Poder feminista, ampliando los límites de la democracia

Poder feminista, ampliando los límites de la democracia

Todavía resuenan los cánticos de cientos de miles de mujeres en Santiago y en todo el país, que este 8 de marzo, superaron todas las expectativas en cuanto a masividad, creatividad y carácter ciudadano de sus marchas.

Se completó así una semana de tremenda trascendencia para las mujeres, para el feminismo, para la democracia chilena, que fue in crescendo, con la promulgación –el día 2 de marzo- de la llamada “Ley Gabriela”, proyecto originado en una moción parlamentaria, basado en un caso que se volvió emblemático para revelar las limitaciones de la ley que penaliza el femicidio, que contó con apoyo de numerosas organizaciones de mujeres y finalmente, del Ejecutivo. Esta ley no sólo amplía los casos que serán penalizados en cuanto a la existencia de convivencia o compromiso afectivo demostrable entre el agresor y la víctima, sino que incluyó los crímenes de odio contra mujeres lesbianas y trans. Dicha promulgación fue el escenario para un nuevo arranque machista del Presidente Piñera, que la Ministra de la Mujer y la Equidad de Género, Isabel Plá, a un día de ser interpelada, debió explicar públicamente.

El 3 de marzo se dio la interpelación de la Ministra Isabel Plá, que fue interrogada por la Diputada Camila Rojas, atendiendo a dos temas centrales: conocer la respuesta del Ministerio de la Mujer y la Equidad de Género a la violencia contra las mujeres, en general, y la respuesta de la cartera ante los casos de violencia política sexual contra mujeres con posterioridad al 18 de Octubre, por la instalación de la represión policial de la protesta social. Más allá del notable interrogatorio conducido por la Diputada Rojas, el país asistió a una escena nunca antes vista: presidía la sesión la Vicepresidenta de la Cámara, Diputada Loreto Carvajal, la interpelada era una Ministra, quien interrogaba era una diputada y quienes hablaron por las distintas bancadas de los partidos, fueron casi en su totalidad mujeres diputadas. Asistían y escuchaban todos los diputados, un interrogatorio sobre las políticas en materia de violencia de género. Una escena inimaginable hace tan sólo 2 años. Las mujeres ejerciendo altos cargos de la institucionalidad democrática, del poder ejecutivo y el poder legislativo, con el foco en uno de las expresiones más graves de la cultura patriarcal.

El día 4 de marzo asistimos a la aprobación de la conformación paritaria de la Convención Constitucional, que será el órgano constituyente a elegir en octubre próximo para la elaboración de la nueva Constitución. Esta marcó un antes y un después, con impacto político en el gobierno, en los partidos políticos, y muy especialmente, en las organizaciones sociales y las mujeres en general. Con un suspenso digno de película, en la mañana se dio la votación de la reforma constitucional -con quórum calificado- en la Cámara de Diputados. Asomaba muy estrecha, pero tuvo un resultado más holgado (se necesitaba 93 votos a favor y se aprobó con 98), suspenso que se replicó en la tarde en el Senado, donde también se logró superar el número de votos exigidos para su aprobación (28 y se necesitaban 27). Dada la relevancia para la historia de una ley de tanta importancia, todas y todos los parlamentarios fundamentaron su voto, agregando profundidad y emoción a cada una de las sesiones, acompañadas desde las tribunas por gran número de mujeres de organizaciones sociales. No se logró la transversalidad de todo el espectro político, si bien todos los partidos se declararon a favor de la paridad de género. Como señalamos en diciembre, el trabajo articulado de mujeres cientistas políticas, de organizaciones feministas, de académicas y dirigentas históricas permitió, no sólo contar con una propuesta de mecanismo electoral para el logro de una paridad de resultado en la elección de la Convención Constitucional, sino que permitió destrabar el fracaso de la Comisión Mixta que debía lograr una acuerdo entre el proyecto aprobado por la Cámara de Diputados y las indicaciones que emanaron del Senado.

Esto constituye un triunfo inédito, que además de político, es cultural, a sólo dos días de la conmemoración del Día Internacional de la Mujer y sin duda, también favoreció y respaldó la movilización con una sensación de empoderamiento, de que las mujeres unidas, articuladas entre lo político y lo social, sí pueden alcanzar metas difíciles.

Es en este escenario que florecieron cientos de actividades de mujeres en los territorios, que culminaron en la marcha del día 8 y la huelga del 9 de marzo, en medio de importante discusiones y diferencias en torno a los caminos que pueden conducir mejor al cambio del sistema a que aspira el feminismo; todas unidas salieron a las calles a expresar su decisión de no bajar los brazos hasta lograr dicha meta.

En este Boletín, como Observatorio de Género y Equidad, reunimos entrevistas, columnas de opinión e información de prensa sobre los debates y el quehacer feminista en la presente coyuntura. Incluimos también una entrevista a Gina Vargas, socióloga peruana y Ana Carcedo, madrileña-costarricense, activistas feministas, que aportan sus aprendizajes en una vida dedicada a erradicar la violencia contra las mujeres.

 

Isonauta: “Cuando a una mujer la maten por pegar ilustraciones en la calle, en este país se habrá corrido nuevamente el cerco de la violencia”

Por Catalina Arenas Ahumada

Una investigación hecha por Interferencia acusó que la Intendencia de la Región Metropolitana ha destinado en total $242 millones para pintar los muros con la memoria visual de la revuelta política y social que vive Chile. Frente a estas acciones, artistas de la calle y grupos de personas colaboradoras se han organizado vía WhatsApp para avisar cuando los borrados ocurren.

