Opinión: Escribir la Constitución es una oportunidad histórica especialmente para las mujeres

rosario ricaldiHaciendo un balance de la Agenda planteada por el Movimiento Mujeres Presentes en la Historia, logramos una Constitución Política del Estado con una visión democrática e incluyente, no discriminadora,  con equidad entre mujeres y hombres.

Por María del Rosario Ricaldi Sandi. Constituyente por el Departamento de Tarija, Bolivia*

Compartir con las hermanas chilenas la experiencia de las mujeres bolivianas en el proceso constituyente es una hermosa oportunidad para provocarles a jugar el rol que la historia demanda y marcar un hito. Que un pueblo escriba su Constitución es una oportunidad histórica, lo fue para el pueblo boliviano y especialmente para las mujeres.

La Constituyente la sembraron los pueblos indígenas del oriente en la primera Marcha por el Territorio y la Dignidad en 1990, y luego en una y otra marcha donde participaron hombres y mujeres con sus hijos e hijas, cargados en sus espaldas, paso a paso. Esa semilla fue multiplicándose y madurando en diferentes sectores que soñamos con otra Bolivia posible y desde nuestras luchas los diferentes nos manifestamos. En Cochabamba, en abril del 2000, en la llamada “guerra del agua”; luego en octubre del 2003 la “Guerra del gas”; en la ciudad de El Alto, con procesos de presión social que fueron la expresión del rechazo a las políticas de enajenación de los recursos naturales, a las políticas neoliberales.

Es en medio de este clima que se produce, la huida del presidente Gonzalo Sánchez de Lozada en octubre de 2013; esto aceleró la convocatoria a la Asamblea Constituyente, que fue el punto central de la Agenda de Octubre.

El 6 de marzo, el presidente Evo Morales aprueba la Ley Especial de Convocatoria a la Asamblea Constituyente. Desde aquel momento las mujeres asumimos que teníamos que trabajar en procesos participativos de construcción de propuestas, que expresaran las necesidades de las mujeres plurales y diversas, dándole la legitimidad que demandaba la Asamblea.

En la Ley de Convocatoria a la Constituyente, las mujeres lograron el 30% de representación. Fuimos 88 mujeres de 255 constituyentes que expresábamos la pluralidad del pueblo boliviano y, de ellas, 5 que veníamos de las luchas de las mujeres comprometidas con nuestra Agenda: ventilamos nuestras luchas internas para sumar fuerzas con las organizaciones sociales a la hora de lograr los desafíos planteados.

En cientos de talleres, que movilizaron a más de 25.000 mujeres rurales y de la ciudad, quienes se constituyeron en el Movimiento Mujeres Presentes en la Historia, con propuesta en mano y una estrategia de incidencia clara, asumieron su rol de actoras del histórico proceso constituyente. Era la oportunidad para sentar las bases constitucionales de otro pacto social, este movimiento con los pueblos indígenas originarios, campesinos y como población históricamente excluida del Estado colonial, patriarcal y capitalista, tejimos alianzas en la Constituyente.

Diversas organizaciones sociales mixtas y de mujeres presentaron las propuestas en todos los espacios posibles para que fueran consideradas e incorporadas. Desde el movimiento de mujeres se realizaron talleres, encuentros, audiencias, en cada una de las más de 20 comisiones, marchas, audiencias públicas, encuentros territoriales, programas radiales y televisivos; junto a la valiosa asistencia técnica en todo el proceso.

Las mujeres siempre luchamos, aunque invisibilizadas. Sin embargo, para quienes en la década del 90 luchamos por una ley para enfrentar la violencia y otra ley para que nos garantizara al menos el 30% de cuota de representación, la oportunidad de hacer reconocer al Estado nuestros derechos específicos de mujeres en la Constitución era invaluable. Hoy podemos exigir al Estado el ejercicio de los derechos específicos de las mujeres, garantizados en este nuevo pacto social.

En la visión del nuevo país, se propuso un Estado descolonizador y despatriarcalizador; lo primero tenía terreno ganado con la lucha de los pueblos indígenas y la efervescencia de un nuevo gobierno encabezado por un líder campesino de raíces indígenas, Evo Morales.

El debate sobre la despatriarcalización no logró insertarse en el contenido de la nueva Constitución; sin embargo, quedó en la mesa y fue recuperada en la Ley de la Educación Nº 070 Avellino Siñani – Elizardo Pérez que en su Artículo 3° señala que la educación se fundamenta en bases descolonizadoras, antiimperialistas, despatriarcalizadoras y transformadoras de estructuras económicas y sociales, y en el Artículo 4° número 6, expresa como fin promover una sociedad despatriarcalizada.

Haciendo un balance de la Agenda planteada por el Movimiento Mujeres Presentes en la Historia, logramos una Constitución Política del Estado con una visión democrática e incluyente, no discriminadora, que promueve la redistribución económica, con equidad entre mujeres y hombres, un Estado autonómico y laico.

La Constitución reconoce los siguientes derechos específicos: se prohíbe y sanciona la discriminación por cualquier razón, se reconoce el derecho a una vida libre de violencia, acceso a la educación de las mujeres en todos los niveles, paridad en la representación política, acceso a salud universal gratuita, equitativa, a los derechos sexuales y derechos reproductivos, a una maternidad segura, libertad de culto, reconocimiento y revalorización del trabajo doméstico, garantia de los derechos laborales y seguridad social, acceso a trabajo con igual salario, a no ser discriminadas o despedidas por el estado civil, situación de embarazo, edad, rasgos físicos o número de hijos o hijas. La inamovilidad laboral no solo para las mujeres sino para el padre hasta el primer año del recién nacido. Acceso a la titularidad de la tierra, iguales derechos y obligaciones de todas y todos los miembros de la familia, igual responsabilidad de esposa y esposo respecto a las tareas del hogar, a la presunción de paternidad en virtud al interés superior de las niñas, niños y adolescentes, y de su derecho a la identidad. Además que toda la Constitución está escrita utilizando un lenguaje incluyente y no sexista.

Sin duda la razón del logro fue el contar con una estrategia que articuló la mayor cantidad de organizaciones con representación nacional, instituciones con años de experiencia en la lucha por los derechos de las mujeres, unidas a través de redes como la Coordinadora de la Mujer, la Articulación de Mujeres por la Equidad y la Igualdad, el Foro Político Nacional de Mujeres y la Plataforma de la Mujer.

Hay mucho por hacer para que los derechos constitucionales nos garanticen efectivamente una vida digna a las mujeres bolivianas. Seguimos en la brecha, confiadas en que juntas, con propuesta y aprendiendo cada día a mejorar nuestras estrategias de incidencia, podemos seguir avanzando, ahora pensando en el futuro de nuestras hijas e hijos para que cosechen la siembra.

*Responsable de Incidencia, Coordinadora de la Mujer de Bolivia
www.coordinadoradelamujer.org.bo

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