En los tiempos de Simone

El 8 de enero de 1908 nacía Simone de Beauvoir en la ciudad de París.

Por Mabel Bellucci, Activista social, ensayista.

Publicado en Artemisa Noticias

El 8 de enero de 1908 nacía Simone de Beauvoir en la ciudad de París. Recibió de muy pequeña una educación burguesa asentada en los fundamentos de la religión católica, aunque muy pronto se rebela contra todo lo impuesto. La II Guerra Mundial influye notablemente en su manera de ver la vida y en 1943 decide dedicarse exclusivamente a escribir. En esta nota, la autora refleja el marco histórico y político del ensayo feminista ‘El segundo sexo’ (1949), una de las obras que la convierte en las figuras intelectuales francesas más importantes y comprometidas del siglo XX.

En 1949, se publica El Segundo Sexo en Francia. Los debates públicos de la época se centran en el estallido de La Guerra Fría entre ambas superpotencias, en el estremecimiento por el horror experimentado con el nacionalsocialismo, el fascismo. La retracción de las luchas de las mujeres por sus conquistas perdidas, lleva al feminismo a atravesar un cono de sombra. Simone de Beauvoir, en el momento de componer El Segundo Sexo, piensa en un ensayo sobre su persona sin llegar a ser sus memorias. Su involucramiento ideológico es con las tendencias comunistas y con los procesos de descolonización del mundo periférico. Aún, falta un compromiso expreso con el feminismo, recién lo hace en 1973.

En suma: El Segundo Sexo fue parido a contratiempo de la historia. 

Al carecer de interlocutoras, sin predecir los efectos posteriores que desenlazarían su obra, Simone se anticipa a la aparición de ese movimiento en los sesentas.

Por ello, El Segundo Sexo significará una herramienta teórica pionera, fundacional, que engarzada con otras coordenadas epocales, impulsa a la irrupción de la corriente feminista de la Segunda Ola, conocida también como Women’s Lib. Las mujeres encontraron visiones revulsivas que les permitió definir su malestar en un contexto de expansión económica, de progresivo ingreso en la universidad, en el mercado laboral y en la participación colectiva.

La visibilidad de El Segundo Sexo vendrá de la mano de las norteamericanas, quienes representan el paradigma emancipatorio de las mujeres en Occidente.

A lo largo de esa década, emerge una actividad febril en la constitución de frentes autónomos, resistentes al poder, las instituciones, normas y jerarquías. Exploran nuevos modos de intervención pública mediante la práctica de la democracia directa, del comunalismo. Estados Unidos es un  referente significativo: sus movimientos atesoran luchas de contestación en torno a la guerra, al consumo capitalista, a las diferencias raciales, de género y sexuales. Sumado, la filosofía situacionista francesa acuña la idea de revolución permanente en lo cotidiano. Además de radicalizar las pugnas políticas, la vida diaria, amorosa y sexual.

Respecto al mundo privado de Simone, ella construye un personaje guía, un polo de atracción para las que exploran en modelos alternativos. Encierra los perfiles propios de un canon: intelectual de talla, con pronunciamientos políticos diversos, escribe, acciona sobre la realidad para una innovación social y sexual. Su campo íntimo es de fronteras abiertas. Hace de lo personal un acontecimiento político. Y como otras escritoras francesas, desde su intimidad afectiva configuran una narrativa literaria y ensayística diferente a la instituida por las plumas masculinas.

Fue más que una feminista, fue una intelectual de izquierda, una activista de derechos humanos, una ensayista con estilo prometedor. Simone se sumó a una experiencia sin precedentes.

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