Ley de Cuotas, Más mujeres en la política

Desde siempre relegadas a la vida privada, las chilenas lograron traspasar los límites de lo doméstico y palpar el mundo público… aunque quizás no tan de cerca.

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Ley de Cuotas
Más mujeres en la política
Por www.forociudadano.cl
2007-11-07

Y decidieron tomar la sartén por el mango. Desde siempre relegadas a la vida privada, las chilenas lograron traspasar los límites de lo doméstico y palpar el mundo público… aunque quizás no tan de cerca.    

 Transcurrieron décadas para que las mujeres de nuestro país consagraran su derecho a voto en 1949, un par de años más para sortear los privilegios masculinos y ser electas en cargos de poder y representación popular. Lo lograron, pero la deuda aún está pendiente. 

 

Aunque en 2006 fuimos testigos del nombramiento de la primera mujer en asumir la Presidencia del país, en la política chilena las figuras femeninas no abundan al interior de los partidos, tampoco en las listas electorales ni en las designaciones gubernamentales. Pareciera ser que la representación ciudadana es cosa de hombres, pero no es el caso. Tiempo atrás la premisa se hubiera dado por hecho, no obstante, la mirada de género en la administración de gobierno y los actuales intentos por equilibrar la participación política de mujeres y hombres la desmitifican. 

El envío al Parlamento de un proyecto de ley que exige un piso mínimo de candidatas mujeres a cargos políticos por conglomerado, lo ejemplifica. Se trata de una iniciativa que busca ser aprobada antes de las elecciones municipales para mejorar las condiciones de las chilenas, ampliar el abanico de opciones en el sufragio, profundizar la democracia y fomentar la equidad en las responsabilidades públicas, culminando con una serie de intentos fallidos en esta materia. 

Esta propuesta, la más emblemática en la agenda de género y paridad de este Gobierno, pretende fijar una fórmula que asegure la participación femenina en distintos tipos de elecciones y destinar recursos extras como incentivos a los partidos que las incorporen en sus listas. 

“Lo primero es que se desarrolla el derecho a participación de las mujeres. Este derecho de oportunidades baja a la ley, incorporando conceptos de participación equilibrada, entendiendo el tema del equilibrio como darle armonía al universo, una mirada de género y asegura un piso mínimo a la candidatura de mujeres y hombre en cargos de elección política interna como de representación popular. Le da además incentivos a las mujeres candidatas que resulten electas y también a los partidos que las incluyan en sus listas”, aclara Patricio Santa María, asesor de Laura Albornoz, Ministra del Servicio Nacional de la Mujer (SERNAM). 

La idea no es la primera en el mundo. Cincuenta naciones han incorporado este sistema en su legislación y en América Latina, once lo han aplicado con mejores o peores resultados. Sin embargo, tomando en cuenta que la discriminación hacia las mujeres continúa siendo una mala práctica que no ha logrado erradicarse, en Chile, la efectividad de la medida esta por verse. 

El proyecto y su eficacia 

La masiva incorporación de la mujer a las esferas de acción política, fue uno de los ítems que comprendió la agenda de Michelle Bachelet desde su candidatura. Finalmente, su promesa se hizo más clara con la firma del proyecto de ley que pretende equilibrar la participación de mujeres y hombres en esta área ¿Cómo? Determinando un porcentaje mínimo de representación femenina en las listas internas de los partidos (20-30%) que podría aumentar con el tiempo.  

Patricio Santa María, lo explica: “Del cien por ciento de los cargos, a lo menos el 30% debe ser constituido por mujeres. Es bueno decir eso, no se trata de que tiene que ser un 30% de mujeres, aunque como va la cosa, a lo mejor ese 30% va a ser una protección para los hombres en algunos años más”. 

Esto vendría a solucionar las actuales cifras de representación femenina en la política, como las arrojadas en la última elección parlamentaria, donde 32 mujeres postularon contra 322 hombres para ocupar 120 escaños en la Cámara Baja , mientras que en el Senado fueron tan sólo 9 mujeres las presentadas por sus partidos entre 66 postulantes. 

