Los testimonios de mujeres dirigentas sindicales de la agroexportación y la salmonicultura chilena, fueron recopilados en el documento “Dirigentas: El arduo caminar de las mujeres trabajadoras en la lucha por sus derechos”.
Un testimonio franco y humano sobre el rol social que reviste para la mujer el papel de líder sindical, fue plasmado en el documento “Dirigentas. El arduo caminar de las mujeres trabajadoras en la lucha por sus derechos”. Su lanzamiento se realizó en la zona norte, centro y sur del país, abarcando importantes localidades de Chile, donde miles de mujeres trabajan para la agroexportación y la salmonicultura, ambos sectores clave de la economía chilena.
Durante la presentación, Sonia Sagredo, presidenta del Sindicato Interempresas de Temporeras(os) de Villa Alemana y Quilpué, comunas de la zona central del país, compartió su experiencia y se refirió a la responsabilidad que en ella despierta tener que representar a cientos de compañeras y compañeros de trabajo.
"Cuando una tiene un rol social, conoce la libertad de pensamiento, la capacidad de cuestionarse" señaló Sagredo, quien trabaja en el campo hace 20 años. Su rol de jefa de hogar y madre de cinco hijos, lo complementa con el compromiso social que siente a diario esta trabajadora, quien asegura que "una no decide ser dirigente. Los demás lo deciden por ti".
Miriam Nancucheo es una de las mujeres que decidió abrir las puertas de su casa y de su vida, para contar su verdad. Miriam es la presidenta del sindicato “Unión es fuerza” de la empresa salmonera Cultivos Marinos de Chiloé, en su relato señaló que tomó la decisión de integrarse al sindicalismo cuando fue testigo de las injusticias que se cometían en el lugar donde ella trabajaba.
“En la sección donde yo trabajaba había un supervisor que castigaba (SIC) sin siquiera preguntar qué problema había ocurrido. Llegó un momento en que conversamos (con las compañeras) y nos preguntamos ¿Por qué no nos inscribimos en el sindicato?…puede que obtengamos algo”, narró Miriam, quien de esta forma comenzó a ser sindicalista, sobre lo que agregó que “No fue por una necesidad específica, sino por tratar de apoyarnos de alguna forma”, aseguró.
Ana Olmedo, también quiso compartir su experiencia. Ella trabaja como temporera en la VI región de Chile, y preside el sindicato “La Esperanza” de esta misma zona. Olmedo se refirió a la gratificación personal que implica su labor como líder sindical.
“Cuando he estado en comparendos y he podido conseguir cosas para las personas y te dicen gracias por lo que has hecho, se me llena el corazón. A veces también es ingrato por que también te están criticando, pero no importa porque sabes que has hecho sentir bien a la gente que has ayudado”, relató Ana.
En el texto, además del testimonio de Sonia, Miriam y Ana, se relatan las historias de otras seis líderes sindicales. Cerrando la presentación, Sonia Sagredo manifestó sus intenciones y proyecciones para el futuro, asegurando que sólo quiere "organizar, organizar y organizar", sentenció.
LEY SOBRE USO DE PESTICIDAS
La cámara de diputados de Chile aprobó el 22 de noviembre un proyecto de ley que busca normar el uso de productos fitosanitarios (pesticidas). La iniciativa tiene como fin proteger a trabajadoras/es de la agricultura y a la comunidad en general, del uso irresponsable de este tipo de químicos.
La futura ley otorga amplias atribuciones al Servicio Agrícola Ganadero (SAG) para regular, restringir, prohibir y fiscalizar la producción, venta y distribución de pesticidas. La normativa obligará a mantener un archivo público actualizado semestralmente de los productos registrados y prohibidos.
TRABAJADORAS DOMÉSTICAS DEL MERCOSUR PLANTEAN REIVINDICACIONES
Una coalición de sindicatos de trabajadoras domésticas de Argentina, Brasil, Paraguay y Uruguay, con el apoyo de la organización feminista MARCOSUR, presentaron el 3 de noviembre al Parlasur (Parlamento del Mercosur), un panorama de las actuales condiciones “discriminatorias” a las que están sometidas muchas congéneres que se desempeñan en esta área.
La delegación le presentó al organismo un panorama sobre las realidades discriminatorias que padecen las trabajadoras domésticas en la región, y le formuló sus inquietudes para avanzar en la dignificación del trabajo doméstico y en la promulgación de derechos para las trabajadoras.
El trabajo doméstico representa la puerta de entrada de muchas mujeres al mundo laboral. En la década del 90, el 70% de los nuevos empleos en América Latina fueron generados por el sector informal, y de cada 100 nuevos empleos para las mujeres entre 1990 y 1998, 22 fueron en el servicio doméstico remunerado, el trabajo más precario al interior del sector informal.
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