Marianne Hirsch y los feminismos en Chile:  “Son mujeres que están movilizando memorias de liberación»

Marianne Hirsch y los feminismos en Chile: “Son mujeres que están movilizando memorias de liberación»

Por Valentina Silva

Marianne Hirsch directora del Centro de Estudios de la Diferencia Social y profesora de Literatura Comparada y de Estudios de Género de la Universidad de Columbia, realizó un conversatorio sobre memoria, derechos humanos, migraciones, género y feminismo en la Universidad de Chile. En la conferencia organizada por el Archivo Central Andrés Bello y el Columbia Center, se planteó como tema central el trabajo de memoria de las mujeres y cómo se movilizan por un futuro mejor.

Los trabajos de memoria de Hirsch son reconocidos por su teoría que explica que “podemos hacer nuestros los recuerdos de otra persona, ya que los eventos traumáticos perviven para marcar las vidas de aquellos que no los experimentan en primera persona”. Su interés por estudiar este fenómeno nace de una experiencia personal: es hija de madre y padre sobrevivientes del Holocausto nazi, lo que provocó que heredara una potente memoria de los hechos que vivieron. Para Hirsch “la pasión con la que ellos recordaban podría ser incluso más fuerte que la de mis propios recuerdos de infancia, por lo tanto, la memoria de mis padres era más fuerte que la memoria propia”.

La relación con Chile nace dado el cuestionamiento a su teoría: ¿Es el trauma el que genera memorias que son tan potentes y que se pueden heredar de generación en generación? ¿Es solamente la catástrofe que queda registrada de dicha manera o existen otras formas de generarla? En sus visitas al país, se dio cuenta que existen otras formas de crear memorias transgeneracionales. Por ejemplo, en los momentos de revolución o levantamiento público. Así sucedió en Chile con la “ola feminista” o las reformas de los años 60.

En el conversatorio la acompañaron Soledad Falabella profesora del Magíster Género y Cultura Latinoamericana de la Universidad de Chile y Carla Peñaloza también docente de la misma universidad del Departamento de Ciencias Históricas. Marianne Hirsch conversó con los asistentes sobre el movimiento feminista en Chile y cómo los procesos de memoria y posmemoria movilizan actualmente a la sociedad.

Feminismo y los estudios de la memoria

Hay algo en común en los países donde hubo dictaduras acompañadas de genocidio y violación a los derechos humanos, y es que son los hijos e hijas quienes se han encargado de plasmar en la historia las atrocidades vividas por sus padres. Según Marianne Hirsch “han escrito libros como hijos de nazis. Hay memorias de hijos e hijas que tratan de entender lo que ocurrió en el pasado y de qué forma tienen una corresponsabilidad en él”.

Sin embargo, la historia ha demostrado que son las mujeres quienes han puesto sobre la mesa las memorias de sus familias. “Si nos vamos a preguntar por qué son más mujeres, tenemos que pensar qué está en juego al ser mujer, cuál es la diferencia, cuál es el punto de discusión, y si es feminista, de qué forma se está re-enmarcando, es decir, le estamos dando un marco referencial desde la historia de las hijas”.

Marianne Hirsch dice que contar la historia desde la vivencia es algo que nació con la historia de las mujeres, dado que los estudios de la memoria están íntimamente ligados al feminismo y a otros campos como la justicia social. A propósito, la profesora Carla Peñaloza recordó el caso de Argentina. Luego de 42 años de la dictadura militar en el país vecino, el 24 de marzo de este año se realizaron las movilizaciones en conmemoración al “Día de la Memoria”, que reunieron a hijas de represores condenados por crímenes de lesa humanidad para marchar en contra sus padres. Caminaron por la Avenida de Mayo, cargando un lienzo en el que se leía “Historias desobedientes: hijas, hijos y familiares de genocidas por la memoria, la verdad y la justicia”.  Decidieron utilizar su posmemoria para declararse en contra de sus padres. Lucharon por un cambio en la ley que les permitiera atestiguar, algo según las expositoras, inédito hasta ese momento en el mundo.

