Por ADITAL
La Organización Internacional para la Migración y el Instituto Internacional de Investigaciones y Capacitación de las Naciones Unidas para la Promoción de la Mujer (INSTRAW) divulgaron un estudio sobre el flujo migratorio del Área Metropolitana Centro-Occidente (AMCO) de Colombia en dirección a España y concluyó que este flujo se está feminizando. En 2005, había 3,3 millones de colombianos viviendo fuera del país, más del 23% de ellos en España.
En ese sentido, las mujeres ya son responsables por el 54% -de más de 4.000 millones de dólares- de las remesas enviadas a casa. La migración AMCO-España está motivada por la violencia armada y el narcotráfico, por eso las expectativas de volver a Colombia son menores que las de los migrantes que dejan sus países en busca de oportunidades de trabajo: la ausencia de expectativas de una resolución rápida de esos problemas conduce a la definición de proyectos migratorios de mayor permanencia.
Esta "feminización es el resultado de la convergencia de varios factores tales como un mayor impacto de la crisis económica en las mujeres, la erosión del papel del hombre como proveedor económico, la coparticipación del Estado español mediante la demanda específica de mujeres extranjeras para los sectores de servicio doméstico y cuidado de personas dependientes y el funcionamiento de redes migratorias femeninas".
De acuerdo con el estudio, el envío de remesas supone un mayor esfuerzo para las mujeres que para los hombres, ya que los salarios femeninos son sensiblemente inferiores. Las mujeres son también las principales receptoras, en Colombia, de las remesas que vienen de España, pues ellas son las esposas y las responsables de los cuidados de los hijos y nietos de los migrantes.
La migración colombiana en España está marcada también por integrantes de la clase media, con calificación profesional, lo que se refleja en la inserción en el mercado de trabajo que ella ocupa -con una gran variedad de puestos-, rechazo del trabajo doméstico por parte de las mujeres, mayor participación en trabajos técnicos y especializados, y un número significativo de emprendimientos por cuenta propia.
Las remesas enviadas por los migrantes significan un aumento del 10% del gasto de un hogar. El principal destino que se les da es financiar el acceso a bienes de consumo, pero incluye también el financiamiento de educación privada, el pago de asistencia de salud de padres ancianos y hermanos desempleados y la compra de casa habitación.
Actualmente, se busca identificar los elementos que permiten que la migración internacional tenga efectos positivos sobre los territorios de procedencia. Para ello, el estudio alerta que es necesario ver el desarrollo además de la apreciación económica. En el conjunto de los cambios necesarios para este desarrollo, las mujeres -que son proveedoras y receptoras de remesas- tienen un papel fundamental.
Para el estudio, si se continúa con la perspectiva economicista y ciega acerca del género como variable de desigualdad, "se corre el riesgo de instrumentalizar a las mujeres migrantes, de reforzar una distribución intrafamiliar de responsabilidades desiguales y de fortalecer un sistema socioeconómico que en sí mismo es el que genera las desigualdades estructurales que promueven la migración".
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