No se admiten mujeres en las Isapres

Durante las últimas tres semanas el conjunto de isapres ha sido vista por la opinión pública, y los millones de chilenos afiliados a ellas, como las dictadoras de la salud. El detonante de las críticas fue el alza de los precios en los planes individuales, que se haría efectivo a partir de julio. Algunas instituciones decidieron subir los valores hasta en un 15%, mientras otras, como Isapre Más Vida, ni un peso. Todo ante la mirada atónita del conjunto de cotizantes que aún no entienden por qué esta abismante diferencia.

Mucho más graves y hasta ahora desconocidas son las denuncias que, en conjunto, hicieron a LND los funcionarios de la Federación de Trabajadores de Isapres reúne a funcionarios de Vida Tres, Banmédica, Consalud, Cruz Blanca y Ferrosalud en relación a los incentivos económicos perversos de parte de sus empleadores. Según relata Erica Rivera, presidenta del Sindicato de Vendedores de Vida Tres, "las mujeres no son bienvenidas en las isapres. Acá se desincentiva la venta de planes a ellas. Por ejemplo, si tú le vendes un contrato, la isapre te paga sólo un 85% de la comisión. En cambio para el caso de los hombres te cancelan una comisión del 100%".

Olvidando por completo el Día de la Madre, por el contrario haciendo eco del lado más oscuro del grupo islamista talibán aquel que no sólo cercena partes del cuerpo a las mujeres, sino que las anula respecto de cualquier participación en la vida social , Sandra Carrasco, directora nacional por la zona sur del sindicato de Banmédica reconoce con pesar que en su sector las mujeres con carga lamentablemente no son objeto de planes de salud. "Si llego con una mujer con carga no me pagan comisión. Y si se contrata el plan de un hombre donde la mujer con carga es parte de un plan familiar, o sea la empresa se ve en la obligación de aceptarla, a mí no me la pagan".

La vendedora agrega otra práctica común: "Nosotros estamos en la obligación de venderle a hombres sin carga, con carga y mujeres solteras. Pero ellas deben presentar un certificado que acredite que no han tenido licencias en los últimos 12 meses. Si tiene alguna debe justificarla muy bien, porque de ser siquiátrica queda absolutamente fuera".

Desde el lado de las isapres, la encargada de comunicaciones corporativas de Banmédica y Vida Tres (ambas son parte del grupo Penta y suman cerca del 30% del mercado), Ana María Rubio, defiende la posición comercial y la buena relación con sus empleados. "A nosotros nos interesa vender. Nosotros vendemos contratos, planes de salud", señala recordando al pie de la letra los postulados de los Chicago Boys, el grupo de estudiantes chilenos que se nutrieron en la Universidad de Chicago para luego volver y poner en marcha fielmente como ni siquiera sucedió en Estados Unidos los postulados de la libre competencia que aprendieron de próceres como Milton Friedman.

La abogada del sector privado agrega, sin embargo, que como los planes femeninos son más costosos, los vendedores no debieran ver mermadas sus remuneraciones, ya que si bien el porcentaje por venta es menor, el total "en dinero" es más alto. ¿Por qué entonces se castigan las ventas a las mujeres? Rubio señala que es "porque son más caras".

Pero la cara visible de Banmédica y Vida Tres no cree que las mujeres con carga sean castigadas con 0% de comisión. No le parece lógico como estrategia de ventas, pero sí estima evidente que si una vendedora no está de acuerdo con los preceptos de la empresa, "que se encuentre otro empleador que también puede resultar incentivante. ( ) Yo creo que las empresas tienen el legítimo derecho a organizarse estratégica y comercialmente dependiendo de sus propias competencias. Estamos en un mercado y en definitiva tendremos que apuntar a las situaciones de ventas que más nos resulten convenientes", explica.

Apoyándose en las últimas estadísticas, el superintendente de Isapres, Manuel Inostroza, advierte que "el desincentivo a las mujeres se daba con mucha fuerza antes del 2005", pero con la puesta en marcha del AUGE, "a la fecha los planes de mujeres, en el sector más riesgoso, han subido un 7%".