Isonauta está en uno de ellos y, al enterarse de lo que sucedió el 19 de febrero con la fachada del GAM, se indigna, pero también resiste. Piensa en cómo volverá a dibujar y a pegar afiches en esas murallas. “¿Qué sentido tiene que estén gastando millones en pinturas o lacrimógenas y no en temas sociales?”, cuestiona y argumenta que “la voluntad del Gobierno es priorizar el mensaje de normalidad porque, si muestran las murallas pintadas, quiere decir que esta revuelta no es tan fuerte”.

Ella recuerda lo que significaron los muros durante la dictadura: un medio de comunicación entre personas detenidas, sus familiares y también para el resto de quienes transitaban por la calles de Chile.

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Javiera Manzi, Coordinadora Feminista 8M: «Se desbordó esa política de la autorización y eso también es un desborde de la política de la transición»

Por Valentina Silva Zambrano

Para Javiera, los principales objetivos que confluyen en la Coordinadora 8M, se refieren con transversalizar los feminismos en los movimientos sociales. “Debe estar en todas las luchas que hoy estamos librando. El laboral, el sindicalismo, el mundo de las luchas por el agua y los territorios, la lucha anti extractivista, por la vivienda junto a pobladoras y pobladores, la lucha por la educación, antirracista y anticarcelaria. Por su puesto, con la lucha contra la violencia patriarcal y las demandas por el aborto, libre, legal, seguro y gratuito, y todo lo que tenga que ver con derechos sexuales reproductivos y no reproductivos”.

No fue solo la revuelta social la que dinamitó que las mujeres llegaran a manifestarse en las calles para visibilizar la violencia estructural y remecer el sistema político que conforma nuestra sociedad. Javiera recuerda la gran marcha de las mujeres del 8 de marzo de 2019 – en ese entonces la más grande post dictadura- y asegura que “son cada vez más las mujeres que se levantan y se declaran feministas

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Camila Aguayo, Asamblea Feminista Plurinacional: «Las feministas tenemos que correr los márgenes estrechos de esta democracia»

Por Daniel Meza Riquelme

En Chile había un silenciamiento histórico respecto a la violencia político sexual hacia las mujeres y disidencias. Creo que ese silenciamiento es responsable de la impunidad, al no visibilizar que ese tipo tortura y de violencia, existe. Ese silencio ha provocado que haya impunidad en la violencia sexual que se ha ejercido por parte de los agentes del Estado hacia las mujeres desde el 18 de octubre”.

La vocera de la Asamblea Feminista Plurinacional dice que la tortura sexual y vejámenes han sido una constante para las mujeres que han participado en los movimientos sociales y estudiantiles de los últimos 30 años. Donde no existió ninguna voluntad por parte de los gobiernos de turno para sancionar a los responsables. Tampoco para revisar los protocolos de las policías ni formarlos en perspectiva de género. Por lo que se fueron reproduciendo prácticas arraigadas desde la dictadura.

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Gina Vargas, socióloga peruana: «Feministas, estudiantes y los Mapuche han sido motores en los últimos años, es ahí que comenzó esto»

Por Tatiana Hernández Comandini

Nosotras vamos a hacer una causa abierta también en Chile. El caso chileno es paradigmático de lo que pasa en América Latina con relación al cuerpo de las mujeres. Ahí queremos realmente hacer algo impactante, entonces cómo no va a servir una Comisión de Verdad. Nosotras hace dos años hicimos el Foro Social Panamazónico y le toco a Perú,  va variando de país en país y fue impresionante la cantidad de mujeres indígenas amazónicas, andinas porque también se creó un día especial “Nuestros cuerpos, nuestros territorios”. Hicimos un tribunal (ético) con algunos casos de Perú, Guatemala y Chile, con lo sucedido a Lorenza Cayuhan, esta compañera Mapuche que la obligaron a parir engrillada. Su caso fue llevado por una  chilena y fue impactante, realmente muy duro. Entonces ahí hay unas deudas que solamente pueden ser zanjadas con este tribunal o en una Comisión de la Verdad o apertura de otro tipo.

Las feministas, los estudiantes y los Mapuche han sido motores muy significativos en los últimos años, es ahí que comenzó esto, que se cristalizó. Chile ha estado moviéndose desde diferentes.

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Ana Carcedo, feminista: «Las mujeres que viven violencia son capaces, fuertes, sanas y éticas»

Por Tatiana Hernández Comandini

Somos mujeres que han vivido violencia o hemos sobrevivido a ella, hablamos entre nosotras. Entonces en ese espacio fue donde nos dimos cuenta de las lógicas, las dificultades, los obstáculos que encontrábamos en las instituciones, las barreras que había que vencer y cuáles eran las cosas que teníamos que proponer como política pública. Los grupos de autoayuda empezaron en el 89 y ya en el 91 hicimos una reunión regional para definir propuestas de políticas públicas. Nos dábamos cuenta que las leyes fallaban, las policías fallaban y las instituciones, y que las únicas que realmente estábamos respondiendo éramos las mujeres: las mujeres hablando, analizando; las mujeres proponiendo y saliendo a la calle, las mujeres exigiendo y no eran las feministas. No hay movimiento que haya movilizado más mujeres que no sean feministas, que el movimiento contra la violencia que, además, nos ha igualado y tiene una convocatoria gigantesca. Por eso, las mujeres hemos cumplido.

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