Verónica Riquelme, investigadora del CEM: “No nos podemos quedar contentas sólo con que la elección haya sido paritaria”

Verónica Riquelme, investigadora del CEM: “No nos podemos quedar contentas sólo con que la elección haya sido paritaria”

Por María José Hinojosa Cordero

El martes 15 de junio pasado, la Articulación Territorial Elena Caffarena, en conjunto con 35 constituyentes electas y más de 100 feministas de distintos puntos del país, dieron el vamos a la campaña #TodasPorUnReglamentoFeminista y presentaron su propuesta que busca ser parte de la instalación de la Convención Constitucional.

Meses previos a las megaelecciones, Corporación Humanas, el Centro de Estudios de la Mujer (CEM) y el Observatorio de Género y Equidad, iniciaron un seguimiento conjunto al proceso constituyente para generar algunos insumos que pudieran ser útiles para las y los convencionales, específicamente para la organización feminista de las mujeres en torno a la Convención.

Con esa intención, extendieron una invitación abierta a distintas organizaciones feministas y a otras personas interesadas en el reglamento. Así, todo comenzó. Cada martes a las seis de la tarde, la Articulación Territorial Feminista Elena Caffarena empezó a hilar este trabajo, en busca de lo común, de cara a lo que se viene por la Constitución. 

Verónica Riquelme, investigadora asociada del CEM, cuenta que, para organizar este trabajo, se subdividieron en tres comisiones. Una de ellas de “nudos críticos”. Allí, tras un intenso debate sobre cómo dar la puntada inicial, se tomó la decisión de que lo primero, debía ser el reglamento para la Convención Constitucional. “Pensándolo como el primer hito que deben enfrentar las y los convencionales cuando sesionen”, explica. 

Siguiendo la lógica del texto, pero centrada en lo particular de la propuesta feminista, se determinaron siete temas principales: la declaración de principios, la estructura orgánica, los quórums, las comisiones, el comité de ética, el comité de participación y los recursos.

Desde otra área del trabajo de la Articulación Territorial Elena Caffarena, se solicitó a las organizaciones participantes que entregaran sus documentos de base, y así, identificar los temas en común con los que se debía trabajar. Este grupo fue denominado como el de “sistematización”. La investigadora señala que “a partir de esto, tratamos de establecer ciertos vínculos, porque hay muchos temas que se repiten: la brecha salarial, una vida sin violencia, el tema de los cuidados… Y ahora, desde nudos críticos, que trabajó en el reglamento, se irá tomando estos temas y buscando lo común, y también lo que se diferencia”.

Estableciendo un reglamento feminista

Respecto al reglamento, Verónica Riquelme comenta que “nosotras (las mujeres) estamos en un plano de igualdad, pero el reglamento debe dar las condiciones para que esa igualdad opere. Debe mostrar el camino recorrido”. En ese sentido, el primer principio que presenta el documento “Por un reglamento feminista” propone: “La incorporación del enfoque de género en el trabajo de comisiones y comités. Para garantizar la participación efectiva en condiciones de igualdad de quienes tienen responsabilidad de cuidado, se deberán establecer horarios y jornadas de trabajos compatibles y financiamiento para los traslados”. 

“El tema de los cuidados es muy importante y lo pusimos, tanto en recursos como un tema a considerar en la igualdad de género, porque se debe pensar que muchas y muchos de los 155 convencionales deben tener responsabilidades de cuidados. Lo que debe tenerse en cuenta en el reglamento”, explica.

Y de la mano, va el tema de la paridad. Como segundo principio en el documento redactado por la Articulación, postula que se debe establecer la “conformación paritaria de las autoridades y las instancias orgánicas de la Convención (mesa, comisiones, comités).” Lo que significa, según anuncia la entrevistada, que la presidencia y posibles vicepresidencias, deben ser paritarias también. 

