Violencia contra las mujeres #NiUnaMenos

Violencia contra las mujeres #NiUnaMenos

El 25 de noviembre pasado, Día Internacional de la Eliminación de la Violencia contra la Mujer, la Presidenta Michelle Bachelet firmó un proyecto de ley sobre el derecho de las mujeres a una vida libre de violencia y que pretende mejorar la actual normativa vigente.

Se trata de la sanción del femicidio y abuso entre convivientes civiles y parejas que no convivan. Este ha sido un proyecto esperado por largo tiempo, pues fue un compromiso gubernamental dar una respuesta efectiva a las mujeres que viven violencia y a su entorno familiar frente a un femicidio. No obstante,  desconocemos su contenido.

A la fecha 50 mujeres han sido asesinadas por la violencia machista en Chile y se han registrado más de 110 femicidios frustrados. Organizaciones de mujeres y feministas ha acusado la inoperancia estatal frente a la falta de respuesta, entre otros, de los operadores de justicia y la falta de cumplimiento de tratados internacionales suscritos por nuestro país.

La marcha #NiUnaMenos organizada el 19 de octubre pasado, convocó a miles de mujeres y hombres en varios países de la región. No hubo posibilidad de quedar ausente. Sin embargo, la pregunta que nos hacemos es cuánto puede permear a la ciudadanía y a los medios de comunicación el asesinato de mujeres. Es posible pensar en transformaciones culturales, es lo que invitamos a reflexionar.

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Ximena Riffo y #NiUnaMenos: “Esto no es contra los hombres, es a favor de nosotras”

 Por Catalina Ellies

Ximena Riffo (51) es filósofa y por mucho tiempo hizo clases en colegios. Ya no está en el mundo de la docencia, pero mientras estuvo, instruyó a sus alumnos y alumnas desde el feminismo. Hoy está enfocada en la fotografía y luego de 30 años trabajando en esta disciplina, hace cuatro decidió retratar exclusivamente a mujeres. Hace clases de fotografía en su casa y ahora está trabajando en un calendario lésbico para 2017. Las murallas de su hogar están pintadas de morado –el color feminista- y sobre ellas hay diversas fotos de su autoría, principalmente de mujeres manifestándose. El lugar además lo adornan cámaras de distintos modelos y épocas. “Cuando tú eres feminista lo eres en todo lo que haces, mi energía está ahí y qué mejor que trabajar que en eso mismo”, comenta.

#NiUnaMenos

Luego de la multitudinaria marcha del pasado 19 de octubre en distintas regiones de Chile  y a nivel internacional, -que en Santiago convocó a más de 200 mil personas-, Ximena Riffo asume el liderazgo del movimiento Ni Una Menos desde las feministas autoconvocadas. “Esta gran convocatoria fue emocionante. Ocurrió porque se tomó conciencia de la violencia hacia las mujeres, que es extrema y estructural y gracias a las feministas, y no a los medios de comunicación, que han ocultado y demonizado el feminismo”, dice.

Cuando se masificó el #NiUnaMenos muchas personas, principalmente hombres, reaccionaron de forma negativa, criticando que el hashtag sólo se centraba en las mujeres y crearon como respuesta #NadieMenos. “Esto es una falta de reflexión y empatía. Es obvio que nosotras tampoco queremos ninguna persona menos, pero en esta ocasión hay una violencia específica hacia las mujeres, les han sacado los ojos, dinamitado, descuartizado y violado. Dicen que hacia ellos también hay violencia, yo no niego que esto ocurra, pero debe ser un 99% a mujeres y un 1% a hombres. Estamos así porque hay un individualismo radical en la sociedad que se expresa en esas opiniones. Esto no es contra los hombres, es a favor de nosotras”, enfatiza.

Antes del 19, Ximena Riffo veía las fotos de las manifestaciones de Argentina y se impresionaba por la cantidad de asistentes, anhelaba que algo así pasara en Chile. Previo a esa marcha de octubre, las protestas denunciando los femicidios los segundos lunes de cada mes, convocaban como máximo a 50 mujeres en Alameda con Huérfanos. Justamente un día de ellos, el 17 de octubre, comenzó a gestarse de forma espontánea la marcha que ocurrió dos días después. “Cuando en Argentina se hizo el llamado a marchar, empatizamos inmediatamente, allá había pasado lo de Lucía y acá lo de Florencia, Nabila y mucho más. Estas tragedias son muy dolorosas y lo sabemos todas las mujeres, sólo nosotras podemos entender bien el dolor de otra mujer. Esta rabia contenida se canalizó en esta marcha de una manera muy bonita”, manifiesta.

