunerado afecta de forma determinante a las mujeres, reproduciendo círculos viciosos de pobreza de tiempo y pobreza monetaria, entorpeciendo su entrada y permanencia al mercado laboral y reduciendo sus posibilidades de obtener ingresos propios. Las mujeres destinan en promedio entre un 20% y un 30% de su tiempo al trabajo doméstico y de cuidados no remunerado, mientras que en los hombres esta proporción se encuentra en torno al 10%. Para Cimoli “la construcción de capacidades, la calidad de la educación y asegurar la plena participación de las mujeres son esenciales para dar un salto hacia la dinamización de las economías en sectores innovadores”.

Interpelación al rector Sánchez

En medio del desarrollo de una de las mesas que daba cuenta de las experiencias chilenas para mitigar las situaciones de discriminación y violencia en la educación superior, una decidida Janneke Noorlag toma la palabra e increpa al rector de la Universidad Católica Ignacio Sánchez. Cuestionó su presentación y relato sobre lo avances implementados en la casa de estudio en materia de protocolos y estrategias para evitar el acoso sexual.

En 2015, Janneke Noorlag fue víctima de abuso sexual al interior de la Católica por parte de un compañero con el que participaba en un programa de estudios de postgrado. Por lo mismo, al subirse al estrado le dijo directamente al rector Sánchez: “Mi pregunta va hacia usted ¿de verdad piensa que está haciendo un buen trabajo?”, agregando que “los protocolos acá en la exposición me parecen fantásticos pero en la realidad no lo son, yo no recibí ninguna acogida, ningún apoyo, y después de todo el daño que la universidad hizo, en mi caso tampoco recibí ningún acto reparatorio“.

Noorlag apuntó a que las campañas de sensibilización implementadas por la universidad no buscan cambiar ni educar al estudiantado. “ ‘Cuida tu cuerpo, cuida tu vaso’, nuevamente se enfoca en la responsabilidad de la víctima, nosotras necesitamos preocuparnos de quien nos viola. Y más que una pregunta, quiero hacer un llamado: por favor, hagan una buena reflexión sobre esto, usted salió en la prensa pidiendo perdón a las víctimas de la Iglesia, haga una reflexión de lo que está pasando en su casa, en la Universidad Católica de Chile, quizás también es necesario pedirle perdón a todas las víctimas que no fueron acogidas”.

Ante el cuestionamiento público, el rector de la UC respondió que “sí creo que estoy haciendo una buena gestión, sí lo creo, fuertemente, nuestra institución no tiene más problemas que otras” y agregó que “estamos en un camino donde los sumarios y juicios que se están haciendo están encontrando culpables”. Con respecto al caso de Janneke Noorlag reconoció que le “gustaría saber de la situación puntual y en qué medida se puede reparar un daño muy tremendo (…) solidarizo con lo que usted dice, ahora ya lo dije, hay muchas cosas que se pueden modificar”.

Noorlang quien actualmente se desempeña como académica insiste en que “todas las campañas están en contra las víctimas por eso son antiderechos, se meten en casos que se están tramitando legalmente; la secretaría general se metió en mi caso, desestimando a mi persona y entregando información errónea al fiscal, se meten a las redes sociales de las víctimas para buscar información y así desestimarlas, y siempre se pone al victimario en primer plano”.

Reconocimiento a la #olafeminista

El seminario recorrió experiencias nacionales e internacionales. La ministra (s) de la Mujer y Equidad de Género Carolina Cuevas dijo que “este 2018 está siendo un año muy relevante en la agenda y en las demandas de las mujeres en todo el mundo (…) El acoso sexual ha comenzado a visibilizarse relativamente reciente en las instituciones de educación superior chilenas con un creciente interés público, que ha demandado avances en la normativa tanto en la atención de las víctimas de acoso como en las tareas de prevención.”

Detalló que “también nos parece atingente considerar el problema del acoso sexual, en un contexto más amplio, que incluya todas las inequidades y las discriminaciones arbitrarias que pueden enfrentar las estudiantes de educación superior, las brechas horizontales por área de conocimiento o verticales relativas al desarrollo de la carrera académica y la participación en cargos de toma de decisiones en igualdad de oportunidades. Hoy más que nunca la igualdad de oportunidades debe incluir la igualdad de acceso y uso del conocimiento.”

