Ximena Riffo y #NiUnaMenos: “Esto no es contra los hombres, es a favor de nosotras”

Ximena Riffo y #NiUnaMenos: “Esto no es contra los hombres, es a favor de nosotras”

Cuando tú eres feminista lo eres en todo lo que haces, mi energía está ahí y qué mejor que trabajar que en eso mismo”.

Por Catalina Ellies

Ximena Riffo (51) es filósofa y por mucho tiempo hizo clases en colegios. Ya no está en el mundo de la docencia, pero mientras estuvo, instruyó a sus alumnos y alumnas desde el feminismo. Hoy está enfocada en la fotografía y luego de 30 años trabajando en esta disciplina, hace cuatro decidió retratar exclusivamente a mujeres. Hace clases de fotografía en su casa y ahora está trabajando en un calendario lésbico para 2017. Las murallas de su hogar están pintadas de morado –el color feminista- y sobre ellas hay diversas fotos de su autoría, principalmente de mujeres manifestándose. El lugar además lo adornan cámaras de distintos modelos y épocas. “Cuando tú eres feminista lo eres en todo lo que haces, mi energía está ahí y qué mejor que trabajar que en eso mismo”, comenta.

#NiUnaMenos

Luego de la multitudinaria marcha del pasado 19 de octubre en distintas regiones de Chile  y a nivel internacional, -que en Santiago convocó a más de 200 mil personas-, Ximena Riffo asume el liderazgo del movimiento Ni Una Menos desde las feministas autoconvocadas. “Esta gran convocatoria fue emocionante. Ocurrió porque se tomó conciencia de la violencia hacia las mujeres, que es extrema y estructural y gracias a las feministas, y no a los medios de comunicación, que han ocultado y demonizado el feminismo”, dice.

Cuando se masificó el #NiUnaMenos muchas personas, principalmente hombres, reaccionaron de forma negativa, criticando que el hashtag sólo se centraba en las mujeres y crearon como respuesta #NadieMenos. “Esto es una falta de reflexión y empatía. Es obvio que nosotras tampoco queremos ninguna persona menos, pero en esta ocasión hay una violencia específica hacia las mujeres, les han sacado los ojos, dinamitado, descuartizado y violado. Dicen que hacia ellos también hay violencia, yo no niego que esto ocurra, pero debe ser un 99% a mujeres y un 1% a hombres. Estamos así porque hay un individualismo radical en la sociedad que se expresa en esas opiniones. Esto no es contra los hombres, es a favor de nosotras”, enfatiza.

Antes del 19, Ximena Riffo veía las fotos de las manifestaciones de Argentina y se impresionaba por la cantidad de asistentes, anhelaba que algo así pasara en Chile. Previo a esa marcha de octubre, las protestas denunciando los femicidios los segundos lunes de cada mes, convocaban como máximo a 50 mujeres en Alameda con Huérfanos. Justamente un día de ellos, el 17 de octubre, comenzó a gestarse de forma espontánea la marcha que ocurrió dos días después. “Cuando en Argentina se hizo el llamado a marchar, empatizamos inmediatamente, allá había pasado lo de Lucía y acá lo de Florencia, Nabila y mucho más. Estas tragedias son muy dolorosas y lo sabemos todas las mujeres, sólo nosotras podemos entender bien el dolor de otra mujer. Esta rabia contenida se canalizó en esta marcha de una manera muy bonita”, manifiesta.

Luego de eso convocaron a una asamblea que se realizó el pasado 2 de noviembre, donde cada participante expresó sus intereses ligados al feminismo: educación, historia, leyes, memoria, diversidad, mujeres trans y lesbofeminismo fueron los principales y el 12 de noviembre se hizo una jornada donde trabajaron dichos lineamientos. “Esto no podía quedar acá, no era marchar y chao, para la casa. Decidimos que estas reuniones serían sólo para mujeres, un espacio donde nos podamos expresar y decidir. No queremos que nadie nos venga a demandar, enseñar, ni decir qué hacer, porque así lo han hecho toda la vida, ya nos han educado y demandado todo. Hemos entregado nuestros cuerpos, energías y deseos. Este espacio va a ser construido por y para nosotras”, anuncia.