Luego de eso convocaron a una asamblea que se realizó el pasado 2 de noviembre, donde cada participante expresó sus intereses ligados al feminismo: educación, historia, leyes, memoria, diversidad, mujeres trans y lesbofeminismo fueron los principales y el 12 de noviembre se hizo una jornada donde trabajaron dichos lineamientos. “Esto no podía quedar acá, no era marchar y chao, para la casa. Decidimos que estas reuniones serían sólo para mujeres, un espacio donde nos podamos expresar y decidir. No queremos que nadie nos venga a demandar, enseñar, ni decir qué hacer, porque así lo han hecho toda la vida, ya nos han educado y demandado todo. Hemos entregado nuestros cuerpos, energías y deseos. Este espacio va a ser construido por y para nosotras”, anuncia.

El 25 de noviembre es el Día Internacional contra de la Violencia hacia las Mujeres y tienen pensado hacer caceroleos en diferentes horarios, en todas las plazas de Chile, y una marcha masiva también nacional, organizada por la Red Chilena contra la Violencia hacia las Mujeres.

La líder del #NiUnaMenos enfatiza que como movimiento no les interesa convertirse en partido político ni ONG, ni mucho menos recibir aportes. “Nuestro activismo es calle, no necesitamos recursos para ser feministas ni para salir a gritar nuestra rabia, así como estamos todo nos resulta bien, nos conseguimos afiches con la Red o los hacemos nosotras mismas con nuestra plata y aportes”, explica.

Feminista silvestre

Ximena Riffo siempre fue una persona muy activa. En enseñanza básica fue presidenta de curso y en la media formó parte del centro de alumnos y fue atraída por los “troskos”, quienes la educaron políticamente.

Su primera aproximación al feminismo fue en 1987, cuando llegó a sus manos una agenda feminista que en esa época publicaba Soledad Rojas de la Red. “Ahí salían organizaciones feministas y entre ellas estaba el colectivo lésbico feminista Ayuquelén. Quedé impactada, creía que iba a encontrar a otra lesbiana casi que en otro planeta, era muy culposa. Les escribí una carta muy emotiva y me incorporé a la Ayuquelén”, recuerda.

En el colectivo hacían talleres de autoestima, sexualidad y autodefensa, se reunían con otros grupos de lesbianas y en 1991 organizaron el Primer Encuentro Feminista en Chile. “Así llegó el feminismo más consciente a mi vida. Siempre me dicen que soy una feminista silvestre, que son esas personas que siempre lo han sido pero no se dan cuenta, mujeres que defienden sus derechos y espacios. Creo que soy feminista desde chica y me gusta mucho esta vida”, dice.

Ximena Riffo cree que hay que poner a disposición el conocimiento feminista en los distintos espacios. “Debemos pensar cada profesión desde el feminismo, todas tenemos algo que decir desde nuestros lugares y ese conocimiento se debe integrar a la sociedad. Nuestras madres son machistas, porque fueron educadas así y es un círculo vicioso porque ellas crean y crían a hijos machistas. Somos lo que nos han educado”, afirma.

Si no estamos unidas nos van a seguir matando

La dirigenta proviene de una familia apolitizada. Su madre llegó desde el campo hasta Santiago a los once años para trabajar como empleada doméstica y su sueldo lo cobraba la abuela de Ximena.

Luego de la separación de los padres de Ximena,  su mamá se emparejó con un carabinero, quien crió y educó a sus cinco hijos. Le enseñó a leer a Ximena, pero la maltrataba y si se equivocaba le tiraba las patillas. Cuando llegaba fin de mes, él salía a tomar y cuando volvía rompía los platos de la casa y golpeaba a su madre. “Lo odiaba porque era súper pinochetista y agresivo. Muchas veces mi mamá andaba con el ojo en tinta, él le pegaba, la amenazaba con cuchillos, era horrible. A mí me gustaba mucho jugar y eso me salvó. Con mis hermanos vivimos eso toda la infancia. Cuando creció mi hermano, que es cinco años mayor que yo, la empezó a defender y recién ahí se acabó la violencia”. Ella recuerda que esto los marcó mucho. “Tú vas construyendo inconscientemente un mundo hostil. Creo que quedamos traumados, un ejemplo es que producto de eso mis hermanos no beben alcohol”, asegura.

Ximena Riffo dice que la vida de la mujer en la historia ha estado marcada por la violencia. “La negación ha sido constante, no tener acceso a decidir sobre nuestro propio cuerpo hoy es la violencia más extrema. Las mujeres hemos sido violentadas desde no tener alma en la época de los griegos, hasta no tener derecho a leer, escribir, educarnos, ni a votar. La cultura se ha creado en torno a la opresión y esclavitud de las mujeres”, explica.