Por su parte la ministra de Educación, Marcela Cubillos, inició su discurso reconociendo que fueron las movilizaciones feministas, las que pusieron sobre la mesa los temas discriminación e igualdad de género. Gracias a dichas manifestaciones, es que se comenzaron a conocer los innumerables casos de abuso y violencia sexual. Sin embargo, admite que pese a su visibilidad, “todavía tenemos una gran deuda pendiente, de hecho, son muchas las instituciones de educación superior que aún no cuentan con procedimientos claros”.

La ministra Cubillos informó de la constitución de una mesa entre el Mineduc, la Segpres y el Ministerio de la Mujer y Equidad de Género, que solicitó a todas las instituciones de educación superior  informar si existían protocolos, procedimientos y políticas para prevenir y sancionar el acoso sexual, laboral y cualquier forma de discriminación arbitraria: “Nos encontramos con la sorpresa de que alrededor del 20% señaló que todavía no cuenta con protocolo específico en esta materia. Por tanto, todavía hay una gran tarea pendiente por hacer en la educación superior.”

Igualdad de género, necesidad civilizatoria

En Chile han salido a la luz, múltiples casos de violencia sexual y sexualizada al interior de las universidades, con una crítica rotunda hacia las casas de estudio que no cuentan con protocolos y procedimientos necesarios para investigar las denuncias. El vicepresidente Ejecutivo del Consejo de Rectores de Universidades Chilenas (CRUCH) y rector de la Universidad de Valparaíso Aldo Valle aseguró que “aquí no estamos frente a una disputa ideológica sino a una necesidad civilizatoria, estamos más bien ante una demanda de carácter universal que compromete la dignidad de todos y todas”. Agregó que “las universidades tienen que sentirse interpeladas y con una obligación moral (…) Avanzar en el desarrollo normativo no es ideología; se trata de un moral e intelectual”.

Valle dio a conocer que “la Comisión de Igualdad de Género del CRUCH ha fijado una agenda con siete líneas de acción en las que estamos trabajando como elaborar un diagnóstico integral de la situación; institucionalizar el trabajo de la Comisión para que todas las universidades que integran el CRUCH formen parte de dichas políticas y líneas de acción; formulación de un plan de igualdad de género para el Consejo de Rectores; políticas de prevención, atención, sanción y erradicación de la violencia; generación regular y sistemática de datos y estadísticas desagregadas por sexo; incluir la perspectiva de género en la formación e investigación y la búsqueda de una presencia equilibrada de hombres y mujeres en gobiernos universitarios, gremios y federaciones de estudiantes”.

Respecto a los avances en la Universidad de Chile, el rector (s) Rafael Epstein aseguró que “existió un sentido de urgencia que se gatilló por los casos que se fueron presentando”. Fue en enero de 2017 que se lanzó la política y protocolos; se dio origen a una comisión para la prevención y apoyo a personas víctimas de violencia sexual y a una política destinada a abordar otras manifestaciones de violencias que se registran en el contexto universitario. Ambas medidas, se suman a la creación de la Dirección de Igualdad de Género, la formación de un Consejo Asesor que integran las y los vicerrectores, y la creación de la Comisión Triestamental de Igualdad de Género. Fue en conjunto con académicas, estudiantes y funcionarias, que se pudo avanzar en dichos temas durante las movilizaciones.

Rafael Epstein concluyó con algunos desafíos que consideran hacia el futuro: «Incorporar la igualdad de género y la educación no sexista en el modelo y las prácticas educativas. Esto nos permitirá enfrentar los modelos de formación basados en estereotipos y sesgos de género y avanzar hacia una educación con mirada crítica capaz de interpelar la normalización de las desigualdades».

Por su parte, el rector de la Universidad Católica Ignacio Sánchez aseguró que actualmente se está trabajando en iniciativas para el desarrollo de la mujer al interior de su casa de estudio y planes para la prevención de acoso sexual. Como primeras medidas – detalló – está implementar un modelo de observación llamado “observadores activos”, apoyar psicológicamente a quienes han sido víctimas con urgencia y empatía, resguardando la confidencialidad.

También sugirió Sánchez la necesidad de ajustar la reglamentación interna y diseñar un sistema de seguimiento de la política que permita hacer una mejora continua: “Uno de los aspectos más importantes es hacerla confiable, cercana, para que las personas utilicen la institucionalidad (…) Existen algunos casos en que las denuncias no llegan hasta ahí y es muy difícil llevar a cabo un proceso y seguimiento, y realizar las sanciones que correspondan.” Al final de su intervención el rector de la Católica agradeció las movilizaciones feministas, a ellas se debió que las denuncias se hayan multiplicado en tres con respecto a 2016.

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