¡Vivas, libres y con derechos nos queremos, también en Nicaragua!

¡Vivas, libres y con derechos nos queremos, también en Nicaragua!

Desde la Campaña 28 de septiembre para América Latina y el Caribe, nos solidarizamos con el movimiento de mujeres, feminista y de la disidencia sexual que está en las calles junto a las y los estudiantes y a la clase trabajadora protagonizando masivas manifestaciones en Nicaragua.

Nos sumamos a su lucha y a sus pedidos de diálogo y cese inmediato de la represión estatal. Exigiendo la liberación de presas y presos políticos, la aparición con vida de las personas desaparecidas, el cese del hostigamiento y las amenazas a líderes e integrantes de movimientos de derechos humanos, feministas, campesinos y sociales. Instamos además a la formación de una Comisión de la Verdad que investigue a los responsables de los asesinatos de ciudadanas/ os.

Los contextos represivos en la región alertan sobre la necesidad de solidarizarse para exigir, unidas, el fin de la violencia estatal que se llevó en una semana de rebelión ciudadana en Nicaragua, la vida de más de 40 personas.

La cotidianeidad de la violencia machista e institucionalizada sobre los cuerpos de las mujeres en Nicaragua se traduce en feminicidios y la penalización del derecho a decidir. Por otro lado, la persecución gubernamental a los movimientos sociales, la tortura de las fuerzas de seguridad, las desapariciones y los asesinatos de grupos organizados para la violencia; la suspensión de los mecanismos institucionales de la democracia y la censura a la libertad de prensa y expresión agravan aun más la situación específica de las mujeres y las personas del colectivo LGBTTI.

Centroamérica sigue siendo una región con una legislación restrictiva que vulnera derechos humanos básicos, transformando a las mujeres, la mitad de la población, en ciudadanas de segunda. Son 4 de sus países: Nicaragua, Honduras, República Dominicana y El Salvador que lo penalizan en todas sus formas. Condenando al encierro, con penas de más de 40 años, a mujeres jóvenes y pobres, presas políticas de un sistema de terror.

La regresión y postergación de los derechos de las mujeres es constante para los gobiernos y los parlamentos de Centroamérica. Negociando con nuestros derechos y entregándolos como moneda de cambio como sucedió en Nicaragua o perdiendo oportunidades históricas, como la de la Asamblea Legislativa en El Salvador, que fracasó al no sancionar el Proyecto de 4 Causales. Además, la injerencia externa, las crisis política y económica internas y la suspensión de los derechos constitucionales, como recientemente sucedió en Honduras, consolidan la situación de discriminación, desigualdad, violencias, pobreza estructural y migración forzada de mujeres y personas del colectivo LGBTTI.

Por eso, desde la Campaña 28 de septiembre no callamos y seguiremos exigiendo el respeto por nuestras vidas, por la soberanía y el reconocimiento de la autonomía de nuestros cuerpos y territorios. Basta de represión. En toda América Latina y el Caribe gritamos, ¡vivas, libres y con derechos nos queremos!

¡Vivas y libres!

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