No obstante, hay quienes creen que la Ley de Cuotas no es suficiente por sí sola para lograr estos cambios sustantivos, puesto que lo que se requiere es modificar el sistema electoral y el funcionamiento de los partidos. “El sistema electoral que tenemos, donde ganan las mayorías, es muy poco democrático y es poco propicio para la participación de las mujeres. Además, la experiencia internacional dice que si es de carácter voluntario, los partidos no cumplen la ley (…) En Chile existe una igualdad formal, quizás no existen limitaciones o discriminaciones explícitas hacia las mujeres, pero sí existe una desigualdad en el plano sustantivo ¿Por qué? Porque hombres y mujeres militan en igual proporción en partidos políticos y resulta que va un 15% de mujeres como candidatas ¿Qué quiere decir eso? Los partidos políticos discriminan a las mujeres, algo pasa en ese 50% que está en la base de la militancia y en ese número muy reducido de mujeres que llega a incorporarse a las directivas o a ser candidatas”, señala Mariela Infante, socióloga del equipo de Democracia y Participación Política de Corporación Humanas. 

Queda claro que la aprobación de esta iniciativa implica modificar la Ley de Votaciones Populares y Escrutinios, así como también la Ley de Partidos Políticos. No obstante, el factor cultural aparece como uno de los temas de fondo que amenaza contra la efectiva  participación femenina en cargos de representación pública. 

¿Qué hay en la política? 

A las mujeres se les exige, tal vez más que a los hombres. En el ámbito político pasa igual y constantemente tienen que demostrar que son capaces. Esta vez no es la excepción y en el debate que acompaña a la aprobación de la Ley de Cuotas, las capacidades de las eventuales candidatas se ponen sobre la palestra. Más aún, sus detractores argumentan que ésta constituye un error de política pública que incluye a las mujeres sólo por el hecho de serlo y no por las capacidades que tengan para desempeñarse en los cargos, dejando fuera a muchos hombres que cumplen con los requisitos. 

Teresa Valdés, socióloga del Centro de Desarrollo de la Mujer (CEDEM) y del Observatorio de Género y Equidad, sabe que en Chile aún persisten barreras culturales que otorgan el carácter masculino al espacio público, dejando en clara desventaja a las mujeres: “Nunca nadie se ha preguntado qué capacidades tienen los hombres que están (…) Las capacidades se distribuyen por igual entre hombres y mujeres: si hay hombres muy capaces, también hay mujeres muy capaces y si hay hombres no tan capaces que cuentan con el apoyo, hay mujeres no tan capaces que cuentan con el apoyo. No veo ninguna razón por la que tendría que haber una situación específica donde las mujeres demos con pruebas de aptitudes adicionales que no se les exigen a los hombres”, comenta. 

“¿Qué pasa en el tema de la política y de cómo ejercen nuestros partidos que propone tantas barreras a la mera idea de que las mujeres vayan siendo más masivas? Somos mujeres militantes de partidos en una gran proporción, hacemos un trabajo importante en los partidos, a veces el trabajo pesado, ni qué decir de las campañas, pero algo sucede a la hora de compartir cuotas de poder. Yo diría que ahí se combinan una serie de factores culturales, hasta ahora, los partidos han sido masculinos, hay una cultura, una manera de saber hacer”, agrega. 

Y aunque en el PPD y en el PS existe una norma que establece que las cuotas en las listas de elección interna no puede concentrarse el 60% con personas del mismo sexo, esta debilidad cultural puede transformarse en una fortaleza al instalar el concepto de competencia. “Aquí se va a competir, aquí es la meritocracia, aquí lo que se asegura es una cuota o un piso mínimo de mujeres que van a salir a competir en el electorado”, precisa Santa María, argumento que comparte la socióloga de Corporación Humanas quien cree en los resultados: “en ese sentido, nuestros representantes van a estar mucho más capacitados y van a tener muchos más méritos porque va a haber mayor competencia entre ellos”. 

Sin embargo, los méritos pueden pasar a segundo plano si las prerrogativas masculinas en la política no se liberan, cediendo cuotas a las candidaturas de mujeres. Hasta ahora es una probabilidad que podrá comprobarse o echarse por la borda una vez que el equilibrio participativo entre hombres y mujeres se incluya en nuestra legislación. 

Escucha el Foro radial que dio origen a este artículo

Lee el Proyecto de Ley de Representación Equilibrada

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