Claudia Castro, Administradora del Estadio Nacional

Cuando llegó en el año 2006 para asumir su cargo, lo primero que percibió fue un rechazo por su juventud (hoy tiene 33 años) y por ser mujer. La pregunta tradicional que le hacían era qué sabía ella, una mujer, de fútbol. Su respuesta: “vengo a gestionar, no a hacer la alineación para el partido”.

En esta entrevista, conversamos sobre su cargo y los alcances que ha tenido desde una perspectiva de género.


 

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Desde tu trabajo en el Estadio Nacional, ¿existe un enfoque de género para las diversas actividades que se desarrollan en ese campo deportivo?

Si nos remontamos a la historia del recinto, siempre ha tenido administradores, es primera vez que hay una administradora. Acá laboran auxiliares, los encargados del pasto, de la cerrajería, de la pintura, albañilería, las rejas, los accesos, el taquillero, el llavero del coliseo. Son hombres de trabajo duro, de terreno, y las mujeres son secretarias y las niñas que hacen el aseo. Hay 100 personas en una proporción de 70% de hombres y 30% de mujeres.

Desde dentro, partimos con un liderazgo diferente, no imponer desde lo masculino. Cada año fuimos madurando y hemos tenido incorporaciones y cambios interesantes, incluso de lenguaje. No todos han tomado conciencia respecto del género, porque la mayoría tiene sobre 45 años, entonces hay alguna barreras difíciles de sortear. Pero se perciben cambios y eso ya es ganancia.

Ahora bien, mirando hacia afuera, al Estadio vienen las federaciones de alto rendimiento, los clubes y las organizaciones a realizar sus actividades. Ellos no tienen una incorporación de género y esto se resume a que existe mayor cantidad de hombres en el deporte de alto rendimiento. ¿Qué hicimos? Nos abrimos al resto del mundo, y por general, en el resto del mundo están las mujeres.

La apertura fue desde lo recreativo, algo menos competitivo, más colectivo. Ahí hay muchas mujeres dirigentas que vienen con gran entusiasmo y sacrificio de comunas muy alejadas para solicitar un espacio para entrenar. Lamentablemente hay rechazo del otro lado, pero hemos logrado convenir, desde los horarios hasta los días de entrenamiento.

Además, como Estadio tenemos talleres gratuitos de corte recreativo dirigidos a aquellos y aquellas que no tienen para pagar el gimnasio o la piscina. La inscripción es por porcentajes. También acomodamos horarios para las dueñas de casa y las mujeres trabajadores. Durante los talleres de fines semana vimos que muchas mujeres faltaban porque –explicaron- no tenían con quién dejar al hijo o la hija. Entonces implementamos gimnasia para las mamás y los papás y para los niños y las niñas.

¿Qué opinas sobre la mujer chilena y su relación con el deporte?

Leí en un reportaje que las mujeres que hacen actividad y tienen hijos o hijas, ellas y ellos consiguen en un porcentaje mucho más alto seguir practicando una actividad física como un hábito. La mujer permea al resto con su decisión.

Pero, en general, las mujeres no tienen tiempo para el deporte. Como cumplen varios roles: la trabajadora, la dueña de casa, la ministra de economía, de salud cuando los y las hijas se enferman, la ministra de educación, la terapeuta del hermano, la consejera de la mamá, no tienen un espacio para ellas y eso se traspasa al mundo de la actividad física.

Veo mayor cantidad de mujeres de la tercera edad disfrutando de la actividad física que mujeres trabajadoras, las que son madres o más jóvenes. Sin embargo, las nuevas generaciones están más desprejuiciadas de esta carga que pasa por atender a los otros en todo sentido quedando en un segundo lugar. Hoy hay 50 y 50 de tiempo entre la madre y el padre respecto de la crianza de los y las hijas y eso nos da el espacio para hacer más actividad. Sin embargo, necesitamos generar la conciencia en las mujeres para eso.

Después del mundial juvenil femenino, ¿sientes que hay un cambio importante en la percepción de los deportes que eran vistos como masculinos?

El puntapié inicial de la Presidenta para el mundial femenino sub 20, terminó siendo clave a la hora de su masificación. Fue abrir la puerta para todas las mujeres, en especial las que eran vistas como marimachas por practicar fútbol. Quedó claro que el fútbol no es patrimonio de los hombres.

La histórica inversión que marcó un hito similar al del año 62, también fue un puntapié que abrió puertas. Este año hay más recursos para nueva infraestructura deportiva en todo el país; no sólo para el fútbol, sino que para diferentes disciplinas; y no para los grandes espacios, sino que también el espacio comunal.

El mundial permitió que otras disciplinas se abrieran a las mujeres. Tanto así que converso con futboleros y me dicen, “las mujeres se metieron hasta en el fútbol. Nos va quedando el asado”.

¿Qué políticas se pueden implementar para promover el desarrollo de las mujeres en el área de deportes?

La actividad física y el deporte deben ser masivos, transformarse en un hábito, como el lavado de dientes. Para lograrlo debe estar incorporado desde la más temprana edad. Fundación Integra y la JUNJI, Junta Nacional de Jardines Infantiles son fundamentales para eso.

Asimismo, muchos colegios se diferencian respecto de otros por su infraestructura deportiva. Pero hay otros que no tienen ni patio. Entonces, lo importante es generar asociaciones con el municipio, organizaciones y otros para que existan lugares adecuados para la actividad física.

Por último, hacerse cargo de las mujeres que trabajan. Es cierto que la una mayor tasa de incorporación de la mujer al trabajo ha sido muy buena para el país. Sin embargo, ha sido más pega para ellas. Trabajan remuneradamente, y después sin remuneración en la casa. No hay tiempo para ellas. El desafío es cómo gestionar lugares amables y tiempos adecuados para que puedan disfrutar también de su tiempo libre.

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