Mirar Chile con ojos de mujeres

En el contexto de una mujer como Presidenta de la República un grupo de organizaciones y ONG’s de mujeres decidieron mantener los ojos bien abiertos frente a este nuevo escenario político y social, y crearon el Observatorio de Género y Equidad.

Reportaje publicado en www.forociudadano.cl


Cuando el 11 de marzo de 2006 Michelle Bachelet asumió la Presidencia de Chile, el adjetivo más recurrente fue: ¡Histórico! Diversas circunstancias habían llevado a una mujer, divorciada y agnóstica, al más alto cargo del país. Esto, en una nación considerada conservadora y machista. Además, la nueva Presidenta prometía, entre otras cosas, un gobierno paritario y políticas de género que nivelaran un poco la balanza para el postergado mundo femenino. Las especulaciones, cálculos, sorpresas, resistencias, temores y una serie de otras acaloradas reacciones no tardaron en llegar. Como un experimento, el nuevo gobierno estaba bajo la lupa.

Fue en ese contexto en que un grupo de organizaciones y ONG’s de mujeres decidieron mantener los ojos bien abiertos frente a este nuevo escenario político y social, y crearon el Observatorio de Género y Equidad. El objetivo: convertirse en una plaza pública de debate y opinión desde la sociedad civil, pero también hacer control ciudadano en un sentido más amplio: tantear reacciones, monitorear políticas y cumplimiento de promesas, en definitiva, reconocer los posibles cambios culturales que este hecho histórico podría acarrear.

“Nos parecía que era un fenómeno tan único, tan nuevo, tener una mujer en la Presidencia, que es el lugar máximo de expresión de lo que ha sido el orden patriarcal, el orden machista, que dice que el poder es de los hombres, y de pronto, a pesar de todo lo que se diga de este país, que es conservador, que es machista, resulta que elegimos todos a una mujer Presidenta y nos pareció que era fundamental hacer una observación de qué iba sucediendo”, cuenta Teresa Valdés, coordinadora del Observatorio e investigadora del Centro de Estudios para el Desarrollo de la Mujer (CEDEM).  

“Pensamos que era necesario generar espacios de reflexión y de análisis para ver qué estaba pasando en distintos planos, no sólo ver qué pasaba con las políticas, con las propuestas tanto de equidad de género como en justicia social que están en la propuesta del Programa de Gobierno, sino que ver qué pasaba en el plano cultural, en el plano social, en el plano político, desde una mirada estrictamente de género”, continúa Valdés.

Para las más de veinte organizaciones que componen esta instancia de observación y análisis, está claro que la sociedad chilena no es la misma con una mujer como Mandataria, más aún con muchas mujeres en cargos de poder. Rápidamente surgieron decenas de preguntas dignas de estudio y reflexión.

“El hecho de que sea mujer, que se plantee la paridad, está poniendo a las mujeres en un lugar nuevo, ¿qué está pasando con eso, cómo reaccionaron los hombres, la política, los medios de comunicación? ¿Qué espacio nos han dado a las mujeres en general cuando de pronto tenemos una mujer en la Presidencia? Hay un montón de cosas que están pasando que es necesario verlas desde la mirada si se transforman o no las relaciones entre hombres y mujeres ¿hay más igualdad o una suerte de guerra soterrada y yo trato de dar empellones a las mujeres porque quiero mi resto de poder que me queda todavía?”, plantea Valdés.

Carmen Torres, directora del Instituto de la Mujer y miembra del Observatorio de Género y Equidad, agrega que a través del tiempo se han diversificado los temas y ámbitos de preocupación del movimiento de mujeres y feminista, y que esta instancia permite incluirlos en el análisis.

“En los años ‘80 uno de los grandes temas era la vuelta a la democracia y la violencia contra la mujer. A principio de los ‘90 nos preocupamos mucho del Sida, pero ahora los temas son muchos más amplios, está la participación política, trabajo, educación, que era un tema que antes no teníamos, con los proyectos de ley de este gobierno ahora nos hemos preocupado de las pensiones, de los femicidios, también está apareciendo el tema migratorio de las mujeres. Se amplía el abanico de temas, hoy son muchísimo más amplios”, dice Torres.

En ese sentido, el Observatorio trata de abarcar los principales tópicos de preocupación femenina, a la vez que transformarse en un espacio de expresión y debate.
 

“Cuando nos constituimos como observatorio con un consejo, hicimos una programación de temáticas relevantes que estuvieran en el debate público, algunas tienen que ver con al agenda de gobierno, otras tienen que ver con la agenda de las mujeres, rápidamente nos dimos cuenta que lo urgente era dar voz a las mujeres. Parte de lo que ha sucedido en nuestro análisis con la Presidenta Bachelet a la cabeza del país es que se nos han cerrado más espacios que abierto, por tener una Presidenta creen que ya no es necesario que las mujeres hablemos”, afirma Valdés.

Para esto, diseñaron un plan comunicacional a través de su sitio web y de un boletín mensual donde difunden reportajes y columnas de opinión con las que buscan posicionar los temas de interés de las mujeres en la opinión pública. “Este Observatorio pretende ser una plaza pública de opiniones”, sentencia su coordinadora.

Asimismo, están creando una “red de redes virtual”, un mapa de Chile donde se identifican las organizaciones de mujeres y feministas y que tiene como objetivo ayudar a su articulación.

Para Carolina Peyrin, directora de la Corporación Domos y miembra de este Observatorio, además del aporte que representa el monitoreo de estas temáticas, el valor agregado de esta iniciativa es “aunar a una diversidad de sectores de mujeres”. En él participan no sólo ONGs de larga trayectoria en el país, también lo integran organizaciones de base, de trabajadoras de los más diversos sectores productivos, profesionales, y de jóvenes que recién se vienen incorporando a estas temáticas, pero que tienen cada vez más interés.

Peyrin destaca además el trabajo en terreno que se realiza con organizaciones de mujeres a través de escuelas de liderazgo. “Tiene esa doble dimensión que es muy interesante, no es un grupo de intelectuales mirando lo que ocurre con la agenda de género de este Gobierno sino que un grupo de mujeres de distintos sectores que también está nutriéndose, mirando esta realidad de lo que ocurre en la política, sino lo que ocurre a las mujeres en distintos espacios”, afirma la directora de Domos.

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