Natalia Silva: “Yo apoyo el aborto porque creo que la mujer tiene decisión en su cuerpo”

Natalia Silva: “Yo apoyo el aborto porque creo que la mujer tiene decisión en su cuerpo”

Por Camila Muñoz 

Natalia Silva (23) alias Natichuleta, es una joven ilustradora y estudiante de diseño gráfico de la Universidad Diego Portales, autora de la novela gráfica “No abuses de este libro” (2016) que narra la historia de Tina, una niña sexualmente agredida por su padrastro. Si bien la obra no se basa textualmente en la historia de Natalia, existe un parecido inevitable a lo que vivió.

La novela gráfica nace de la experiencia de abuso sexual que sufrió la ilustradora en su niñez y del impacto que le  provocó, cuando vio en el colegio, la película francesa Persépolis (2007) basada en la novela gráfica de Marjane Satrapi. Esta fue decisiva para comenzar a escribir un diario de vida (a los 16 años) que finalmente se traduciría en el texto «No abuses de este libro». Llegué rayando la papa con esta película y empecé a escribir en mi diario de vida todo lo que me había pasado, lo terminé y se lo mostré a mi papá quien me dijo -esto podría ser una novela gráfica- y la trabajé por ocho años hasta llegar a lo que es hoy en día, el libro”, cuenta Natalia Silva.

Para su autora, el libro fue parte de cerrar un ciclo oscuro de su vida, pese a que la carga personal y emotiva le impedía seguir avanzando al ritmo deseado. En conjunto con la editorial (Ediciones B) decidieron que era más sano crear un personaje. Así nace Tina y SuperChuleta, la heroína de la novela y alter ego imaginado por la autora para terminar con su abusador.

Según estadísticas del 2014 de la Oficina de las Naciones Unidas para la Droga y el Delito (UNODC), Chile es el país con la tasa más alta (68.5) de denuncia de abuso sexual infantil cada 100 mil habitantes en América Latina. 

Para Natalia Silva el Estado de Chile no cuida ni respeta a las niñas y niños agredidos sexualmente y que en cambio los culpa. “La política con este tema es pésima, por eso nunca demande a mi abusador. Cuando yo recién hablé tenía trece y consideramos demandarlo, pero era básicamente que un doctor te abriera las piernas para ver si seguías siendo virgen”, relata.

“Los hombres deberían dejar de ver a las mujeres como un objeto sexual y dejar de dar excusas como las que me ponían a mi cuando chica con el abuso sexual infantil: ‘es que la niña lo provocó’, ‘es que tú andabas en traje de baño’. Gracias a esas opiniones es que siguen los abusos sexuales”, detalla Silva sobre «las razones» con las que se intenta          legitimar los delitos sexuales contra la niñez .

Segundo trauma

Actualmente, 7 de cada 10 víctimas de violencia sexual son niñas. En más del 70% de los casos, los agresores y abusadores son varones cercanos, familiares o adultos con los que existe alguna vinculación de amistad o afecto, evidenciando lo complejo que resulta denunciar.

El 79% de las denuncias por delitos sexuales que recibe la Policía de Investigaciones (PDI) anualmente corresponden a personas menores de edad; equivalente a  4.890 denuncias de una totalidad de 6.190 registradas en Chile, el 2015.

Pese a la magnitud de las cifras, seguir adelante con la denuncia implica enfrentarse a un primer trauma por el abuso sexual o la violación, y a un segundo que es igual o más estremecedor:  el sojuzgamiento y la criminalización de las propias víctimas.

“No abuses de este libro muestra una realidad aberrante que hoy acoge nuestra sociedad y es el no creer en los testimonios de niñas violentadas sexualmente. “El libro muestra una realidad muy conocida, lamentablemente, que es cuando uno de los dos papás no cree, en este caso es la mamá”, sentencia la autora del libro.

Natalia Silva cuenta que tuvo el apoyo su padre y que a pesar de haber ido a una serie de psicólogas, la mayoría no logró ayudarla. “A mí no me gustan las psicólogas, por el trauma que me dejaron, de no ayudarme. No soy una persona triste, nunca demostré que lo estaba. Entonces su veredicto –el de la psicóloga- era que yo estaba bien, que no me afectaba el abuso. Pero sí me afectaba ¿acaso tengo que estar rodando en el suelo para que me pesquen?”, exclama. Recuerda que la primera psicóloga a la que asistió, minimizo el abuso, las agresiones: “le dijo a mi mamá que había sido abusada (…) Le dijo que sólo fue una vez”.

El cuestionamiento hacia los testimonios de niñas víctimas de abuso sexual o violación es transversal. Muchas veces parte del padre o madre, de otro familiar, y luego sigue en la sociedad, en quienes toman las decisiones o en parlamentarios, que lo minimizan. Para niñas y niños que sufrieron abuso sexual, el camino es largo y engorroso; el sistema judicial exige recordar una y otra vez todos los detalles de las agresiones, continuar con los exámenes físicos y psicológicos, esperar por meses que su credibilidad sea reconocido como una verdad.

