Editorial – Derechos de las mujeres entre disputas culturales

Editorial – Derechos de las mujeres entre disputas culturales

Termina el año y la ciudadanía se apresta a dirimir sobre el futuro ordenamiento constitucional chileno en un contexto internacional que pareciera lejano, pero que pone en alerta a las mujeres progresistas y feministas, porque se hace presente y pareciera imbricarse con los procesos culturales nacionales, no siendo ajeno el devenir nacional a la historia política reciente en la región.

El resultado electoral en Argentina con el amplio triunfo de Milei, sumida en una crisis económica, política y social parece traer allí lo que antes vivió Brasil con Bolsonaro en el terreno ideológico y político: el “libertarismo”, el ultra-neoliberalismo, el apoyo a propuestas de la ultraderecha -autoritaria y religiosa- como repuesta a las crisis de la democracia, la crisis económicas, de seguridad ciudadana, de fracaso de las políticas públicas frente a las necesidades de las mayorías sociales no politizadas.

Chile parecía estar lejos o inmune a esos discursos y propuestas, con una democracia no sin problemas, pero con estabilidad económica y política, incluida la alternancia en el poder. Ello llevó al ex presidente Piñera incluso a hablar del “oasis”. Pero explotó este orden aparente en octubre de 2019, las frustraciones y rabias acumuladas reventaron en el “estallido social”. La respuesta fue una salida política institucional: elaborar una nueva Constitución, pero el estallido se expresó en la elección de una Convención integrada mayoritariamente por representantes de movimientos sociales, que arrinconó a los partidos políticos y en especial a la derecha. Sin embargo, la pandemia, con sus miles de muertes, el encierro, la severa crisis de subsistencia -en que el Estado se ausentó por mucho tiempo-, que sobrecargó las vidas de las comunidades más vulnerables y dejó espacio para la expansión de la respuesta de la narco cultura con su reguero de delincuencia e inseguridad, fueron generando un caldo de cultivo para el miedo, el hastío y la rabia, cosechados y amplificados por los derrotados de esa Convención. Pavimentaron, con muchos recursos, el rechazo a la propuesta constitucional en el plebiscito con voto obligatorio de 2022, la conformación del nuevo consejo Constitucional con mayoría republicana y su expresión en el texto a votar el 17 de diciembre. Dicho texto, no sólo ha recibido severas críticas de los más eminentes constitucionalistas, sino que pretende consolidar el modelo neoliberal con Estado subsidiario, sino congelar procesos sociales y en especial, el avance de las mujeres.

Estos hechos obligan a analizar el nuevo escenario considerando los procesos políticos de Brasil y Argentina, entre otros. ¿En qué medida la incapacidad de la democracia para responder a la inseguridad económica y social, expresada en la debilidad de los partidos políticos tradicionales para gestionar esas demandas, pone en riesgo a la propia democracia? ¿Cuáles son los asientos económicos, políticos, sociales y culturales que han hecho posible los retrocesos y amenazas de retrocesos para la agenda de las mujeres en esos países? ¿Existen antídotos para la expansión de ese populismo que pretende retrotraer a las mujeres a condiciones muy pretéritas, sometidas a la tutela moral de alguna autoridad religiosa fundamentalista?

Como Observatorio de Género y Equidad, abrimos esta reflexión. Para ello presentamos la visión y análisis de una observadora de los procesos “anti-derechos” a nivel internacional, de una analista del proceso en Argentina y de una líder del Observatorio de Políticas en Sexualidad (Sexuality Policy Watch) que da seguimiento a los movimientos antigénero en el mundo.

 

 

 

 

 

 

 

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