Paridad irrenunciable

Paridad irrenunciable

Y se instaló el debate de «la paridad» en la Convención Constitucional. No sólo dos millones y medio de chilenas y chilenos se pronunciaron sobre el mecanismo para el cambio de la Constitución, sobre el 90% a favor de la Convención Constitucional (es decir, Asamblea Constituyente enteramente elegida por voto universal) en la Consulta Municipal del 15 de diciembre, sino que mayoritaria y consistentemente respaldan la paridad, las cuotas para los pueblos originarios y la mayor participación de independientes. Así lo revela la Encuesta Plaza Pública recién dada a conocer: el 92% de quienes apoyan una Convención Constitucional elegida íntegramente por la ciudadanía la quieren con igual representación de mujeres y hombres, 89% desea cupos especiales para pueblos originarios y 88%, que incluya a personas independientes. Todo esto al ritmo del canto y la representación «Un violador en tu camino», que recorre el país y el mundo, haciendo visible la violencia estructural del Estado opresor, que encarna la exclusión y discriminación de las mujeres, y su consecuencia en la violencia sobre los cuerpos experimentada por millones de mujeres a lo largo de la historia.

 

El trabajo articulado de mujeres cientistas políticas, de organizaciones feministas, de académicas y dirigentas históricas permitió contar con una propuesta de mecanismo electoral para el logro de una paridad de resultado en la elección de la Convención Constitucional. Asimismo, se concretó una alianza con parlamentarias que apoyan transversalmente la paridad. Esta propuesta, presentada y acogida por la Comisión de Constitución, legislación, justicia y reglamento de la Cámara de Diputados, si bien fue rechazada en la votación en la sala de la Cámara de Diputados como parte de la reforma constitucional que instalaba el plebiscito para al cambio constitucional, junto con la alianza entre parlamentarias abrieron un nuevo escenario que permitió la aprobación de otra iniciativa legal similar, tramitada paralelamente en la Comisión y en la sala, completando su primer trámite y pasando al Senado para su revisión y aprobación.

En este Boletín recogemos algunas de las reflexiones, argumentos y aportes que han hecho distintas feministas en las últimas semanas, conscientes de que recién se inicia un proceso que requiere un trabajo educativo, de formación y debate a nivel de las organizaciones de base y en todo el territorio, en la perspectiva de conquistar, no sólo una Convención Constitucional paritaria, sino la elaboración de una Constitución que incluya plenamente la garantía a los derechos de las mujeres, que reelabore el sentido de  la igualdad y que construya un nuevo Pacto Social inclusivo y de futuro.

Más allá de la alegría y la satisfacción por los avances de la paridad en el debate, como Observatorio de Género y Equidad manifestamos nuestra indignación ante la violencia ejercida los últimos días por las fuerzas policiales a instancias de la autoridad política en Santiago y en otras ciudades, escudada una vez más en el «orden público», para reprimir la expresión ciudadana en las calles que ha logrado este y otros triunfos en la opinión pública, forzando los cambios en la agenda pública. Bien puede leerse como la violenta resistencia a dichos avances. 

Yanira Zuñiga, abogada constitucionalista: “La paridad permite a las mujeres incorporarse como actoras de pleno derecho, terminando con el efecto estigma que tiene la Ley de Cuotas”
Por Antonia Fava Etcheberry

¿Cómo se va a elegir la Convención Constituyente? Esta es la pregunta que muchos y muchas especialistas en Derecho Constitucional han tratado de responder proponiendo distintas salidas. Para Yanira Zúñiga la paridad de género es esencial y es dura a la hora de criticar la Ley de Cuotas como mecanismo de representatividad. “Si se miran los resultados que tuvo la Ley de Cuotas en la última elección, en el mejor de los casos podríamos pensar en 23% o 30% y nos sigue dejando debajo del 50% que es la regla de paridad”, enfatiza la profesora de la Universidad Austral.

Para Zúñiga, la paridad de género “es necesaria pero no suficiente”. Si hay algo que tiene muy claro, es que la próxima Asamblea Constituyente debe estar conformada por la misma cantidad de hombres y mujeres. “La paridad permite a las mujeres incorporarse como actoras de pleno derecho y no marginales. Terminando con el efecto estigma que tiene la ley de cuotas”, afirma la doctora en Derecho. El papel que cumplirá la paridad de género es clave para lograr un espacio de discusión igualitario en términos materiales y que “se instalen con mayor relevancia las demandas de las mujeres en la agenda, con una mirada más situada desde la experiencia femenina, que los hombres no entienden porque no la viven”, explica la abogada.