Natalia Silva dice que estas fueron las razones para no denunciar. En primer lugar, porque el caso prescribía a sus 23 años y en segundo, porque ya no tenía pruebas para condenarlo. Sería exponerse a más sufrimiento. Travesías similares pasan cientos de niñas y niños. La campaña “No me pregunten más” – por ejemplo – busca desde hace algunos años que se apruebe la iniciativa legal que regule la grabación de testimonios de abuso sexual para resguardar y proteger a niñas, niños y adolescentes. La ilustradora cree que una medida como esta podría ayudar de manera certera a niñas abusadas. 

Somos heroínas

“Cuando chica me culpe, era una forma de decir que todo estaba bien, en la primera versión (del diario de vida) justificaba mucho, era increíble, pero ahora es todo lo contrario”, recuerda Natalia Silva.

Ser víctima no le acomoda, dice. Por eso nace “Superchuleta”, en respuesta a la sociedad, una forma de mirar a quienes hayan vivido un episodio de violencia sexual como héroes o heroínas. “Una lo tiene que superar sola esto. Las que pasamos por esto somos súper fuertes. Considerando que el abusador es, en la mayoría de las veces, cercano a la familia, que además te manipula cien por ciento, diciendo que es cariño; que si le cuentas a alguien va haber problemas, que es tu culpa (…)”.

“Hay que ser muy fuerte para despertar y darte cuenta de que lo que te dice el abusador no es cierto, es mentira. Creo que falta decirles a las niñas, a los niños: ¡no tienes que estar triste, eres fuerte, vive tu pena, pero tú eres fuerte, más que otra cosa! Y que podemos patear al abusador metafóricamente”, refuerza creadora de “Superchuleta”.

 

Yo apoyo el aborto

Durante el 2016, 22.349 adolescentes fueron «madres» en Chile, de ellas 678 son niñas menores de 14 años. Mientras, el proyecto que despenaliza el aborto en 3 causales está en compás de espera. Las expectativas se cifran en que su discusión se reanude en el Senado, en las primeras semanas de abril.

Natalia Silva cree que las dificultades en esta discusión sobre aborto se deben a que Chile es un país muy conservador y machista. “Hay poca cultura en torno al aborto, las personas creen que si se aprueba el proyecto se va a crear una línea gigante de mujeres en los hospitales y clínicas queriendo abortar”.

Para la ilustradora, las 3 causales del proyecto de ley son una buena manera de empezar y terminar con casos terribles de niñas que han debido ser madres. “Estoy absolutamente a favor del aborto, estas niñas que tiene 9 años y que las han obligado a mantener esos embarazos, es terrible ¿Qué culpa tienen las niñas?”.

Silva es categórica: la tercera causal de aborto, embarazo por violación, debiese ser la primera en aprobarse. “Yo apoyo el aborto porque creo que la mujer tiene decisión en su cuerpo y creo que además evitaría muchas muertes; si quiero abortar de forma segura debo tener la opción de hacerlo”.

La estudiante de diseño se define una activa feminista y cuenta que su lucha por los derechos de las mujeres comenzó con su experiencia de abuso, “estuve mucho tiempo con mi familia que minimizaba los hechos porque yo era mujer. Me daba impotencia, ¡qué importa que sea mujer!”, les decía.

Comenzó a leer, a informarse. En su reciente viaje a Suiza participó de la marcha Women´s March del 21 de enero pasado, que se organizó en protesta contra el presidente Trump: “Pensé que en un contexto así, de lucha por los derechos de las mujeres no me iba a pasar nada, pero igual sufrí acoso callejero”.

¿Qué hace falta?

Para la autora de “No abuses de este libro” una buena iniciativa para ayudar a niñas y niños y personas adultas con experiencias de agresiones sexuales, sería a través de proyectos como su libro, que son una manera sencilla de comunicar y ayudar a denunciar. “En el libro se explica con peras y manzanas, y ahí las niñas lo pueden entender. Mi hermana, de 11 años, no sabía lo que me había pasado, le pase el libro y lo supo. Es amigable para saber del tema”.

A Natalia Silva le sorprende que en países como Suiza la violencia sexual no sea un problema, en apariencia. Mostró su libro a una editorial, donde le reconocieron que la falta de estadísticas hacía suponer que no era un problema real: “pero sí, esto es un problema mundial del que hay que comenzar a hablar”, advierte.

Desde lanzó  “No abuses de este libro”, su recepción la impresiona cada vez más. Incluso en algunos momentos esa recepción le resulta desoladora. “Me llegan e-mail a cada momento de niñas que están siendo agredidas sexualmente o que fueron abusadas, así como tratando de encontrar consuelo en mí, es fuerte recibir tantos correos».

La ilustradora ha realizado decenas de talleres a lo largo del país, en dónde muestra su libro y habla sobre su experiencia de abuso sexual, “las charlas en los colegios son enriquecedoras, todas en un círculo opinando y debatiendo”.

“Creo que mi libro es una buena forma de hablar, creo que hacen falta más libros así, que digan la verdad directamente. Nadie habla de estas cosas, nadie enseña que no tienes que abusar del que está a tu lado. Lo que falta en Chile, además de una buena educación sexual, es decir no abuses de quien tienes al lado. Hace falta tener un espacio para contar si a ti te pasa”, reitera Natalia Silva, mientras adelanta que su próximo libro será sobre feminismo.

 

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