Daniela López Nodo XXI y nueva Constitución: «Las mujeres pueden ser ciudadanas que no tengan que pasar de la dependencia del marido patriarcal a la del Estado patriarcal»

Daniela López Nodo XXI y nueva Constitución: «Las mujeres pueden ser ciudadanas que no tengan que pasar de la dependencia del marido patriarcal a la del Estado patriarcal»

Por Catalina Arenas

Con la replicada performance del Colectivo Las Tesis latente, la abogada de AML Defensa de Mujeres y directora de Nodo XXI, Daniela López, aborda el proceso constituyente y los principios y derechos que debiesen ser escritos con una perspectiva feminista. Por lo pronto, la carta vigente menciona la palabra mujer una sola vez y para referirse a la igualdad ante la ley, lo que significa que resta mucho por avanzar a un cambio realmente sustantivo.

En la antesala a la consulta ciudadana que harán 225 comunas de Chile el 15 de diciembre, Daniela López repasa el contenido de la Constitución del 80 y profundiza en cómo estos pueden incidir en los cambios que la ciudadanía demanda y en los debates que se iniciarán. Uno de ellos es la igualdad formal que está consagrada en la norma vigente. Así se lee en lo literal. Pero implícitamente esconde una desigualdad material, de clase y de género. Más adelante, la abogada vislumbrará qué se dice entrelíneas de la denominada ‘casa común’ de la ciudadanía.

Daniela sostiene que el mecanismo para el cambio de Constitución debe ser la Convención Constituyente con el 100% de personas electas por la ciudadanía y con la inclusión  de menores de edad que hayan cumplido 14 años en el plebiscito que se realizará en abril de 2020. Cree en el principio de la autonomía progresiva. “Hay adolescentes que fueron capaces de evadir el metro, movilizar a todo Chile diciendo ‘soy la hija de la nana y del obrero’ movilizando la coyuntura más histórica que hemos tenido”, refuerza.

«La Constitución está escrita en clave masculina»

El debate político orquestado por las población movilizada por la dignidad de todas las personas, ha ido cambiando su clivaje en cuanto a los temas que conciernen a las mujeres. “En la génesis, el proceso constituyente está expulsando la historia vital de cómo tienen que vivir las mujeres en sociedad”, asegura la directora de Nodo XXI. Para comenzar, la abogada se pregunta: “¿Cómo hacemos retroceder el Estado subsidiario que tiene desigualdad de género y de clase?” Una forma es desde la construcción de una Constitución  que se inspire en principios acorde a este siglo. “Es importante entender qué carácter de género contiene la Constitución actual para saber cuáles son nuestros desafíos, límites y riesgos. Si miramos la del 80 es, sin duda, una concentración de poder fundamentalmente económico-masculino. Porta una desigualdad estructural que prepondera lo masculino por sobre lo femenino”, explica López y añade que “la Constitución está escrita en clave masculina porque la autoridad femenina no es figura que se sienta dueña de lo público. A Michelle Bachelet, la encajonaban mucho en el papel  de  una madre para Chile que, al fin y al cabo, es una reproducción de cómo tiene que ser una mujer en política y que al final es sacarla de la casa y ponerla en la esfera de lo público”.

Para Daniela López sí se puede cambiar el paradigma que todavía persiste en la sociedad chilena  acerca  de las  mujeres y sus ideales. “Creo que se agotó en Chile entender el tema de mujeres como un departamento en la sociedad”, dice  la directora de Nodo XXI y ejemplifica: “No basta que las Universidades tengan su departamento de género o que el Estado tenga un solo Ministerio cuando la perspectiva de género tiene que estar precisamente en Hacienda y en todo el gabinete.Transversalmente”.

Si esta situación persiste tal como está, lo que sucede es que un equipo casi sin presupuesto intenta capacitar a diferentes funcionarios del Estado en cursos año a año sin evidenciar un mayor impacto. “Las Tesis lograron un impacto social que ni todas las políticas públicas de la transición han podido lograr en el plano de las mujeres.” Destaca que por primera vez van a ingresar a la democracia intereses que nunca han sido parte del debate público. “Eso es la democratización social, lo que para mí es lo más trascendental de la participación ciudadana”, puntualiza.