Ella le diría a una mujer que sufre violencia que eso no es normal y que tienen que perder el miedo y separarse al primer indicio de violencia porque eso no es un buen presagio.  “No pueden hacer lo que quieran con nosotras. Tenemos que acompañarnos unas a otras porque si no estamos unidas nos van a seguir matando. Todos esos dichos con los que nos hemos criado de el que te quiere te aporrea quedan en el inconsciente. No es normal que la gente se esté violentando psicológica, física, sexual ni económicamente. Somos compañeros, nadie le pertenece a nadie, ni en la cama, ni en ningún lado. Los hombres tienen que entender que no somos cosas, no somos vaginas dispuestas. Así no funciona el amor. No solamente las mujeres tenemos que estar en contra de la violencia, todos tienen que participar”.

El Estado y los medios

En las últimas semanas se supo del femicidio de Claudia Núñez, cuyo cuerpo fue encontrado en un recipiente de plástico después de una semana desaparecida y el de Johana Soto, que tenía 24 años, tres hijos y estaba embarazada. Ximena Riffo opina que el gobierno está siendo muy pasivo. “No están haciendo ni entendiendo nada. No están entendiendo que esto es grave, que nos están matando cada día y no lo han sabido detener. Se podrían armar redes solidarias con los vecinos y la familia debe estar mucho más atenta, y acompañar en la denuncia. Si las mujeres no denuncian es por miedo, el Gobierno tiene que lanzar una política pública y campañas”, propone.

Reconoce que hay avances en Chile como las tipificaciones o leyes, sin embargo, no se ha dado los pasos necesarios para avanzar y revertir el machismo. “Se revisan textos y se aplican cosas a nivel discursivo, pero esto no es sólo decir niños y niñas, por poner un ejemplo. En lo real, no lo vemos y se refleja en la educación, en cómo transitas por la calle, en cómo te miran. Nos están tasando constantemente en lo público y lo privado. Hay una estructura de políticas que no han sido profundas para cambiar esta violencia estructural, los intentos no sirven porque el problema es que el sistema es patriarcal al final te absorbe”, sostiene.

La dirigenta feminista manifiesta que las órdenes de alejamiento que se dictan por lo general en estos casos, no sirven. “El Estado necesita tener cuestiones reales, porque el tipo despechado y con rabia va a atacar igual y así ha pasado. Como ahora hay un castigo social muchos matan y después se suicidan y se la llevan gratis. Y cuando se les condena ¿Qué sacamos con darle 10 años o cadena perpetua a un femicida si no estamos educando como corresponde y va a venir otro que haga lo mismo? La cosa no es tenerlos presos, es sacar el preso que tenemos dentro, en el fondo, en el alma”.

Para ella, pese a la creación del Ministerio de la Mujer y Equidad de Género, todo sigue igual. “El organismo debe tener más peso y afectar a toda la política, porque este no es un tema de mujeres, es un tema de sociedad, de qué estamos construyendo, qué estamos dejando. Se deberían aprovechar más los medios que se tiene para hablarlo y no sólo que Claudia Pascual aparezca cuando haya un femicidio”.

Ximena Riffo también argumenta que el mundo de las comunicaciones tiene un papel del que debe hacerse cargo. “Deberían hacer una publicidad distinta, tiene que acabar la Bomba 4 y el Colegio de Periodistas también debe hacerse cargo, dar sanciones y hacer un llamado para que la gente tome conciencia. Lo primero es una alerta de que esto está ocurriendo y una discusión social profunda, lo más pronto posible. Hablemos socialmente del amor, de los afectos, de que esto no se trata de que el otro me pertenece, que eso sea parte de la noticia. Los medios son casi como tu familia, quienes te acompañan, la gente come con la tele prendida, entonces de ahí tiene que partir esto”, concluye.


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Gerardo Wistuba de Óperaviva: “Queremos generar una reflexión sobre la violencia contra las mujeres que no se desvanezca”

“Queremos lograr un impacto más profundo en la audiciencia y en la opinión pública, para que esto genere una reflexión que se replique en el tiempo y no sea simplemente un acto fungible que surge y se desvanece”

 Por Nicolás Fajardo

Melina Romero fue secuestrada cuando recién había cumplido 17 años. Un mes después su cuerpo es encontrado en una bolsa plástica a orillas de un arroyo en la localidad de José León Suárez, provincia de Buenos Aires. “Melina” es el nombre que recibe la puesta en escena construida a partir del desenlace fatal de la Ópera Otello en la que trabaja la Fundación Óperaviva; una performance de canto y actuación que habla del femicidio de Melina, de Tania, de Ruth, de Viviana, Florencia y Lucía. De muchas.

Gerardo Wistuba se tituló como intérprete Superior en Canto en la Universidad de Chile, tiene estudios actorales de la mano de la actriz Ana María Vallejo, que complementó en la misma casa de estudios. Es director de la Fundación Óperaviva y “Melina” es su segundo guión adaptado en base a un problema social: de la Ópera Otello de Verdi a la violencia cotidiana y extrema que afectan a las mujeres en Chile y a nivel mundial. Wistuba espera con entusiasmo el día del estreno porque con esta pieza artística pretenden generar una reflexión que perdure en el tiempo, que no se quede en el olvido: representar en un espacio público un femicidio a través de escenas de ópera y actuación, emocionar a la ciudadanía actual por medio de la música y del canto sobre una trama que conduce al asesinato de una mujer por un hombre, por el hecho de ser mujer.

