Yanira Zuñiga, abogada constitucionalista: “La paridad permite a las mujeres incorporarse como actoras de pleno derecho, terminando con el efecto estigma que tiene la Ley de Cuotas”

Yanira Zuñiga, abogada constitucionalista: “La paridad permite a las mujeres incorporarse como actoras de pleno derecho, terminando con el efecto estigma que tiene la Ley de Cuotas”

Por Antonia Fava Etcheberry

La discusión sobre los mecanismos que deben usarse para lograr una representatividad real en la construcción de la nueva Constitución se ha tomado la agenda pública. Paridad, Asamblea Constituyente (Convención Constituyente) escaños reservados para personas de pueblos indígenas y participación de personas independientes, son algunas de las urgencias que hemos escuchado en los últimos días. La abogada Yanira Zúñiga, doctora en Derecho y feminista, explica las claves de este proceso y la importancia de la representación y participación de mujeres en el espacio deliberativo.

La calle logró imponer su propia agenda e instalar como prioridad un tema que no se veía posible en el gobierno de Sebastián Piñera: una nueva Constitución para Chile. El actual texto fue redactado en plena dictadura militar (1980) y es la norma jurídica fundamental que obstaculiza toda posibilidad de realizar cambios estructurales al sistema que hoy se cuestiona. Los actores políticos no pudieron ignorar esta demanda y los principales partidos, de manera transversal, decidieron llamar a un plebiscito (de entrada) para abril de 2020 en que la ciudadanía podrá decidir si aprueba o no el cambio a la constitución y el mecanismo para realizarlo: Convención Constituyente o Mixta (entre convencionales independientes, parlamentarios y parlamentarias).

El mecanismo: el poder del pueblo

Yanira Zúñiga, como abogada y académica de Derecho en la Universidad Austral, se ha manifestado a favor de una Asamblea Constituyente o Convención Constituyente. Para Zúñiga es indispensable que la nueva Constitución sea elaborada desde la ciudadanía, “es la herramienta más democrática porque todas las constituciones parten del presupuesto que la soberanía popular se ejerza por el pueblo”, afirma la también integrante del Consejo Consultivo del INDH.

Si bien en el acuerdo entre los partidos políticos se decidieron diversas acciones, las especificaciones quedaron en manos de una mesa técnica que debía gestar los detalles sobre las elecciones de representantes y mecanismos que se utilizarán para que la Convención sea paritaria, con representación de pueblos originarios y convencionales independientes a los partidos. Yanira Zúñiga es crítica respecto a la poca claridad que existe sobre el sistema electoral que se debiese utilizar, donde, si se mantiene el actual, saldrían beneficiados los conglomerados y nuevamente las personas independientes serán las perjudicadas. La abogada ve como un desafío encontrar una forma en la que todas las personas compitan por igual.

Lo más cuestionado y comentado ha sido el quórum de ⅔ que se pactó para las resoluciones en torno a la nueva Constitución. Las críticas apuntan a que es el mismo quórum que se exige actualmente para los cambios a la carta fundamental, los cuáles han sido casi imposibles de lograr. Pero la abogada realiza un análisis distinto a lo que ha sido la tendencia: “Por mucho que se mantenga la misma fórmula de los ⅔, no es lo mismo en una reforma que en un otorgamiento de una nueva constitución”, explica Zúñiga. Si bien, no niega que es una mayoría alta, piensa que para que el documento perdure en el tiempo, los acuerdos deben ser robustos.

El rol de los movimientos feministas

¿Cómo se va a elegir la Convención Constituyente? Esta es la pregunta que muchos y muchas especialistas en Derecho Constitucional han tratado de responder proponiendo distintas salidas. Para Yanira Zúñiga la paridad de género es esencial y es dura a la hora de criticar la Ley de Cuotas como mecanismo de representatividad. “Si se miran los resultados que tuvo la Ley de Cuotas en la última elección, en el mejor de los casos podríamos pensar en 23% o 30% y nos sigue dejando debajo del 50% que es la regla de paridad”, enfatiza la profesora de la Universidad Austral.

Para Zúñiga, la paridad de género “es necesaria pero no suficiente”. Si hay algo que tiene muy claro, es que la próxima Asamblea Constituyente debe estar conformada por la misma cantidad de hombres y mujeres. “La paridad permite a las mujeres incorporarse como actoras de pleno derecho y no marginales. Terminando con el efecto estigma que tiene la ley de cuotas”, afirma la doctora en Derecho. El papel que cumplirá la paridad de género es clave para lograr un espacio de discusión igualitario en términos materiales y que “se instalen con mayor relevancia las demandas de las mujeres en la agenda, con una mirada más situada desde la experiencia femenina, que los hombres no entienden porque no la viven”, explica la abogada.

La presencia de mujeres en espacios de poder está directamente relacionada con un mayor desarrollo de políticas de género. Aún así, para Yanira Zúñiga el rol de los movimientos feministas será clave. Los problemas de género son complejos y las mujeres representantes se verán enfrentadas a limitaciones en el poder que no serán resueltos con la paridad y ahí es donde las organizaciones de mujeres serán primordiales para empujar los cambios.

Existen muchos ejemplos en el mundo que nos pueden guiar para lograr la igualdad de género en el proceso hacia una nueva Constitución. Yanira Zúñiga junto a otras y otros académicos de la Universidad Austral redactaron un documento con propuestas de cara a la nueva carta fundamental. En este plantean utilizar el instrumento de doble voto, es decir, cada votante deberá marcar en una papeleta por una mujer y en otra por un hombre.

Escaños reservados: el valor de los pueblos indígenas

Otro tema en discusión es la representación de los pueblos indígenas en la Asamblea o Convención Constituyente. Aunque todavía se discute, la opción que maneja Yanira Zuñiga como posible es la de escaños reservados para los grupos originarios del país. En el texto de la Universidad Austral, se propone la creación de un padrón especial para la representación indígena y que quienes votan en las circunscripciones correspondientes tengan derecho a un doble voto.

Se plantea que el número de escaños sea correspondiente al porcentaje del número del padrón especial respecto al total del electorado. Es decir, si este es de un 10% tendrán el 10% de los asambleístas. En el texto se especifica que, en cualquier escenario, tendrán, por lo menos, un escaño reservado los pueblos Aimara, Mapuche, Rapa Nui, Atacameño, Quechua, Collas, Diaguita, Kawashkar y Yagán.

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