Igualdad con «apellido»

La Constitución es una convención social que da cuenta de un acuerdo político y jurídico. Expresa principios, derechos, garantías e instituciones que rigen la convivencia de la sociedad en el territorio nacional, además de la organización del país. En el segundo artículo de su tercer capítulo dicta: “La igualdad ante la ley. En Chile no hay persona ni grupos privilegiados. En Chile no hay esclavos y el que pise su territorio queda libre. Hombres y mujeres son iguales ante la ley”. Un apartado que garantiza una igualdad formal, pero no se hace cargo de la igualdad estructural. “En el caso de las mujeres cuando quieren buscar un trabajo no hay igualdad”.

Para lo anterior, la abogada y asesora jurídica ejemplifica. “Cuando hablamos de trabajo doméstico no remunerado, de doble o triple jornada, de trabajo feminizado, o de justicia, nos damos cuenta de que esa igualdad formal no está porque ellas tienen más impedimentos para ejercer ese derecho”. Daniela López desarrolla tres argumentos de por qué esta igualdad “con apellido” no está garantizada en la Carta Fundamental.

Primero, las mujeres son las principales cuidadoras en sus núcleos familiares y hogares. Por lo tanto, los horarios en los que permanecen abiertos, los tribunales muchas veces no coinciden con los tiempos libres que tienen  para encargar esta labor de cuidado. “Nosotras privadamente en nuestras casas tenemos que hacernos cargo de la crianza y del cuidado de las enfermas, de las personas con discapacidad”, complementa.

Segundo, las distancias entre la Inspección del Trabajo y sus casas, por ejemplo. A esto se le suma que las jornadas de trabajo -full time- son poco flexibles en general, lo cual les obliga además a tercerizar la atención de las personas dependientes en otras mujeres. En tercer lugar están los costos de representación judicial. “Si solo eres dueña de casa y el trabajo remunerado no está reconocido, ¿cómo costeas abogados y abogadas especializadas en la materia para asesorarte?, ¿y el transporte?, ¿y las pericias judiciales que son carísimas?”, cuestiona.

Temario para una constituyente feminista

Las demandas de las mujeres interpelan transversalmente a todas las carteras ministeriales, por lo que es primordial otorgarles a ellas un espacio que trascienda a lo privado; alejado de los roles de género. Una superación que se consigue desde el lenguaje empleado en la nueva Constitución Política hasta la formación de los imaginarios que interpretarán estas letras.

La hoja en blanco que fue comprometida en el Pacto Social significa múltiples opciones para construir una sociedad más justa y paritaria. “La paridad efectiva debería ser en todos los órganos decisorios de la sociedad, eso significa tener que avanzar en la organización o administración de todas aquellas instituciones con poder de negociación”.

En ese sentido, la directora de Nodo XXI comenta acerca de las agendas de género que se han instalado en los programas de gobierno con algunas demandas que buscan más oportunidades para las mujeres y la incidencia que han tenido en el aparato estatal durante el último tiempo. Su crítica es que, si bien traen a la mesa problemáticas que enfrentan las mujeres a diario, estas demandas no son lo suficientemente transversales. Esto quiere decir que esas consignas no representarían la visibilidad de todas las mujeres ni de todos los espacios en los que se desenvuelven como lo es el trabajo remunerado, la precarización de la salud y los problemas de las pensiones. Pareciera  que las mujeres están ausentes. Lo anterior, menciona López, no permite  dilucidar políticas públicas diferenciadas con conciencia de género y clase.

Entre los temas apremiantes que cruzan la vida de las mujeres está la erradicación de la violencia de género y estructural. “Si esta se mantiene naturalizada y no existe un reconocimiento explícito, hay vidas que se pierden cuando hay mujeres que aunque tengan todas las capacidades, las encierran en las casas y no pueden seguir desarrollando  sus profesiones o trabajos”.