Pero queda sin respuesta cuánto hubiera aumentado el porcentaje de mujeres si no existiera esta práctica de parte de algunas isapres.

Sí reconoce que más allá del caso concreto, la política de precios de varias isapres hace que "renuncien a un sistema integrador que podría resultar mucho más rentable para ellas. Es como negarse a la posibilidad de aportar al desarrollo del sistema de salud. Además, es una estrategia equivocada porque estas mismas isapres quisieran subsidio del Estado. Es difícil que suceda con aquellas instituciones que traspasan sus ineficiencias a precios, ya que el interés común es entregar dineros a instituciones con políticas solidarias entre riesgos distintos de género, por ejemplo", sostiene Inostroza.

LA LISTA NEGRA

Ya en 2005, la Fiscalía Nacional Económica (FNE) inició acciones legales en contra de las instituciones de salud por una supuesta colusión para bajar la cobertura de los planes y subir los precios en conjunto. Aunque finalmente resultó imposible probar la intencionalidad del supuesto contubernio, hasta el final la FNE mantuvo la misma tesis.

Es que la mayoría de las estrategias de las isapres se manejan "puertas adentro". Y no todas son tan groseras como las denunciadas por los trabajadores de Banmédica y Vida Tres (primera y quinta respectivamente en el ranking de afiliados). En el caso de Consalud (la segunda isapre de mayor volumen en el país), Enzo Cortés, tesorero del sindicato de esa empresa y uno de los vendedores más exitosos, explica que su compañía se cuida mucho de no proyectar una mala imagen ante la comunidad. "En nuestro caso la discriminación se hace vetando a empresas que presentan un alto índice de licencias. Un caso ícono es el de la empresa de outsourcing Complementos S.A. Ahí está prohibido, me imagino, debido a que trabajan muchas mujeres", explica

Sara Burgos, presidenta del sindicato de Ferrosalud y secretaria de la federación, cuenta que en estas verdaderas "listas negras" se encuentran "todos los vendedores de intangibles, incluidos nosotros como isapres y el resto de los vendedores comisionistas del mercado". Agrega que "un vendedor de isapre debe afiliarse a su propia empresa. Esto desemboca, sobre todo en el caso de Banmédica y Consalud, que cuando se enferman no les quieren pagar los días de descanso ni se les otorgan licencias por enfermedad. En el caso de Consalud, los doctores que los atienden tienen prohibición de darles licencias a sus vendedores", aunque estén muriéndose.

Sandra Atensio, de Banmédica, reconoce perfectamente el uso de las listas negras que, en su compañía, funcionan como un verdadero "dicom" interno. Según denuncia, "estas empresas ni siquiera es posible integrarlas al sistema, porque están literalmente bloqueadas. Aunque parezca extraño, la Dirección del Trabajo es una de ellas", dice.

LND accedió a dos listas de empresas "con prohibición para ventas" que se encontrarían pegadas en las oficinas de ventas de las isapres Banmédica y Consalud (ver imagen).

El superintendente Manuel Inostroza puntualiza que aunque "la ley permite el ejercicio de la libertad contractual, si en el marco de esa legalidad una isapre realiza este tipo de exclusiones, es absolutamente reprobable porque se presenta como una discriminación odiosa.

¿El Gobierno ha estudiado incluir este tipo de situaciones discriminatorias en la nueva Ley de Isapre?

Sí, es una buena oportunidad para que este tipo de situaciones sean revisadas en el marco del nuevo proyecto de ley.

LA HISTORIA MALDITA

La prohibición de vender a ciertas empresas genera situaciones tragicómicas dignas de Ripley. Claudia Espinoza, dirigente de Consalud, recuerda que en una ocasión intentó venderle un plan a un trabajador del Instituto de Salud de los Trabajadores (IST). Dicho estamento es el encargado de atender sanitariamente los accidentes del trabajo, incluso aquellos que ocurren al interior de muchas isapres. "Pero no me la aceptaron. Me dijeron que sencillamente no valía. Del IST no reciben a nadie debido a que la isapre lo tiene vetado, nuevamente por presentar demasiadas licencias", explica.

