Ana Yeli Pérez del OCNF en México: “La excepción es la justicia y la regla es la impunidad”

Ana Yeli Pérez del OCNF en México: “La excepción es la justicia y la regla es la impunidad”

Por Valentina Silva

En el marco del 25 de noviembre, el Día Internacional por la Eliminación de la Violencia contra la Mujer, la Organización de las Naciones Unidas (ONU) dio a conocer nuevas cifras sobre feminicidio y violencia en México: nueve mujeres son asesinadas diariamente y seis de cada diez han enfrentado un incidente de violencia. Ana Yeli Pérez Garrido del Observatorio Ciudadano Nacional del Feminicidio (OCNF) en México, aseguró que “hemos emitido diferentes informes sobre la situación del feminicidio y este año documentamos 8 mil 904 asesinatos de mujeres de 2014 a 2017”.

El contexto actual preocupa a la sociedad civil mexicana que ha definido como una “pandemia” los asesinatos de niñas, mujeres y jóvenes que cobra miles de vidas anualmente. Son las organizaciones civiles quienes han empujado leyes y abogan porque no se cierren los casos denunciados. El Comité para la Eliminación de la Discriminación contra la Mujer (Comité de la CEDAW) “lamentó la persistencia de los altos niveles de violencia que afectan negativamente al ejercicio de los derechos humanos de las mujeres y las niñas en México”.

Ana Yeli Pérez forma parte del OCNF, una alianza que la conforman 49 organizaciones de derechos humanos y de mujeres en 23 de los 32 estados de México y el Distrito Federal. Su principal labor es “monitorear y exigir rendición de cuentas a las instituciones públicas a cargo de prevenir y sancionar la violencia contra las mujeres y el feminicidio”.

“Desde 2007 nos dedicamos como red al monitoreo de la situación del feminicidio en México, y también acompañamos casos” dijo Ana Yeli. Según cifras levantadas por el propio OCNF, entre 2012 y 2017 se registraron 12 mil 796 asesinatos de mujeres, de los cuales en sólo 22% de los casos se iniciaron investigaciones como feminicidio.

En México, está vigente desde 2007 la Ley de de Acceso General de las Mujeres a una Vida Libre de Violencia. Su objetivo principal es “prevenir, sancionar y erradicar la violencia contra las mujeres, así como los principios y modalidades para garantizar su acceso a una vida libre de violencia que favorezca su desarrollo y bienestar conforme a los principios de igualdad y de no discriminación, así como para garantizar la democracia, el desarrollo integral y sustentable que fortalezca la soberanía y el régimen democrático”.

El problema principal para las organizaciones, es que México, al ser un país con administración federal, compuesta por estados libres y soberanos, cada uno tiene autonomía en cuanto a sus regímenes internos. Es decir, tienen la posibilidad de gobernarse de acuerdo a sus propias leyes, siempre y cuando no contradiga la constitución federal.

“La información la tenemos sesgada porque es la Procuraduría General de la República, nos va dando información parcializada porque tenemos que preguntar a cada uno de los estados”, explica Ana Yeli, agregando que “la ley general establece la obligación de contar con Banco Nacional de Datos, este banco sigue siendo una deuda del estado mexicano desde el año 2007”.

Para ella el Estado tiene responsabilidad en el aumento de feminicidios en el país: “Tenemos un Estado de derecho indolente y corrupto, las instituciones en México no funcionan, existe una agudización de la impunidad e indiferencia a la problemática. No solamente hay errores de los servidores públicos sino que hay una postura mucho más política de no atender este tema” . Incluso asegura que “no investigan los casos, no aplican la debida diligencia, pierden evidencia, hay una serie de fallas en la investigación (…) la excepción aquí es la justicia y la regla es la impunidad”.

Por qué es importante la información

Las cifras entregadas por Naciones Unidas hablan por sí solas: nueve mujeres son asesinadas en México diariamente. En materia de feminicidio, la información es un punto muy importante ya que demuestran y visibilizan la realidad con la que millones de mujeres deben convivir a diario y, además, es una herramienta para las investigaciones. Es a través de las cifras que se puede constatar los contextos en que ocurren los feminicidios.

En México la mayoría de los crímenes de feminicidio ocurren en el ámbito comunitario, es decir en la vía pública. De hecho en los últimos años han aumentado lo casos de feminicidio o violencia que dicen tener relación con estructuras criminales, en contextos donde existe el crimen organizado y que además cuentan con ciertos modus operandi.

De acuerdo a Ana Yeli Pérez del ONCF, la información es indispensable para poder identificar ciertas estructuras como, por ejemplo, ver cómo se está ejecutando el delito, cómo están operando en ciertos territorios, qué características tienen las víctimas, con qué tipo de violencia se ejecutan los actos. “La información se vuelve fundamental para tener una investigación adecuada, porque son casos de feminicidios en contexto de crimen organizado” aseguró.