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Daniela López Nodo XXI y nueva Constitución: «Las mujeres pueden ser ciudadanas que no tengan que pasar de la dependencia del marido patriarcal a la del Estado patriarcal»

Por Catalina Arenas

El debate político orquestado por las población movilizada por la dignidad de todas las personas, ha ido cambiando su clivaje en cuanto a los temas que conciernen a las mujeres. “En la génesis, el proceso constituyente está expulsando la historia vital de cómo tienen que vivir las mujeres en sociedad”, asegura la directora de Nodo XXI. Para comenzar, la abogada se pregunta: “¿Cómo hacemos retroceder el Estado subsidiario que tiene desigualdad de género y de clase?” Una forma es desde la construcción de una Constitución  que se inspire en principios acorde a este siglo. “Es importante entender qué carácter de género contiene la Constitución actual para saber cuáles son nuestros desafíos, límites y riesgos. Si miramos la del 80 es, sin duda, una concentración de poder fundamentalmente económico-masculino. Porta una desigualdad estructural que prepondera lo masculino por sobre lo femenino”, explica López y añade que “la Constitución está escrita en clave masculina porque la autoridad femenina no es figura que se sienta dueña de lo público. A Michelle Bachelet, la encajonaban mucho en el papel  de  una madre para Chile que, al fin y al cabo, es una reproducción de cómo tiene que ser una mujer en política y que al final es sacarla de la casa y ponerla en la esfera de lo público”.

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Virginia Guzmán del CEM: “Una Constitución con mujeres va a entender de otra manera la igualdad»

Por Catalina Arenas 

Las delegadas constituyentes en Latinoamérica son mujeres que han actuado en un medio masculino, juntando el poco poder que tienen”, sostiene Virginia Guzmán. Frente a estos escenarios y con el fin de que las mujeres avancen e inscriban más potencial como grupo, se demandan medidas o mecanismos afirmativos que son normas y acciones para contrarrestar una discriminación. Por ejemplo, una cuota de representatividad de género y la ratificación de convenciones internacionales como la CEDAW, para que esta ingrese con carácter de texto constitucional.

Para explicar cómo sería un proceso constituyente con más mujeres, en consideración a la agenda de género y las demandas feministas, es necesario ir recordando algunos hitos y, además, reconocer otras etapas que se avizoran en el futuro. Primero, en octubre de 2019, se desata la crisis política y social y – algunas personas expertas- marcan lo que sería el inicio del proceso constituyente. En segundo lugar, un mes después, los partidos políticos representados en el  Congreso Nacional acuerdan un Pacto por la Paz Social y la Nueva Constitución Política para Chile y se conformó una Comisión Técnica integrada por 14 miembros, entre ellos cinco mujeres.

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Feminismo y nueva Constitución: Un proceso transformador para las mujeres

Por Antonia Fava Etcheberry

La experiencia de Colombia es muy interesante. Luego de unos complejos años 80, periodo en que recrudeció el conflicto armado, y en el marco de las elecciones nacionales de 1990, la confluencia de movimientos sociales llamada “La Séptima Papeleta” entregó un votó adicional en el que se consultaba a las personas si querían un cambio de Constitución. Los resultados fueron claros, más de dos millones de personas estuvieron a favor. Para los políticos fue imposible hacer caso omiso a esto. Se pronunció el constituyente primero que es la ciudadanía”, recuerda Heidy Sánchez.  Este hito permitió que en Colombia se convocara un plebiscito para formar una Asamblea Constituyente desde donde surgió la Constitución de 1996 aún vigente.

Para la representante del Frente Amplio uruguayo, Patricia González, la tarea de los movimientos feministas es clave. Una tarea, advierte, que también debe hacerse de “manera correcta”. En su país, han logrado imponer ciertas leyes de equidad de género en algunas áreas, pero el camino recorrido hasta ahora, la ha hecho reflexionar al respecto. “Es importante ver en este proceso una oportunidad. Debemos reconocernos entre nosotras, la diversidad que existe, y cuánto tenemos para aportar. No todas las mujeres somos iguales”. Hace esta acotación para el abordaje de las demandas feministas y la elección de las representantes que se postulen a una futura Asamblea Constituyente (en el caso de Chile, una Convención Constituyente).

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