El director de Óperaviva cuenta que la meta más importante de “Melina” ya fue asumida al interior del equipo de trabajo. “Queremos lograr un impacto más profundo en la audiciencia y en la opinión pública, para que esto genere una reflexión que se replique en el tiempo y no sea simplemente un acto fungible que surge y se desvanece”, reflexiona su director. En este sentido, el trabajo de sensibilización es un aspecto fundamental a la hora de llevar a cabo esta adaptación y dejar una huella importante. Para ello, incluso, han recibido asesoría en temas de género, permitiendo al equipo de trabajo involucrarse aún más con este encargo de la Delegación de la Unión Europea en Chile, en el marco del Día Internacional por la Eliminación de la Violencia contra las Mujeres que se conmemora cada 25 de noviembre y el Día Internacional por los Derechos Humanos. El debut “Melina” está programado para el 13 de diciembre, a las 19.00 horas, en el GAM.

“Melina” es una oportunidad también para responder positivamente a un proyecto de investigación, con cruces entre el IV acto de la Ópera Otello, el texto homónimo de Shakespeare y el castellano citadino contemporáneo. “El guión – construido en base a la continua escalada de violencia que afecta a las mujeres – es fruto de la reflexión y observación de diversas personas. El trabajo de investigación previo ha logrado generar uno coherente con nuestros objetivos”, dice.

Desde ahí el trabajo no se detuvo y la investigación fue un trabajo fundamental: “todos los documentos que nos han compartido han sido extremadamente importantes para poder aclarar la mirada sobre un tema político y social tan sensible y que requiere un tratamiento muy cuidadoso”, enfatiza Wistuba. Añade que “toda esa información ha permitido generar un guión para “Melina”, relacionado con los acontecimientos al día de hoy. Y de esa reflexión, ver cómo percibimos qué ocurre en las relaciones de pareja, en este caso, entre un hombre y una mujer, y en ese contexto, cómo se va cristalizando en lo público, la violencia que se puede ejercer contra mujeres y niñas”.

Arte político

El director de Óperaviva hace hincapié en que no existe arte sin contenido político. Desde ese planteamiento, la obra “Melina” involucra en su realización aspectos clave para el éxito que esperan tenga en escena. “Uno es desde el punto de vista estrictamente social; busca dar visibilidad y sincerar de manera franca y directa esta situación sin eufemismo. Esa ha sido una de las tareas para la construcción del libreto”, explica Gerardo Wistuba. En segundo lugar, está la propuesta de situar la performance en el Santiago actual y dar cuenta de que este tipo de crímenes no sólo se cometen en condiciones de vulnerabilidad, intentando dejar a un lado la doble victimización que se hace de las mujeres asesinadas por la violencia machista o de las que sobreviven a ella: “Melina” es víctima de violencia y no de sí misma.

Proyecciones con “Melina”

“Hablarle a quienes están convertidos es un desafío, nosotros sabemos que ellos van a encontrar sentido en lo que vamos a decir, porque comparten el mismo discurso político. Desde ahí que el esfuerzo está en sensibilizar a los que no están convertidos. Ahí tenemos puesta nuestras expectativas”, explica Wistuba. Esperan que “Melina” siga existiendo y pensando en las variables para convertir todo en un montaje sencillo y que sea fácil de trasladar a cualquier parte.

Para sus integrantes, esta adaptación requiere un despliegue escénico e instrumental acotado, pero además lleno de contenido. “Sus textos han sido profundamente pensados, reflexionados, seleccionados y editados”, remarca Wistuba. Llevar esta obra a los colegios es una visión que recoge adhesiones. Sin embargo, por ahora, prefieren ser cautos e ir paso a paso. “Para llegar a un colegio de niñas, por ejemplo, habrá que sensibilizar a las autoridades y a los educadores, para que abran el espacio a la reflexión franca con las alumnas sobre una realidad que podría tocarles enfrentar, reconoce Gerardo Wistuba de Óperaviva.

Enseñanza

“Ampliar la mirada y reconocer aspectos machistas que son comúnmente validados en nuestra sociedad”, son algunas de las enseñanzas que le ha dejado a Gerardo Wistuba trabajar con esta obra que representa la violencia de género hacia la mujeres. Comenta que “uno no está libre del machismo y vivimos en una cultura donde este tipo de comportamiento está tan naturalizado que uno no lo observa”.