En cuanto a las carreras técnicas y profesionales que existen para que las mujeres puedan incrementar sus talentos y habilidades, y así emprender una carrera u oficio, la abogada denuncia un mercado sexista que perpetúa una división sexual del trabajo. Daniela López asegura que persisten los sectores resistentes que esperan que las mujeres estén ejerciendo como profesoras de párvulos; en el área de la salud como enfermeras y en trabajos en que tienen que cuidar a otras y otros. No obstante, aquellas profesiones y oficios mayormente valorados, con mejores sueldos y con mejor reconocimiento, son carreras 100% masculinizadas. Plantea que el derecho al trabajo de mujeres y hombres debe estar garantizado en la nueva Constitución, en igualdad de condiciones, de la misma forma que el derecho a la igualdad de remuneración por trabajos de igual valor.

Anterior a las oportunidades de trabajo, se encuentra el ingreso a la educación, que debería ser pública y no sexista. Así lo asevera sin duda  la abogada de AML Defensa de Mujeres. “Si no tenemos una posibilidad de gestar una educación no sexista que rompa con los mandatos de género, con la reproducción de roles, el Estado seguirá generando una violencia institucional de reproducción”.

Daniela López también asegura que al momento de alcanzar la llamada tercera edad, las mujeres en vez de disfrutar su pensión se enfrentan a una dura realidad. “Las pensiones tienen que ver con los frutos del trabajo y las mujeres, además de tener trayectoria no continuas por ser cuidadoras permanentes o no ingresar al mercado laboral, están destinadas a ingresar de cabeza a la pobreza”.

En este análisis de demandas y reconocimiento de derechos que debiese consignar una nueva Constitución con perspectiva feminista, también se espera que el texto aborde los derechos sexuales y reproductivos, el derecho a la vida personal, familiar y laboral como proyección del libre desarrollo de cada persona; el deber de la corresponsabilidad parental independiente de la orientación o identidad sexual de las y los progenitores, la reivindicación de los derechos sociales y, por sobre todo, el reconocimiento a toda la diversidad de mujeres. “Si no somos capaces de reconocer la realidad de estas mujeres y tampoco le otorgamos los derechos para salir de esos circuitos de violencia estructural, no estamos consagrando una igualdad material”, cierra Daniela López.

Las mujeres son las cuidadoras de la humanidad

Esta entrevista no finaliza sin antes relevar un principio que reconoce una gran responsabilidad y que esconde una subvaloración del 51% de la población chilena. “Una mujer puede tener educación y al final, si se termina enfermando alguien, ella va a tener que cortar ese estudio, y ni siquiera va a tener derecho a cuestionarlo”, manifiesta  Daniela López.

Desde la perspectiva de la abogada, que cursa un magíster en Derecho de Género en el Instituto de Estudios Judiciales y la Universidad de Jaen en España, es así como ser cuidadoras de la humanidad tendría un carácter despectivo por situar a las mujeres en una segunda clase a la que  están destinadas de por vida. “Las mujeres pueden ser ciudadanas que no tengan que pasar de la dependencia del marido patriarcal a la del Estado patriarcal. Dejar de ser siempre concebidas en su experiencia vital como víctimas. Sin embargo, cuando ellas dejan ese estigma permanente, aparece el repudio de la sociedad porque parece que ella no sufrió tanto por  la violencia que vivió”.

Esta minimización social interviene en las oportunidades de las mujeres que estarían confinadas a estar potenciando y cuidando de otro u otra, y si esa mujer ha sido discriminada o agredida que ojalá se note. La ausencia de una regulación política y social de esta vivencia en la Constitución actual da paso a mayor desigualdad y subordinación sacrificial. “En el neoliberalismo esos grados de mayor vulnerabilidad en el sistema de desarrollo se profundizan mucho más por esta oda al individualismo que existe. No queremos la dependencia que controla nuestras vidas, o sea no queremos que alguien se crea dueño de nuestra vida y de nuestra muerte cuando se le ocurra”.

Lo importante refuerza Daniela López es que ahora sí, existe una posibilidad de enganchar estos nuevos debates a una Constituyente que también reconocerá los estándares de Derechos Humanos internacionales y que en la litigación se llama “control de convencionalidad”. Por lo tanto, una nueva Constitución garantizará un piso mínimo que es la dignidad y los Derechos Humanos de las mujeres.

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