Sin embargo, existe cierta impunidad al delito que no es sancionado directamente. Para Ana Yeli el problema está en quiénes están aplicando la ley, debido a que esas personas no están siendo sancionadas, “los servidores públicos aquí pueden hacer y deshacer: pueden perder evidencia, pueden maltratar a una víctima, pueden desviar la investigación sin ningún sentido ni lógica, y no les sucede absolutamente nada”. La poca regulación en el país implica que se generen efectos directos sobre la sociedad civil, la primera en ver y percibir el abandono del Estado y sus instituciones.

La escala de impunidad es altísima, Ana Yeli Pérez aclara que no se trata de sólo de la circulación de fuertes cantidades de dinero, sino que se maneja la corrupción a todo nivel desde policías, peritos, médicos, criminalistas hasta políticos, personas del aparato judicial, autoridades de poder e incluso, dice, “hay estados donde el crimen organizado está presente en las instituciones, te puedes entrevistar con un ministerio público o un policía y puedes sospechar incluso de que estén involucrados por la forma en la que actúa”.

Alerta de Violencia de Género para identificar violencia femicida

La declaratoria de Alerta de Violencia de Género es un mecanismo que se creó en 2007, por medio de la Ley general de Acceso a las Mujeres a una Vida Libre de Violencia, con el fin de poner en la palestra este tema que afecta a millones de mujeres. De esta forma el gobierno federal se puede coordinar con los gobiernos locales y tomar cartas en el asunto.

La alerta se instaló como una herramienta para identificar la violencia feminicida y tratar de prevenirla. Nace desde la urgencia e inspirada en la situación que viven ciudades como Ciudad Juárez, donde la denominada guerra contra el narcotráfico terminó costando la vida de muchas mujeres.

Esta medida urgente es principalmente una herramienta para las organizaciones y la sociedad civil, porque son ellas que como defensoras de los derechos humanos que pueden exigir y solicitarla. Al dar el aviso, es el gobierno que dispone de recursos extras para realizar una investigación y emitir un informe a modo de diagnóstico, con él puede entregar las recomendaciones adecuadas al gobierno local, que tiene seis meses para dar cumpliendo a lo ordenado. En caso contrario, se declara la alerta estableciendo una serie de medidas de prevención, de seguridad y justicia para contribuir al cese de la violencia que se está denunciando.

El problema es que la impunidad en la que vive México y sus instituciones, genera protocolos que no son adecuados para combatir la violencia hacia las mujeres, por lo tanto, se platean mal, no se aplican y la urgencia de la alerta persiste. Ana Yeli Pérez explica que “la Alerta de Violencia de Género es un mecanismo jurídico que tenemos las mujeres para buscar que se garanticen nuestros derechos. Es una herramienta que permite ver los efectos colectivos no individuales y que el mecanismo no es el que está mal, lo que está mal es cómo se está implementando o las deficiencias que tienen las autoridades que son quienes aplican la ley o aplican estas medidas”.

Insiste en que la alerta es un mecanismo noble, novedoso y estratégico con efectos amplios, sociales, que si se instrumenta bien, podría ser muy efectivo para otros países. “Yo pienso que en Chile sería una herramienta muy poderosa para las organizaciones, y que al final el gobierno chileno se vería obligado a escucharlas y escuchar sus propuestas e incorporarlas”.

Redes de mujeres para países democráticos

México es un país en que la impunidad y la corrupción se apoderó de sus instituciones. Sin embargo, es la sociedad civil que se movilizan y luchan por sus derechos. La participación de las organizaciones en el seguimiento de casos de feminicidio ha puesto en la palestra la forma de gobernar negligente en este problema y del aprovechamiento de las relaciones de poder en la institucionalidad.

Las organizaciones luchan por medio del acceso a la justicia para disminuir los feminicidios. Se manejan para generar acciones de prevención y seguridad, ya que el 90% de los casos se encuentran en la impunidad. Pero además, hay otras organizaciones que acompaña casos de víctimas, generando redes de mujeres.

La ONU impulsó la Agenda 2030, “un plan de acción a favor de las personas y el planeta que también tiene la intención de fortalecer la paz universal y el acceso a la justicia. Plantea 17 Objetivos con 169 metas que abarcan las esferas económica, social y ambiental de cada país. Al adoptarla, los Estados se comprometieron a movilizar los medios necesarios para su implementación”.

Si bien se podría pensar que la agenda llega como escenario perfecto para disminuir la violencia contra las mujeres y generar espacios de derechos, para Ana Yeli Pérez significa lo contrario, pues América Latina se encuentra dispar en cuanto a los contextos que cada país está viviendo: “Hablando de México me parece es un retroceso (…) hay algunos países que tenemos un reto mayor para alcanzar esos objetivos, se tiene que seguir buscando la igualdad, la libertad de las mujeres, la participación no solamente política, gubernamental; sino que social de las mujeres donde el ejercicio de sus derechos represente el avance democrático de los países”.

Concluye tajante al referirse sobre democracia: “Sin una vida libre de violencia me parece que ningún país puede ser democrático (…) estamos en una época donde deberíamos estar luchando por otros derechos y estamos en realidad sobreviviendo, eso también resulta algo fuerte”.

Crédito foto destacada: www.formato2.com 

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