Confiesa que actualmente está mucho más alerta, observando dónde pueden estar estos tipos de gestos para trata de anularlos y que trabajar en “Melina” ha sido una opción muy enriquecedora a nivel intelectual para cada uno de los artistas, más allá de lo que significa desempeñarse en un arte de este tipo. “Esto es una oportunidad para la vida. Hacer ópera es una cosa muy difícil a nivel mundial. Es un poco un lujo. Tener la responsabilidad de realizar un encargo de esta naturaleza es una cosa preciosa. Ha sido una experiencia muy rica desde el goce artístico y desde lo que uno está aprendiendo”, confiesa el intérprete lírico con entusiasmo.

Para Wistuba, la ópera es un arte profundamente extra cotidiano y eso le otorga una característica muy mágica, que permite al auditor observar con distanciamiento, lo que conlleva a facilitar la instancia de reflexión y un efecto sensibilizador.

Fundación Óperaviva

El año 2014 quedó marcado como el inicio de la Fundación Óperaviva con una intervención en el Parque Bustamante, donde tuvo la misión de visibilizar, a través del arte, temas como la diversidad sexual y los pueblos originarios. Así se dio el vamos a este proyecto. “Tenemos una misión muy particular, que en la práctica significa reinventar la manera de producir ópera en forma independiente en Chile y resignificar las obras en función de un discurso que tenga sentido en el Chile contemporáneo”, detalla Gerardo Wistuba.

Con una condición de independencia, que supone libertades creativas bastante amplias, Óperaviva busca la relectura de las obras y, según detalla, esto lleva consigo mucho estudio y una detallada preocupación en el trabajo diario. A la vez, con la misma libertad fomentan la actividad de la ópera independiente en el país. “En Chile es un género que per se no existe, no se identifica como tal, pero hay un sinfín de proyectos donde se produce óperas de envergadura mucha más acotada que los grandes montajes con orquesta sinfónica”, cierra Wistuba.


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Feminista Ilustrada: “Hay que dejar de crear niñas indefensas y niños machitos”

“Es muy importante el uso de herramientas sociales para denunciar el machismo y la violencia de género. Ya nadie se detiene  a leer con el auge de la tecnología y nuevos formatos audiovisuales”.

Por Sebastián Gárate

Un hombre diciéndole a su pareja que no se ha depilado, un disfraz de vampiro sexy y una mujer piropeando a un tipo en una disco. Esto es lo que ocurre en Feminista Ilustrada, un proyecto con el que la andaluzas Helen Sotillo y María Murnau luchan contra el machismo cotidiano arraigado en la sociedad, intentando ofrecer alternativas y consejos para evitar este tipo de actitudes; actitudes que muchas veces pasan desapercibidas o que tenemos tan interiorizadas, que no nos damos cuenta de que están ahí.

Por medio de esta página intentan ofrecer consejos y recomendaciones para evitar este tipo de maltrato, evidenciando -siempre desde un tono irónico y humorístico- cómo serían las cosas en un mundo al revés, un mundo donde las mujeres tuvieran un comportamiento machista y fuesen los hombres quienes estuviesen sometidos a la violencia de género.

“Cuando ves en una imagen los roles invertidos, te das cuenta del sexismo que encierran muchas actitudes y frases que se dicen. Es por eso que a través de la imagen (de humor) luchamos contra el machismo, ya que el impacto tiende a ser mayor y se viralizan por las redes sociales creando conciencia”

María Murnau, quien redacta los guiones, se recibió de Comunicación Audiovisual en la Universidad de Sevilla, dedicando toda su trayectoria profesional  al análisis género y el feminismo. Mientras que Helen Sotillo, la encargada del diseño, estudió Publicidad y Relaciones Públicas, carreras que le permitieron darse cuenta de la fuerza de la imagen como arma de educación colectiva. Ambas son muy conscientes del gran poder de su trabajo, utilizándolo para visibilizar temas tan interiorizados como el sexismo en los juguetes, tiranía en la belleza y en la publicidad y la brecha salarial.

Murnau  quería poner en marcha un blog en el que se hablara de situaciones machistas cotidianas y de un feminismo actual y cercano. Al exponerle la idea a Helen Sotillo, ésta le dijo que deberían acompañarlo de imágenes sí quería llegar a la gente. Así fue cómo nació esta iniciativa, que  desde un comienzo tuvo como objetivo principal darle más visibilidad a las situaciones de violencia de género -esa que no se detecta a simple vista- a través de ilustraciones en las que se conjugan la ironía y el humor.

Teniendo en cuenta el alcance negativo que tiene el concepto “feminismo” y la acción de declararse “feminista” -debido exclusivamente a una falta de conocimiento de lo que el movimiento significa-, la página acerca de una forma directa, clara y comprensible el mensaje de igualdad que busca promover este pensamiento político.

