Contra todas las exclusiones

Contra todas las exclusiones

En general, aun cuando ya no hablamos de “la mujer” sino de las mujeres, se tiende a vernos como un colectivo relativamente homogéneo, en que la mayor diferencia se da en relación con el género masculino, es decir, con los hombres como colectivo. Sin embargo, las mujeres viven una multiplicidad de experiencias de discriminación y desigualdad, relacionadas con otras dimensiones de su ser mujer.

Es cierto, el feminismo se construyó históricamente desde esa principal relación de desigualdad, las relaciones de poder patriarcales, pero desde un inicio, visualizó la existencia de otras dominaciones comparables a las de las mujeres. No es casualidad que hubiera mujeres comprometidas en las luchas contra la esclavitud (en Estado Unidos y en Brasil) en paralelo con la lucha por el derecho a voto, y tampoco debe sorprender el compromiso de las feministas con las luchas antirracistas en Estados Unidos en el siglo XIX. Se apreció ya en esos años las similitudes entre el racismo y el sexismo. También en Perú, cuando Clorinda Matto de Turner reveló los abusos sexuales perpetrados por gobernadores y curas locales sobre las mujeres indígenas (1899), señalando la vulnerabilidad que generaba su condición étnico-racial y además de ser mujeres.

Esta experiencia de discriminación “agregada” que sufren sectores de mujeres ha permeado el feminismo desde hace décadas, dando origen a movimiento y liderazgos de mujeres muy significativos: Domitila Barrios de Chungará, como mujer indígena de las zonas mineras en Bolivia, en los 70, Angela Davis, como mujer negra en Estados Unidos de América en los 70, Rigoberta Menchú, como mujer indígena campesina guatemalteca, Premio Nobel de la Paz 1992. Surgieron entonces el “feminismo indígena”, el “feminismo negro” y también el llamado “feminismo popular” de los 80, con expresiones como el Movimiento de Mujeres Pobladoras (MOMUPO) aquí en Chile, la Regional de Mujeres de la Coordinadora Nacional del Movimiento Urbano Popular (CONAMUP) en México, la Asociación de Mujeres de Zona Leste (Associaçâo de Mulheres da Zona Leste, AMZOL) en Brasil, o la Federación Popular de Mujeres de Villa EI Salvador (FEPOMUVES) en Perú. Paralelamente, se desarrolló el feminismo lésbico que criticó en los años 80 la “heterosexualidad compulsiva” y con ello, el binarismo incluso del feminismo histórico.

Desde estas experiencias, el movimiento feminista fue pasando de una identidad singular en los años setenta y ochenta hacia una perspectiva más plural durante mediados de los años noventa, cuando las propias mujeres reinterpretaron los términos del feminismo y los reelaboraron desde sus propias perspectivas. En los últimos años habla de “interseccionalidad”, que se ha convertido en la expresión utilizada para designar la perspectiva teórica y metodológica que busca dar cuenta de la percepción cruzada o imbricada de las relaciones de poder, la multiplicidad de experiencias de sexismo vividas por distintas mujeres.

En Chile este ha sido un proceso más lento y poco visibilizado. Existe un trabajo político en los territorios de los feminismos populares, que han cuestionado por décadas al feminismo hegemónico.  Desde la academia existe hace años el esfuerzo a través de la investigación que reconoce otra episteme, de relevar un saber y una sujeta subalternizada por una mirada colonial.  Todos estos esfuerzos han tenido más visibilidad a propósito de la explosión de las jóvenes feministas de los últimos años. No sólo la discriminación-dominación-subordinación por género no es tolerable: tampoco las experiencias de mujeres que suman sus experiencias de raza, de clase, de etnia, de orientación sexual e identidad de género, de condición de discapacidad, y ahora, de nacionalidad.

Como país –y también como feministas- estamos en deuda con todas esas mujeres, que son miles y miles. En este Boletín damos voz a quienes las experimentan y las conocen, con la convicción de que el movimiento feminista se enriquece y valida con todas ellas, y de que el país debe avanzar en el reconocimiento y la vigencia de los derechos humanos de todas ellas.

 

María Emilia Tijoux: “El problema es el racismo, no las inmigrantes”

La migración está dando de qué hablar hace varios años en todas partes del mundo. En el caso de Chile, el panorama se ha contaminado de mitos y desinformación que presentan la migración de manera negativa, y que se acentúa más aún, si se entrelaza con ser mujer y de piel oscura. Para María Emilia Tijoux estos mitos y falsedades comienzan desde mucho antes en la historia de nuestro país, con un racismo que se ha instalado en las profundidades de nuestra culturaTijoux es profesora  de la Escuela de Sociología de la Universidad de Chile, cuenta con una larga trayectoria en iniciativas de derechos humanos. Actualmente dirige diversos proyectos sobre la temática de las migraciones y también de sus consecuencias como el racismo.