Aún más sutil es el daño que se causa a los usuarios con las llamadas "preexistencias", el conjunto de enfermedades y licencias históricas de un cliente. Si bien el argumento generalizado de las isapres es que la obligatoriedad de declarar el historial de enfermedades ayuda a los usuarios pues de esta forma cuando alguien se cambia de isapre así se le puede otorgar un plan más efectivo , en la realidad no es así.

Quizás una buena manera para que la FNE hubiera podido probar la colusión entre isapres se encuentra en la siguiente aseveración de Sara Burgos: "Las contralorías médicas de todas las isapres están en línea. O sea, comparten información. Lo utilizan, por ejemplo, para pillar a una persona que cuando se cambia de isapre no ha declarado una preexistencia. En este sentido nunca pierden".

Sin embargo, Rafael Caviedes, director ejecutivo de la Asociación de Isapres, es enfático en negar esta situación. "En absoluto, no se comparte información. Nada. Es un medio muy competitivo que a los medios les ha costado comprender", asegura.

Y al preguntársele por casos puntuales, dijo que las denuncias particulares le competen a cada isapre cuestionada y no a la asociación.

CON DERECHO A ADMISIÓN

Más allá de los dichos de Caviedes, Sandra Carrasco, de Banmédica, tiene claro el efecto de las preexistencias. "Si, por ejemplo, un señor quiere cambiarse a Consalud es muy difícil que lo acepten debido a que en su anterior isapre presentó un número alto de licencias médicas. Ese es el rol de las preexistencias. Mientras el plan sube y sube de precio, la persona va quedando prisionera de la isapre".

De hecho, el senador e integrante de la Comisión de Salud Guido Girardi refrenda lo anterior a través de su propia experiencia: "Una persona como yo, que tuvo una enfermedad grave y cuenta con un solo riñón y que no tiene bazo, nunca podrá cambiarse de isapre porque me aplicarán preexistencias". Además, el senador recuerda que sólo él, junto al doctor Enrique Accorsi en el marco de la Ley de Reforma de la Salud en 2005 rechazaron la Ley de Isapres que entonces fue aprobada por la cámara baja. "Considero que esa legislación es un traje a la medida para estas instituciones, que cada año obtienen utilidades millonarias en desmedro de la salud de sus afiliados, sin entregar una contraprestación equivalente. Tanto el Ministerio de Salud como el Gobierno han sido complacientes con las isapres. Nosotros le enviamos un proyecto a la ministra de Salud. Es de esperarse que la Concertación pague esta deuda".

La situación para un grupo familiar con un ingreso inferior a los 400 mil pesos mensuales es deprimente, porque gran parte del sistema también los excluye. "Una persona que cotiza menos de 1,3 UF mensuales [corresponde a un sueldo de poco menos de 400 mil pesos cotizando el 7%] está bloqueada del sistema computacional", revela Sandra Atensio.

Erica Rivera, de Vida Tres, complementa la experiencia común señalando que en su empresa el cliente debe cotizar un mínimo de 2 UF, pero que nuevamente las mujeres son las más perjudicadas. "De acuerdo a los tramos de edad, por un plan básico debe cotizar entre 5 y 6 UF mensuales, lo que corresponde a un sueldo altísimo o que ellas quieran sacar más del 7% legal de su sueldo para su plan de salud. Cuando ven estas cifras altísimas no les quedan muchas ganas de afiliarse".

Con una sinceridad aplastante, la representante de Banmédica y Vida Tres, Ana María Rubio, cuenta que si un cliente tiene dudas debiera acercarse a las oficinas a consultar. "Pero salta a la vista que personas con ingresos bajos tienen más riesgo de rotación, de incobrabilidad, de pago, de licencias médicas; ese es un hecho cierto. ( ) La salud privada es una opción, y nosotros como tal nos reservamos el derecho de admisión" . LND