“No nos podemos quedar contentas con tan sólo el hecho de que la elección haya sido paritaria. Todos los órganos de deliberación y la participación deben serlo. Si no, nos quedamos en ideas formales y lo que aspiramos es que la paridad se haga carne en cada una de las instancias posibles”, expresa la investigadora del Centro de Estudios de la Mujer. 

Una de esas instancias clave, según la propuesta feminista de reglamento, es la participación popular, que “debe ser amplia, inclusiva, con perspectiva de género y pertinencia cultural”, dice Verónica Riquelme. Para ello, se propone el Comité de Participación, espacio donde se centran las bases de la relación entre la ciudadanía y la Convención. En el caso del documento redactado por la Articulación Feminista Elena Caffarena, se menciona la existencia de un órgano receptor, mecanismo que recogerá los insumos desde la sociedad civil hacia las y los convencionales.

El proceso constituyente, como yo lo veo, es una instancia donde elegimos a nuestros y nuestras representantes, pero no para que ellos se encierren en el Palacio Pereira mientras la ciudadanía observa. Nosotras debemos ser participantes activas y permanentes a lo largo de esto. Y el reglamento debe entregar esas condiciones”.

El otro comité es el de Ética, ligado al resguardo frente a la violencia de género. En un principio, “lo vimos desde el acoso y esos aspectos, pero la verdad, es que esta es una instancia política. Entonces, cualquier expresión de abuso, maltrato, es un tipo de violencia política de género”. Para enfrentarla de la mano del reglamento, están finalizando la redacción de un protocolo contra la violencia, que esperan que las y los convencionales lo firmen. La Articulación también impulsará el compromiso de toda la Convención por la erradicación de la violencia de género que siguen siendo un problema en Chile y a nivel global.

Los temas sobre la mesa

Tras presentar el reglamento, el trabajo de la Articulación Territorial Elena Caffarena se enfocará en los aspectos que unen a las participantes. “Vamos a entregar herramientas a las convencionales, y también a los hombres electos, porque se deben tener aliados allá adentro para que los temas queden incorporados en la Constitución”, explica Verónica Riquelme. 

Pero como no todo debe estar entre cuatro paredes, la investigadora considera que lo conversado debe estar disponible en actas públicas. “En distintos medios, porque no todo el mundo tiene internet, por lo que se deben dar todas las alternativas para que cualquiera pueda ver, leer o escuchar lo que se está debatiendo. Porque de lo contrario, no estamos hablando de un espacio democrático, transparente, igualitario e informado”.

Respecto a esta próxima discusión, Riquelme se muestra optimista porque, según expresa, existen acuerdos en cómo abordar el tema de los cuidados y otros aspectos que se relacionan con estas tareas: “Hay cosas que son de sentido común, sobre todo si pensamos que de 155 integrantes, hay 77 mujeres. O sea 77 mujeres que lo viven, lo han vivido o lo han visto de sus madres, abuelas o de sus hijas”, ejemplifica.

La crisis de los cuidados, el reglamento, los resultados de las elecciones y la escena política y social actual, son demostraciones de que las mujeres quieren participar políticamente. Para Verónica Riquelme, eso sucede debido a que “las mujeres tenemos una voz y representamos situaciones que no necesariamente están visualizadas por lo masculino”. 

Por tal motivo, las demandas que se pongan sobre la mesa, según las expectativas de Riquelme, serán diversas, feministas y distintas a lo que se está acostumbrado en la política nacional. La diversidad de voces, la participación de las mujeres y la posibilidad de redactar una nueva Constitución desde cero se ve, desde la Articulación, como la esperanza de que “se sienten las bases hacia el futuro de muchas cosas que nos resultan tremendamente insatisfactorias a las ciudadanas de este país”. Y es por ello que la investigadora es categórica al expresar: “En eso, no pueden faltar las mujeres y la mirada de las mujeres, porque ellas van a colocar un punto de vista que es propio.” 

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