“El objetivo es hacer llegar a las personas menos cercanas al feminismo el mensaje de igualdad. Somos conscientes de que la palabra feminista tiene una connotación muy negativa, y eso tiene que acabar porque los mitos que hay en torno al movimiento son muy dañinos. No se le da credibilidad y solo al escuchar ese término se crea una barrera invisible que impide comprender el discurso de una manera lógica”  

Las ilustraciones de Feministas Ilustradas llaman mucho la atención. La composición, los colores y las líneas de cada una de ellas invitan a detenerse y curiosear. Es difícil toparse con una de ellas en la web y pasar de largo sin, al menos, echarle un vistazo. Según las autoras, existen muchas páginas webs y blogs que luchan contra el machismo, pero carecen de estética. Y aunque sus contenidos son muy buenos, muchos de estos sitios no son atractivos y no consiguen captar la atención de los cibernautas.

“Es muy importante el uso de herramientas sociales para denunciar el machismo y la violencia de género. Ya nadie se detiene  a leer con el auge de la tecnología y nuevos formatos audiovisuales. Está demostrado que los posts en las redes sociales solo triunfan si van acompañados de este tipo de material. En pocos segundos, se ha de captar la atención y es un medio muy consumido por jóvenes, que es nuestro público objetivo”

Cada imagen que suben a la web, se viraliza rápidamente. Sus más de 70 mil seguidores en Facebook son prueba de que tanto el lenguaje que han creado como el mensaje que transmiten, despierta interés. Al llegar a nuevos públicos, ajenos al ámbito feminista o poco familiarizado con él, las autoras creen que les han abierto los ojos a las personas, haciendo que reflexionen sobre situaciones machistas cotidianas que pasan desapercibidas.

Ahora son un poco más conscientes de cuán arraigado tenemos el machismo y todas sus negativas consecuencias en la sociedad, como el control, la posesión, la falta de corresponsabilidad, el mito del amor romántico, es decir, no solo la violencia física, sino que también la violencia psicológica y económica en general. Ese ha sido el impacto que Feminista Ilustrada ha provocado sobre los diversos tipos de violencia que viven las mujeres”

No reciben subvención ni tienen auspiciadores. Se las arreglan como pueden para sacar algo de dinero con el que mantener el proyecto en marcha. Hace algunos meses inauguraron una tienda online en la que venden artículos de regalo con sus ilustraciones, lo que les proporciona mínimos ingresos para pagar el alojamiento de la web y poco más. “Invertimos tiempo y dinero de nuestros bolsillos. Únicamente podemos sacar algo de plata con la tienda online y con los ánimos de nuestras seguidoras y seguidores. Gracias a eso mantenemos el proyecto en marca”

Actualmente son muchas las ilustradoras que al igual que María Murnau y Helen Sotillo hacen más visible el feminismo: Ana Belén Rivero, Carol Rossetti, Emma Gascó, Rocío Salazar, Pnitas, Lola Vendetta y muchas más. Que cada vez existan más activistas en redes sociales y otros soportes, será fundamental para que la sociedad deje de tolerar las actitudes machistas. “El arte cumplen un rol muy importante en la entrega de este tipo de mensajes, ya que son referentes para muchas personas. Que se involucren a través de sus redes sociales dando mensajes contra la violencia de género, es muy importante porque llega a sus miles y miles de seguidores”.

Aunque tardan largas horas en dar forma a cada una de sus creaciones, el proceso se pone en marcha mucho antes. Es una labor del día a día y encuentran la inspiración en lo cotidiano. María Murnau y Helen Sotillo  reconocen que es muy sencillo encontrar un tema sobre el que dibujar en cualquier conversación o mientras están sentadas mirando televisión. Lo consideran una lástima, pero es la realidad de su ciudad natal, Sevilla.

“El machismo está muy arraigado en la cultura española. Pese a que hemos avanzado en cuanto a igualdad de oportunidades, sigue existiendo desigualdades en todos los ámbitos: laboral, económico y educativo, lo que tiene mucho que ver con los patrones tradicionales ideológicos y culturales, especialmente establecidos en determinados sectores. La igualdad no debe ser solo legal, sino también real”, aseguran, agregando que en lo que va del año, son más de 42 las mujeres asesinadas por violencia machista en España, por no contar las maltratadas y las que no se atreven a denunciar.

En cuanto a la campaña #NiUnaMenos las ilustradoras consideran que es importante que el feminismo sea una lucha social, transversal y que no entienda fronteras de ningún tipo. “Siempre ha sido y será un movimiento que consigue que la sociedad avance. Que el machismo se vea cada vez más criticado, perseguido y no quede impune, es fundamental para el bienestar de todas y todos. Campañas como esta hacen reflexionar, pero siempre decimos que para poder decir “Ni una menos”, hay que dejar de crear niñas indefensas y niños machitos, entre otras cosas. La educación es la causa de casi todo”.