El 25 de noviembre es el Día Internacional contra de la Violencia hacia las Mujeres y tienen pensado hacer caceroleos en diferentes horarios, en todas las plazas de Chile, y una marcha masiva también nacional, organizada por la Red Chilena contra la Violencia hacia las Mujeres.

La líder del #NiUnaMenos enfatiza que como movimiento no les interesa convertirse en partido político ni ONG, ni mucho menos recibir aportes. “Nuestro activismo es calle, no necesitamos recursos para ser feministas ni para salir a gritar nuestra rabia, así como estamos todo nos resulta bien, nos conseguimos afiches con la Red o los hacemos nosotras mismas con nuestra plata y aportes”, explica.

Feminista silvestre

Ximena Riffo siempre fue una persona muy activa. En enseñanza básica fue presidenta de curso y en la media formó parte del centro de alumnos y fue atraída por los “troskos”, quienes la educaron políticamente.

Su primera aproximación al feminismo fue en 1987, cuando llegó a sus manos una agenda feminista que en esa época publicaba Soledad Rojas de la Red. “Ahí salían organizaciones feministas y entre ellas estaba el colectivo lésbico feminista Ayuquelén. Quedé impactada, creía que iba a encontrar a otra lesbiana casi que en otro planeta, era muy culposa. Les escribí una carta muy emotiva y me incorporé a la Ayuquelén”, recuerda.

En el colectivo hacían talleres de autoestima, sexualidad y autodefensa, se reunían con otros grupos de lesbianas y en 1991 organizaron el Primer Encuentro Feminista en Chile. “Así llegó el feminismo más consciente a mi vida. Siempre me dicen que soy una feminista silvestre, que son esas personas que siempre lo han sido pero no se dan cuenta, mujeres que defienden sus derechos y espacios. Creo que soy feminista desde chica y me gusta mucho esta vida”, dice.

Ximena Riffo cree que hay que poner a disposición el conocimiento feminista en los distintos espacios. “Debemos pensar cada profesión desde el feminismo, todas tenemos algo que decir desde nuestros lugares y ese conocimiento se debe integrar a la sociedad. Nuestras madres son machistas, porque fueron educadas así y es un círculo vicioso porque ellas crean y crían a hijos machistas. Somos lo que nos han educado”, afirma.

Si no estamos unidas nos van a seguir matando

La dirigenta proviene de una familia apolitizada. Su madre llegó desde el campo hasta Santiago a los once años para trabajar como empleada doméstica y su sueldo lo cobraba la abuela de Ximena.

Luego de la separación de los padres de Ximena,  su mamá se emparejó con un carabinero, quien crió y educó a sus cinco hijos. Le enseñó a leer a Ximena, pero la maltrataba y si se equivocaba le tiraba las patillas. Cuando llegaba fin de mes, él salía a tomar y cuando volvía rompía los platos de la casa y golpeaba a su madre. “Lo odiaba porque era súper pinochetista y agresivo. Muchas veces mi mamá andaba con el ojo en tinta, él le pegaba, la amenazaba con cuchillos, era horrible. A mí me gustaba mucho jugar y eso me salvó. Con mis hermanos vivimos eso toda la infancia. Cuando creció mi hermano, que es cinco años mayor que yo, la empezó a defender y recién ahí se acabó la violencia”. Ella recuerda que esto los marcó mucho. “Tú vas construyendo inconscientemente un mundo hostil. Creo que quedamos traumados, un ejemplo es que producto de eso mis hermanos no beben alcohol”, asegura.

Ximena Riffo dice que la vida de la mujer en la historia ha estado marcada por la violencia. “La negación ha sido constante, no tener acceso a decidir sobre nuestro propio cuerpo hoy es la violencia más extrema. Las mujeres hemos sido violentadas desde no tener alma en la época de los griegos, hasta no tener derecho a leer, escribir, educarnos, ni a votar. La cultura se ha creado en torno a la opresión y esclavitud de las mujeres”, explica.

