El hilo rojo que une la rebeldía feminista: Estamos de vuelta porque nunca nos fuimos

El hilo rojo que une la rebeldía feminista: Estamos de vuelta porque nunca nos fuimos

Meribel González,  Memoria de Rebeldías Feministas

Mujeres de distintas edades y territorios se organizan por una vida digna. Hacen frente al olvido selectivo de la memoria que sólo habla de la derrota, para demostrar que siempre han sido protagonistas de la historia.  

La Asamblea de Mujeres de Quinta Normal comienza su jornada recordando las vidas de Elena Caffarena, Janequeo y la dirigente sindical María Rozas. «Si aquellas mujeres fueron muy aguerridas, la sociedad las igualó a los hombres, y los historiadores las convirtieron en un mito, pero existieron, están acá», señala la pobladora Paola Flores.

Para ellas, el ejercicio de memoria es fundamental y sueñan con construir un memorial que recuerde en el territorio a su vecina Marta Ugarte, la profesora del Partido Comunista que la Policía de Investigaciones sacó de su casa en Carrascal y entregó a la DINA, para ser brutalmente torturada por militares y doctores en Villa Grimaldi y Peldehue el año 1976. Más tarde, fue lanzada al mar por la Fuerza Aérea, su asesinato fue ocultado por los periodistas de La Segunda, El Mercurio y La Tercera, que afirmaron, se trataba de un montaje pasional.

Han pasado cuarenta años de su muerte, pero sus vecinas continúan luchando por una vida mejor. Fundaron la Agrupación de Mujeres Emprendedoras Jefas de Hogar (AGRUMEJH) y hoy también se reconocen como parte del movimiento feminista. Discuten sobre el aborto y la violencia pues consideran que la ola que sacudió a las universidades tiene una larga trayectoria que nace en los territorios y no puede ser olvidada.

El feminismo ha jugado un rol clave en el esfuerzo por hacer frente al olvido selectivo, “un hilo rojo nos vincula y permite confrontar la tendencia al recordarnos de forma fragmentada”, señala Beatriz Bataszew integrante del Colectivo de Mujeres Sobrevivientes Siempre Resistentes y de la Coordinadora Feminista 8 de Marzo.

Desde los territorios, hace ya muchas décadas, esa lucha y colaboración entre mujeres para enfrentar la miseria de la vida tomó un horizonte de transformación radical. “Queríamos conquistar una vida nueva, en la que pudiéramos tener la capacidad de pensar y proponer nuestros propios destinos y en la que la libertad fuera posible porque sería para todas y para todos”, señala Beatriz.

Sobre los cuerpos de aquellas luchadoras la dictadura ejerció una violencia que tenía el sello del patriarca. “Fue para devolvernos al rol histórico impuesto, un ejercicio de disciplinamiento que buscaba encerrarnos en nuestras casas, en los espacios privados. Ante eso, resistimos. Resistimos en todas partes: en los centros de tortura, en las cárceles, en los campos de concentración, en la población, en el exilio y en los territorios”, expresa la declaración de Memorias de Rebeldías Feministas.

Estamos de vuelta porque nunca nos fuimos

Violeta Medina da el inicio a la Asamblea de Mujeres de Pudahuel y se presenta como feminista popular. Así también lo hacen las mujeres que siguen, “somos las hijas y las nietas de las que se tomaron los terrenos hace muchos años por una vivienda digna y hoy también somos parte de este movimiento, aunque los medios solo hablan de las universidades”, señala una pobladora de Lo Hermida.  

Un hilo rojo las une. Entrelaza las manos de las que cocinaron en las ollas comunes, con las que levantaron las pancartas para exigir democracia en el país y en la casa, y las que hoy defienden el derecho a decidir por sus cuerpos.   

En un ejercicio colectivo de fuerza y poder propio organizan una Huelga Feminista para el próximo 8 de marzo. Como antesala, realizarán el Encuentro de Mujeres que Luchan el 8 y 9 de diciembre de este año.

“Una de las tareas prioritarias para nosotras es avanzar con un horizonte construido por todas, en nuestra diversidad pero con unidad, por eso la importancia de articularnos desde los diferentes espacios que habitamos y en los que nos organizamos por la construcción de un mundo diferente, digno para todos y todas nosotras y para las generaciones venideras” señala Jessica Leguá, integrante de la Asamblea de Mujeres de Cordillera y de la Coordinadora Feminista 8 de Marzo.

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