“Esto tiene relación con la cultura, la mayoría son hijas de represores que tratan de romper y condenar en el ámbito familiar y público” aseguró Hirsch, agregando que “una hija que en el fondo cuestiona profundamente la verdad del padre y su narrativa, está también cuestionando el sistema estatal y patriarcal, y está volviendo al tema del feminismo y de la denuncia de la injusticia. Se hace el vínculo de la lucha por la justicia y el feminismo. Un gesto feminista es dar vuelta esta historia porque hay una injusticia involucrada”.

La liberación del miedo

El 16 de mayo en Chile cientos de mujeres marcharon por una educación no sexista y el fin a la violencia machista. La movilización se realizó en medio de paros y tomas feministas y de la paralización de más de una veitena de  universidades en siete regiones del país. Muchas de ellas se mantienen movilizadas hasta hoy. Lo que llamó la atención de la opinión pública no fue la multitudinaria convocatoria que alcanzó el llamado de las estudiantes, que hastiadas de los casos de abusos sexual salieron a manifestarse, sino que un grupo de jóvenes caminó por la Alameda a torso desnudo, acusando que la Universidad Católica encubría casos de abusos sexual al interior de la institución.

Para la profesora Soledad Falabella “la marcha de la educación no sexista en Chile, es muy decidora el momento de la liberación del miedo porque finalmente es un quiebre… El miedo a la violencia, que es una violencia de un sistema de estructuras que nos han tenido presas del miedo”.  Marianne Hirsch analizó el porqué las jóvenes decidieron desnudar su torso y marchar con pasamontañas al estilo zapatista. Esta forma de expresión cree que nace de la necesidad de exponer su vida íntima-privada y el miedo que esto genera. “Esto es la memoria que se está actualizando, es una memoria en progreso. Hay otros ejemplos en que las mujeres utilizan sus desnudos: la guerra de las mujeres en Nigeria que levantaron sus polleras y pelearon contra los impuestos y el colonialismo; de esa forma demostraron que el desnudarse era capaz de movilizar”.

Sin embargo, Hirsch va más allá y reflexionó sobre los últimos sucesos en Chile. “La pregunta es porqué este gesto es tan poderoso y cómo se da la relación de propiedad del cuerpo de las mujeres, porque si eres capaz de hacer esto, seguramente puedes ser dueña de tu cuerpo y no un hombre” y que el utilizar las máscaras “hace que convierta el cuerpo en algo positivo, en una herramienta de lucha, porque cuando las mujeres quieren mostrar su belleza muestran su rostro”.

Mujeres movilizando la memoria del abuso

El miedo como motor de movilidad y desnudarse como forma de expresión, es para la profesora Soledad Falabella la forma en que las jóvenes han “dado en el clavo”. Cree que es un tema generacional que hay que cuidar y alimentar. Además que “así como uno hereda memoria del pasado, aquí estamos viendo una activación de gente que está con más energía, que nos generan memoria”.

Según el planteamiento de Hirsch, es la segunda generación la que realiza la posmemoria, y de acuerdo a Soledad Falabella “aquí podríamos pensar que esta es la segunda generación (de la dictadura) de la que nosotras fuimos víctimas también”. La posmemoria como teoría genera un registro de la historia no tan solo a nivel personal, íntimo, sino que a nivel público. Por ello son tan importantes los movimientos sociales que cambian el paradigma y que dejan en evidencia el quiebre en la historia.

Chile se ha caracterizado por sus movilizaciones sociales y cómo ha reaccionado la población ante diferentes tipos de manifestaciones. Actualmente, el feminismo ha puesto sobre el tapete diferentes problemáticas que afectan a miles de mujeres en el país. Por ello, Marianne Hirsch aseguró que “las mujeres están movilizando memoria para generar un futuro mejor, porque aquí lo que está en juego son estas memoria de abuso que están siendo memorias de liberación”.

Mujeres movilizando memoria” es un proyecto liderado por Marinne Hirsch, a través de diferentes actores sociales, el mundo de la cultura, académicos, académicas y activistas, se analizan y reúnen sus testimonios para “explorar explícitamente los actos de testimonios de las mujeres, las formas y consecuencias de género de la represión política y la persecución”. Próximamente este proyecto se materializará en un libro que narrará diferentes historias de mujeres valientes que fueron capaces de utilizar sus recuerdos y memoria en pos de “establecer nuevas formas de memoria cultural y facilitar la reparación social”.

 

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