Feminista Ilustrada cuenta con un público amplio y diverso, por lo cual articula un discurso claro y directo. Principalmente que sea accesible para quienes no acostumbran a hablar de estos temas y, por tanto, no manejan los término que constantemente se usan. Es por esto que las autoras crearon en la página un vocabulario por si alguna persona quiere consultar qué significa alguna de las palabras de forma rápida. “Creemos que para empezar un debate sobre feminismo, hay conceptos básicos que se deben conocer. Hay mucha gente aún que desconoce el fin de esta lucha, creyendo que es lo opuesto al machismo. De ahí que hayamos elaborado la lista, para que no existan excusas”.

Son muchas las mujeres que les escriben a diario, y que no tienen nada que ver con la lucha, agradeciéndoles por su gestión, contribución a la sociedad y manifestando la aprobación por lo que hacen. Es por eso que este blog aún tiene mucho por recorrer; lleva poco más de un año y por lo visto, ya comienza a tomar nuevos caminos.

Tienen un sueño: publicar un libro que recopile las ilustraciones más representativas e incluya otras nuevas. Lo están pensando. Consideran que si encuentran una editorial con la que se sientan cómodas, el proyecto podría concretarse. Mientras tanto, seguirán dando guerra a través de las redes sociales, convirtiendo los muros de Twitter, Facebook e Instagram en verdaderos campos de batalla donde, por medio del humor, seamos capaces de reconocer los –“repudiables”- comportamientos machistas.


 

pacharaPachara Poonsawat: “Hay que manifestarse porque a las mujeres las están matando”

Por Sebastián Gárate

Es cantante profesional. Tiene 28 años. Vive en Santiago hace diez. Es oriunda de Tailandia. Y se hizo conocida en Chile por su participación en las segundas temporadas de los programas de Canal 13 MasterChef y The Voice, donde cautivó a los televidentes con su carisma y personalidad desbordante.

Pero la suerte no la acompañó. A pesar de ser una de las favoritas del público, Pachara Poonsawat no ganó ninguna competencia. Recuerda su estadía en ambos programas como experiencias enriquecedoras en su camino y dice no arrepentirse de haber concursado en ellos. Actualmente dejó la televisión por un tiempo para dedicarse exclusivamente a su carrera artística, lo que viene de la mano con un nuevo disco: “Veintinueve”, producción que la tendría muy contenta sobre todo por una canción que no deja indiferente.

El pasado 27 de octubre lanzó el videoclip de “Amor Violento”, un trabajo realizado en conjunto con el productor Arturo Medina, ganador de un Grammy Latino, que aborda el machismo y la violencia contras las mujeres en la relación de pareja. “En este trabajo van a poder sentir el empoderamiento femenino y el resguardo de los derechos de las mujeres”.

Si bien no es una canción de su autoría, si la escogió para ser parte de su disco y escribió las frases que aparecen al comienzo del videoclip: “A veces me pregunto, qué es la igualdad de género. Si mi cuerpo siempre será más débil. Yo quiero escapar. Pero soy invisible aquí. Nadie piensa que realmente necesito ayuda”.

Para Pachara Poonsawat, la igualdad de género entre mujeres y hombres significa tener los mismos derechos y el sentirse valorados de la igual forma. Ella, al interpretar la canción, intenta ponerse en los zapatos de las mujeres que se sienten reprimidas por la violencia de sus parejas, que no toman conciencia del peligro que viven diariamente, en un entorno adverso y machista.

“Me imagino que debe ser difícil salir de ahí. Siempre leo comentarios que dicen ‘Oye, las mujeres quieren estar con gente que las golpee. A ellas le gusta ese tipo de hombres’. Y me afecta mucho. La gente no tiene derecho a decir eso. Sobre todo de una persona que sobrevive a la violencia. Con ‘Yo quiero escapar’ me refería a esa realidad, la que finalmente me motivó para escoger la canción”.

La cantante cree que el rol de los artistas es clave a la hora de entregar este tipo de mensajes. Para ella, quienes se dedican a expresarse a través del arte tienen una labor social. “El arte está para entretener pero, al menos para mí, también es importante que el arte te lleve a otro mundo, a pensar, a analizar situaciones. A entender lo que está en el interior de cada ser humano; ya sea amor, problemas de nuestro entorno, realidades. Más allá de la diversión, la misión de un artista es hacer que la gente mire a su alrededor y se dé cuenta de lo que está pasando. Hay que manifestarse porque a las mujeres las están matando”.

Herencia machista

La ex participante de The Voice comenta que en su país natal el machismo no es cuestionado. Las mujeres están discriminadas, sometidas y piensan que es normal. Para ellas, la violencia de género no es un tema que les preocupe. “No hay igualdad en Tailandia. Allá es algo común y el gobierno no hace nada. Pero lo que es peor, ninguna mujer siente la necesidad de que hagan algo. Eso gatilló mi interés por este tipo de temáticas, porque nací en un entorno donde la mujer se siente inferior al hombre”.