Mujer, inmigración y racismo

“El significado de ser mujer es gigante” explica Tijoux, y agrega que es una categoría que está colocada en un lugar subordinado. Este lugar subordinado lo ocupan otras categorías también y se van entrelazando entre ellas. Ser migrante, tener piel oscura, ser pobre. De esa forma, si se piensa de manera más interseccional, la mezcla de estas distintas categorías son parte de la construcción de la diferencia que opera en distintos ámbitos, interrelacionadamente, y en ese sentido “el racismo viene a ser una cuestión más transversal que permite que se pueda gobernar de mejor manera -como decía Foucault- al organizar las diferencias, y generalmente las diferencias las organiza el Estado y sus gobiernos por abajo”

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Belén Castro: “Es súper complejo salir a marchar… tengo que luchar conmigo misma y pensar cómo lo voy a lograr»

Por Catalina Arenas 

Su “talón de Aquiles” es el desplazamiento. Para ella no es fácil moverse de una actividad a otra porque las ciudades no son accesibles. Las barreras no son solo físicas ni espaciales, también son discursivas y culturales, así lo relata la psicóloga que tiene una discapacidad físico-motora como consecuencia de una parálisis cerebral. Belén Castro, psicóloga, habla desde una silla, privilegiada por el recurso humano que significa sus redes de apoyo. Un contexto que la ha potenciado para hoy ser un agente de cambio.

Vivimos en una fantasía

La interseccionalidad se entiende como una dimensión que demuestra la superposición de distintas discriminaciones que interactúan entre sí y así como Belén, otras mujeres también lo viven en carne propia. “Ser mujer con discapacidad es mucho más difícil que un hombre con discapacidad”, aseveraUna frase que Belén Castro entiende a partir de la cultura patriarcal y machista que exacerba la discriminación y desinterés hacia las mujeres.

La profesional recuerda que otras mujeres han dejado sus sueños atrás, resignándose a las labores domésticas por causa de la discapacidad, su situación socioeconómica y género. Es así como se cierran las puertas y las mujeres quedan enclaustradas en la invisibilidad, sin herramientas para crear puentes de información ni redes que les permitan desarrollarse.

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Anastasia Benavente: “Que la sociedad entienda que somos un grupo de vulneración, que no somos hombres vestidos de mujer»

Por Daniel Meza Riquelme

La académica, representada por Corporación Humanas, presentó un recurso judicial de no discriminación contra la decana de la Facultad de Educación de la Universidad del Desarrollo. Anastasia Benavente urge a la sociedad civil y a las organizaciones a trabajar por una ley integral trans en Chile. En conjunto con el Sindicato de Trabajadoras Sexuales Amanda Jofré, consideran urgente la existencia de un cuerpo legal que otorgue acceso laboral trans para incluir de forma efectiva a las mujeres transgénero además de medidas reparatorias para aquellas que han vivido una violencia estructural y la exclusión del sistema.

Hace 20 años, cuando Anastasia Benavente egresó de Licenciatura en Literatura y Lingüística en la Universidad de Chile, carrera que luego complementó con un programa de formación pedagógica, se encontró con un sistema que la excluyó. “En algunas entrevistas para postular como profesora de lenguaje rompieron el currículo en mi cara, en otros casos lo tiraron al piso”, rememora. En otros establecimientos quedaron en llamarla. Jamás recibió una respuesta de vuelta para confirmarle una plaza como docente. Ante la precarización económica que se instalaba en su vida se auto mutiló, dice: se cortó el pelo y compró un terno. Bajo la expresión de género de hombre gay consiguió una oportunidad para desarrollarse profesionalmente.

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Susana Huenul: “Siempre tenemos problemas con las normativas que no favorecen a las oprimidas”

Por Catalina Arenas

No se considera como una socia activa de la Red de Mujeres de Lafquenmapu porque, según aclara, no participa de las reuniones y labores que ellas realizan en el campo. Sin embargo, desde su trabajo en la Municipalidad de Tirúa se encarga de facilitar los distintos procesos para las actividades de la Red y cumplir con los objetivos que ellas se proponen. Susana Huenul Colicoy se dedica a desplegar acciones como la protección del agua, la semilla y la reforestación del bosque nativo y hoy, profundiza en los alcances de la interseccionalidad.

Pasos para el debate sobre las violencias

“En Tirúa existe la violencia contra la mujer en el contexto de parejas”, asegura Susana Huenul. En la comuna de la provincia de Arauco, no hace mucho que se identifica este tipo de violencia “puertas adentro”, en las casas y en manos de un conocido: conyugue o conviviente. A150 kilómetros hacia la costa de Tirúa está Collipulli, donde ocurrió el femicidio número 23 de 2019 según los datos recopilados por la Red Chilena contra la Violencia hacia las Mujeres. Lorena Quindenao fue asesinada por su conviviente con un disparo en la cabeza y su fallecimiento fue consignado como accidental por las autoridades luego que se consumara un incendio y se hallaran dos cuerpos. El femicidio se constató cuando se entregaron los resultados de la autopsia y se encontró la escopeta. Andrés Parra, el femicida, murió por la inhalación de monóxido de carbono. Se dice que fue suicidio.

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