Ella le diría a una mujer que sufre violencia que eso no es normal y que tienen que perder el miedo y separarse al primer indicio de violencia porque eso no es un buen presagio.  “No pueden hacer lo que quieran con nosotras. Tenemos que acompañarnos unas a otras porque si no estamos unidas nos van a seguir matando. Todos esos dichos con los que nos hemos criado de el que te quiere te aporrea quedan en el inconsciente. No es normal que la gente se esté violentando psicológica, física, sexual ni económicamente. Somos compañeros, nadie le pertenece a nadie, ni en la cama, ni en ningún lado. Los hombres tienen que entender que no somos cosas, no somos vaginas dispuestas. Así no funciona el amor. No solamente las mujeres tenemos que estar en contra de la violencia, todos tienen que participar”.

 

El Estado y los medios

En las últimas semanas se supo del femicidio de Claudia Núñez, cuyo cuerpo fue encontrado en un recipiente de plástico después de una semana desaparecida y el de Johana Soto, que tenía 24 años, tres hijos y estaba embarazada. Ximena Riffo opina que el gobierno está siendo muy pasivo. “No están haciendo ni entendiendo nada. No están entendiendo que esto es grave, que nos están matando cada día y no lo han sabido detener. Se podrían armar redes solidarias con los vecinos y la familia debe estar mucho más atenta, y acompañar en la denuncia. Si las mujeres no denuncian es por miedo, el Gobierno tiene que lanzar una política pública y campañas”, propone.

Reconoce que hay avances en Chile como las tipificaciones o leyes, sin embargo, no se ha dado los pasos necesarios para avanzar y revertir el machismo. “Se revisan textos y se aplican cosas a nivel discursivo, pero esto no es sólo decir niños y niñas, por poner un ejemplo. En lo real, no lo vemos y se refleja en la educación, en cómo transitas por la calle, en cómo te miran. Nos están tasando constantemente en lo público y lo privado. Hay una estructura de políticas que no han sido profundas para cambiar esta violencia estructural, los intentos no sirven porque el problema es que el sistema es patriarcal al final te absorbe”, sostiene.

La dirigenta feminista manifiesta que las órdenes de alejamiento que se dictan por lo general en estos casos, no sirven. “El Estado necesita tener cuestiones reales, porque el tipo despechado y con rabia va a atacar igual y así ha pasado. Como ahora hay un castigo social muchos matan y después se suicidan y se la llevan gratis. Y cuando se les condena ¿Qué sacamos con darle 10 años o cadena perpetua a un femicida si no estamos educando como corresponde y va a venir otro que haga lo mismo? La cosa no es tenerlos presos, es sacar el preso que tenemos dentro, en el fondo, en el alma”.

Para ella, pese a la creación del Ministerio de la Mujer y Equidad de Género, todo sigue igual. “El organismo debe tener más peso y afectar a toda la política, porque este no es un tema de mujeres, es un tema de sociedad, de qué estamos construyendo, qué estamos dejando. Se deberían aprovechar más los medios que se tiene para hablarlo y no sólo que Claudia Pascual aparezca cuando haya un femicidio”.

Ximena Riffo también argumenta que el mundo de las comunicaciones tiene un papel del que debe hacerse cargo. “Deberían hacer una publicidad distinta, tiene que acabar la Bomba 4 y el Colegio de Periodistas también debe hacerse cargo, dar sanciones y hacer un llamado para que la gente tome conciencia. Lo primero es una alerta de que esto está ocurriendo y una discusión social profunda, lo más pronto posible. Hablemos socialmente del amor, de los afectos, de que esto no se trata de que el otro me pertenece, que eso sea parte de la noticia. Los medios son casi como tu familia, quienes te acompañan, la gente come con la tele prendida, entonces de ahí tiene que partir esto”, concluye.

COMMENTS