Pachara Poonsawat asegura que ella era una persona machista, pero que no se daba cuenta. Su mamá le enseñaba  que las mujeres tienen que despertar antes que el hombre y dormirse después. Y cuando llegó a Chile, venía con esa mentalidad, “jurando” que era lo correcto y sintiéndose orgullosa por ello.

“El hijo mayor es muy valorado en mi país, es el más importante, aunque existan tres hijas antes. Todas quieren hijos varones. Es súper complicado. Mi papá tuvo puras mujeres. Yo creo que igual fue una decepción para él, por eso a mi me crió como a un hombre. Yo desde chica disparaba armas y mi nombre, en tailandés, es masculino más que femenino. A mí me lo ha dicho: él quería hombre, pero igual me ama mucho”.

Cuando llegó a nuestro país de intercambio, Pachara Poonsawat se puso de novia con un chileno con el que vivió durante 7 años. Jamás existió alguna manifestación de violencia explícita, pero con el paso del tiempo, la cantante siente que debió haber sido más libre de lo que fue. “Él ni siquiera se daba cuenta, porque nació y creció en una familia machista; solo se dedicaba a pasarlo bien. Mi pensamiento: no tenía que hacer nada más, solamente terminar mis estudios porque él era ingeniero e iba a tener mucha plata para mí. Y su entorno, sentía que era algo normal. Por ejemplo, su mamá era dueña de casa y tenía que tener la mesa lista para su marido antes de que este llegara a la casa. Existía el pensamiento de que la mujer no se sentaba en la mesa a la hora de almuerzo hasta que todo el mundo estuviera comiendo”.

Poonsawat en ese entonces pensaba que eso era normal, ya que ella igualmente nació en una familia y sociedad con características similares. Hasta que en un momento se dio cuenta que el problema era mucho más profundo y radicaba en que no era capaz de darse cuenta de lo equivocada que estaba. Se miró y se preguntó si eso era lo que quería para su vida. ¿Iba a ser feliz siendo nadie, estando detrás de un hombre, siendo la esposa de un ingeniero? Y encontró la respuesta: “hubiese sido una mujer frustrada, que nunca cumplió sus sueños de ser artista. Ni pensar en hacer este disco. Es fuerte, una no no se da cuenta. Hay muchas mujeres que viven esa realidad”. Así fue cómo de esta manera y con este pensamiento comenzó a trabajar y a buscar nuevas oportunidades.

En Tailandia lanzar una carrera artística es más difícil para una mujer que para un hombre. Existe violencia de género hasta en el mundo artístico, que ‘supuestamente’ mira la sociedad de forma más liberal. Acá en Chile nunca me han discriminado por ser mujer. Aunque me doy cuenta que los hombres siempre tienen más éxito y se les exige menos que a nosotras”.

Pachara Poonsawat siente que la edad es un factor que se considerar más en la mujer artista que en los hombres. “Los hombres pueden vivir del espectáculo hasta muy viejos, pero a nosotras nos preguntan cuántos años tenemos. Sí estamos muy viejas ‘ay, que lata’, ya no te quieren para hacer un disco. Yo, por ejemplo, quiero ser mamá. Si fuera ingeniera ya tendría un hijo. Pero soy artista. Y al serlo me implica más tiempo, más esfuerzo y mucho más dinero”.

No más violencia

La ex integrante de MásterChef cree que la receta para terminar con el machismo y la violencia de género es que los ingredientes estén en la consciencia de todos. “Debe ser un tema que se hable, que no se detenga y que se siga hablando. La movilización no deben parar. Basta de ese concepto de la ‘feminazi’. El gobierno -que no ha hecho ni bien ni mal, solo ha hecho algo- debe tomar más cartas en el asunto, es importante su gestión para cambiar una sociedad, juegan un rol importante. Tienen que existir más campañas que generen conciencia en la población

Ella asegura que el mensaje en su canción es directo, para que las personas lo escuchen y entiendan.Quiere que con su arte, más de alguien, comprenda que para las mujeres que sobreviven a la violencia no es facil salir de ella si no encuentra un entorno propicio, que reconoce los derechos de las mujeres. Por lo mismo, la sociedad debe cumplir el rol de protección y reconocimiento.

Finalizando, Pachara Poonsawat asegura que la violencia hacia las mujeres en relaciones de pareja no es un problema privado de quiénes la sufren. “Eso quiero decir en mi canción y videoclip. La sociedad tiene una tarea, que es reconocer esta discriminación y esta violencia. Si están vulnerando los derechos de la mujer, ¿por qué callar? La gente no quiere meterse en problemas, pero ¿dónde está la empatía? La violencia hacia nosotras es un problema cultural y social grave”, dice.

 

 

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