¿Por qué es importante prevenir la violencia en jóvenes?

Trabajar con jóvenes y generar políticas públicas para la detección y prevención de la violencia en el pololeo, es generar conciencia sobre los factores de riesgo y efectos de la violencia de género en la pareja, la familia y el entorno social

Por Carolina Peyrín, Directora Ejecutiva, DOMOS

En la actualidad existe una mayor conciencia social acerca de la violencia contra las mujeres, dada la difusión en los medios de comunicación del concepto y hechos de femicidio; sin embargo las personas a menudo la identifican reducida al ámbito de pareja en relaciones de matrimonio o convivencia y, al daño físico quedando mas invisibles muchas otras formas sutiles pero no por ello menos brutales de ejercer la violencia.

Existe la tendencia a pensar que si estos hechos les ocurren a otras mujeres en nada me afecta como individuo, sin comprender que los impactos del abuso son múltiples y dañan no sólo a las víctimas directas, sino también a niñas, niños y adolescentes. En la dinámica abusiva, generalmente son víctimas directa o indirecta del maltrato, y sus repercusiones se manifiestan en todas las esferas de su desarrollo. Uno de los efectos más letales derivados de la violencia de género contra las mujeres en la pareja y familia, es la transmisión generacional del abuso y su reproducción en las nuevas generaciones. Asimismo las campañas y en general la cobertura que los medios dan al tema se centran en la mujer como víctima del problema y no incluyen a las/os jóvenes y a los hombres como protagonistas y sujetos activos en la solución del mismo.

En materias referidas a la violencia en parejas jóvenes, DOMOS realizó el primer estudio en Chile en este tema por encargo del Servicio Nacional de la Mujer. Este refiere entre sus principales conclusiones a que si bien existe cambios en los roles de género, los estereotipos sexuales se mantiene inalterables; vale decir, a nivel de las representaciones simbólicas, las cualidades y atributos tradicionales asignados culturalmente a hombres y mujeres continuarían operando en la construcción de las identidades masculinas y femeninas. Este es un aspecto fundamental para el cambio en las relaciones de género, pues los estereotipos tradicionales son un factor de riesgo para la ocurrencia del abuso de pareja toda vez que implican una supremacía de los hombres y una subordinación de las mujeres.

Datos de la Quinta Encuesta Nacional de la Juventud, del Instituto Nacional de la Juventud, INJUV, señalan que las y los jóvenes declaran una mayor prevalencia de la violencia  psicológica al interior de la pareja. Así, un 13,4% señala que ha existido violencia psicológica en su relación de pareja actual, mientras que un 7,6% reporta violencia física. En ambos casos, son las mujeres las principales víctimas de esta problemática y con mayor fuerza el grupo etario entre 25 y 29 años. Pero el problema se complejiza aún más cuando se los jóvenes aluden a que una de las dificultades que tendrían las mujeres de compartir sus experiencias de violencia, por las cargas de vergüenza y sanción social que esto acarrea.

Ante estos hallazgos, trabajar con jóvenes y generar políticas públicas para la detección y prevención de la violencia en el pololeo, es generar conciencia sobre los factores de riesgo y efectos de la violencia de género en la pareja, la familia y el entorno social, deslegitimándola como forma aceptable de resolver conflictos. Para ello, es necesario promover el liderazgo juvenil mediante el diseño y ejecución de acciones dirigidas a la prevención del maltrato y al fortalecimiento de valores para una convivencia democrática entre los géneros.

Desde DOMOS se han realizado diversas iniciativas locales, como el proyecto "Previniendo la violencia en Jóvenes de Conchalí" realizado el año 2006, y la continuidad 2008 de la campaña “Frente a la violencia, no seamos cómplices” que este año estará centrada en expresiones artísticas culturales destinadas a convocar a los hombres y a los jóvenes de diversas comunas del Gran Santiago con el fin de instalar el discursos como “no confundir amor con control” y “detener la violencia está en nuestras manos”. Iniciativa que se llevará acabo en alianza con el Instituto Nacional de la Juventud, organismo con el que se ha suscrito un convenio y acuerdo operativo para implementar un conjunto de acciones tendientes a instalar una política de prevención de la violencia de pareja en la población juvenil.

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